Cómo crear un divertido carrusel de fotos de tus vacaciones (y no aburrir a tu familia en el intento)

Llegan las vacaciones y muy pronto, los que puedan, se irán de viaje a sitios lejanos o al pueblo de la familia. Y si os gusta la fotografía, seguro que haréis cientos de fotografías que luego querréis enseñar para ver los progresos de los niños en la piscina, los platos que os coméis o los lugares fantásticos que vais a ver. ¿Y cómo enseñar todo sin aburrir a la familia y amigos? Aquí os vamos a proponer un plan perfecto para contar vuestro verano con fotografías.

Hay muchas formas de enseñar las fotografías de las vacaciones. Y con la tecnología actual se han multiplicado. Como siempre, depende de su calidad y su volumen. No es lo mismo ver 20 que 200. En el primer caso, puedes dejar un buen sabor de boca y en el segundo, puede ser una pesadilla para los que tengan que verlas.

Hoy en día, lo más frecuente es enseñar el viaje en las redes sociales, desde Facebook a Instagram. Pero también hay otras maneras más tradicionales, pero algunas veces más efectivas, para conseguir entretener a nuestros invitados con nuestros disparos fotográficos: el libro. A continuación, vamos a ver las opciones para que sea un éxito.

¿Cómo enseñar las fotografías de nuestras vacaciones?

El volumen de fotografías que hacemos hoy en día es muy alto. Antes hacíamos las 36 fotografías de un carrete en varios meses. Hoy ya hemos hecho 50 antes del desayuno del primer día. Así que es fácil que nos juntemos con varios centenares al final de las vacaciones.

Hoy hay muchas formas de ver las fotografías. Desde las pantallas del móvil, del ordenador o de la televisión al libro tradicional, que personalmente es la que más me gusta por variados motivos. A quien le apetezca las verá con detenimiento, y los demás pasarán las páginas o las pantallas con más o menos disimulo para perder el menor tiempo posible.

Además, al enseñar las fotos, te verás obligado a hacer una selección, y, por lo tanto, quitarás mucha morralla. El resultado final será mejor, menos cargado. Salvo que tengas el síndrome del Diógenes fotográfico, en el que temes el espacio vacío, y tienes que rellenar todo de miles de fotografías pequeñas que al final no se ven.

Así que vamos a señalar todos los pasos que podemos dar para conseguir el mejor resultado posible y que el día en el que vas a enseñar las fotos la gente lo señale con un círculo y no con una cruz.

Hacer las fotografías

Esto es evidente. Sin fotos no hay presentación. Hay que intentar hacer las mejores fotografías posibles. No tenemos más remedio que aprovechar el sensor de nuestra cámara o móvil: el tamaño más grande y la mínima compresión posible.

Hay que exponer correctamente, componer con acierto y evitar hacer las fotografías desde el mismo punto de vista. No es el momento de explicar cómo hacerlo (además no se puede aprender en un momento) pero podemos seguir estos consejos:

  • La exposición se la podemos confiar a los automatismos de la cámara. Solo hay que vigilar que el histograma esté más o menos centrado.
  • Evitar disparar en las horas centrales de los días veraniegos. Por supuesto lo podemos hacer, pero esa luz tan intensa es difícil de controlar.
  • Para lograr una buena composición, elegimos el objeto principal y que todo lo que lo rodea ayude a mirarlo.
  • El objeto principal destacará por su tamaño, iluminación o posición. Por ejemplo, tiene que estar más iluminado que todo lo que le rodea.
  • Menos es más.

Seleccionar las fotografías

No tiene sentido enseñar todas las fotografías, solo las mejores. ¿Y cómo lo hacemos? Muchos exclusivamente trabajan con el teléfono móvil, pero es difícil elegir bien con una pantalla tan pequeña. No se ve con claridad.

Tenemos dos opciones para hacer una buena selección. Las dos son perfectas y personalmente trabajo con ambas:

  1. Descargar las fotografías en Adobe Lightroom o cualquier programa que permita trabajar con estrellas. Es la mejor forma de hacer una criba. Para quedarnos con las mejores marcamos primero con una estrella. Seleccionamos estas y pasamos a poner dos estrellas a las que destacan. Así hasta llegar a las seleccionadas con cinco estrellas.
  2. Imprimir todas las fotografías que hemos hecho en formato 10x15, colocarlas en una mesa grande e ir escogiendo las mejores.

