El mundo de la fotografía y el vídeo tiene muchos caminos por explotar, demasiados, y más desde que los móviles están con nosotros. Las cámaras de acción y los dispositivos minúsculos de grabación son un buen ejemplo, y compañías innovadoras como Casio quieren sorprender al resto con artilugios diferentes.
Como el mercado está muy saturado de opciones, los japoneses han pensado que una forma de diferenciarse es potenciado una característica concreta, y en esta ocasión se trata de grabar con muy poca luz. Para esto hay que mejorar la sensibilidad del sensor, un coto privado de caza de productos mucho más grandes y especializados.
Lo que se le ha ocurrido a Casio con la FR110H es pasar de fotografías y pensar únicamente en vídeo, por esto eligen un sensor de únicamente 1,9 megapíxeles (tipo CMOS). Pequeño en definición pero con unos elementos de captación de luz más capaces, más grandes, por lo que salen ganando en eso.
Salvando las distancias podemos recordar a Sony y sus A7s, versiones especialmente confeccionadas para registrar más luz, tener más sensibilidad, con sensores de 12 megapíxeles.
Esta misma idea transportada a una cámara de acción tiene su gracia, ya que el habitat en la que se va a mover es bastante propicio a tener situaciones complicadas de luz. La óptica es un gran angular con 20 milímetros y no es especialmente luminosa, f/2,8.
Lo que consiguen es jugar con sensibilidades de hasta 51200 ISO, que consigue grabaciones con ruido pero bastante aprovechables. Creo que tiene más sentido que veamos de lo que es capaz en vídeo, comparado con grabaciones de cámaras similares:
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