Es quizás lo más difícil de todo el proceso, donde está escondido el éxito o el fracaso de nuestra presentación. ¿Cuáles son buenas y cuáles malas? Las que estén técnicamente perfectas y aquellas que cuenten algo sin resultar redundantes.

Porque hay que tener clara una cosa... Enseñar más de 100 fotografías debería estar prohibido. Para un viaje de fin de semana bastan 15 fotografías; y para uno de un mes con 50 has contado todo el viaje perfectamente.

Preparar la presentación

Blurb es la página que siempre recomiendo para hacer un libro. Es verdad que hay muchas más en el mercado, pero esta lleva mucho tiempo en el mercado y ofrece una calidad muy alta. También tiene una aplicación si no quieres salir del entorno móvil, pero solo está disponible para los iPhone.

Blurb

  • Precio: Gratis
  • Descargar: iOS

Además, está integrada perfectamente en Adobe Lightroom, en el módulo Libro. Y tiene su propio programa, muy sencillo de usar. Existen otras opciones, pero me cuesta recomendar las cosas que no he probado previamente.

A la hora de montar el libro, siempre recomiendo lo mismo. Hay que ser sencillo, tirando al minimalismo, sobre todo si es la primera vez que lo haces. Poner más de dos fotografías en una página es un dolor de cabeza para el espectador.

Lo mejor es una foto por página, sobre todo si no tenemos dotes de diseñador. Las fotografías las podemos ordenar cronológicamente, pero os aseguro que no es necesario. Y por favor, el fondo de la página en blanco, sin abusar de los colores o de otros efectos con los que nos tientan.

Hacer un vídeo

Otra opción, muy recomendable, es montar un vídeo con nuestras fotografías para ponerlas en la televisión o mejor aún, en un proyector durante una noche de verano al aire libre. Si no queremos complicación alguna, en el módulo Proyección de Adobe Lightroom.

Los pasos a seguir son sencillos:

  • Guardar todas las fotografías seleccionadas en una carpeta e importarla al programa.
  • Abrir el módulo Proyección.
  • En la columna de la izquierda, elegir en Navegador de plantillas la más adeucada a nuestras necesidades. Pantalla panorámica es una buena opción.
  • En la columna de la derecha de la interfaz ir avanzando por las paletas hasta darle el aspecto deseado.
  • Una vez revisadas todas y cada una de las paletas, damos al botón Previsualizar para comprobar que todo está bien.
  • Para terminar, encontramos a la izquierda el botón Exportar vídeo donde solo tenemos que elegir el nombre y el tamaño del vídeo. Aquí no dudaría en poner 1080p.

Hacer un carrusel en Instagram

Si no queremos depender del ordenador y lo queremos hacer todo con el móvil creo que lo mejor es apostar por Instagram, que está muy volcado ahora con los vídeos. Y la presentación en carrusel es una excelente opción. Eso sí, hay que hacer varios porque solo admiten 10 fotografías:

  • Abrimos Instagram.
  • Pinchamos en el icono del + para ver nuestras fotografías.
  • Hacemos clic en el icono del carrusel, los dos cuadrados superpuestos.
  • Así podemos marcar como máximo diez fotografías e incluso algún vídeo, todos con la misma orientación.
  • Es el momento de dar a Siguiente para poder revelar cada fotografía o cambiar su posición solo con arrastrar.
  • Damos a Siguiente para etiquetar, ubicar y listo.
  • Solo nos queda dar a Compartir.

El último paso: enseñar las fotografías

Aquí cuento un consejo ajeno a la fotografía, y más cerca de cómo organizar una reunión social. Quedar para ver las fotos del viaje puede ser una tortura o un placer. Os cuento algo que siempre funciona bien.

Invita a la gente a tu casa para ver el trabajo que has hecho, para verse después de las vacaciones. Organiza una comida o una cena donde prepararás los platos de la zona en la que has estado. Y de fondo pon la música de aquel lugar. Y deja el libro encima de la mesa o la proyección en la pantalla.

Quien quiera verlo abrirá el libro o mirará a la pantalla en cuanto abras la puerta. Y seguro que preguntará más y más cosas. El que no quiera, podrá echar un vistazo rápido, pero seguro que disfrutará de la comida. Así conseguirás que la reunión fotográfica sea un éxito y la gente querrá repetir la próxima vez que vuelvas de un viaje.

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