Aunque últimamente las cámaras convencionales parecen cada vez más amenazadas por los móviles, determinadas situaciones siguen requiriendo de la óptica y prestaciones que sólo podemos encontrar en una cámara hecha y derecha. La fotografía deportiva es una de esas situaciones.
A continuación os ofrecemos una selección de cámaras micro cuatro tercios que destacan, entre otras cosas, por su rapidísima velocidad a la hora de tomar fotos. Cualquiera de ellas es ideal para inmortalizar deportes de aventura como el puenting, el barranquismo o intentar bañar a un niño particularmente inquieto.
Antes de comenzar, hay que mencionar que, para que una cámara sea rápida, lo importante es fijarse en la velocidad de obturación, una cifra expresada en quebrados como 1/1000 o 1/2000 que indican la fracción de segundo máxima que tarda la cámara en abrir y cerrar su diafragma.
Aunque, en teoría, una velocidad de obturación fuera capaz de tomar una imagen en una milésima de segundo, la cámara necesita hacer más funciones en ese segundo. Necesita enfocar la imagen, procesar la luz que le llega y guardarla en un archivo, de ahí que las velocidades en ráfaga de una cámara doméstica sean mucho menores que 1/4000 y dependan también del sistema de enfoque y del procesador.
Es importante tener en cuenta que una cosa es que la cámara sea rápida y otra muy distinta que esa función sea fácil de utilizar. En las cámaras compactas, generalmente, los modos de disparo están tan automatizados que a veces es difícil encontrar la opción para priorizar la velocidad de obturación. El camino más corto para ello suele ser seleccionar modos deportivos, pero estos modos funcionan en ráfaga, con lo que tendremos que acostumbrarnos desde ya a seleccionar la mejor foto de una serie y disponer de tarjetas de memoria amplias.
En las cámaras DSLR o EVIL, la máxima velocidad de obturación puede seleccionarse en alguno de los modos manuales. Es posible que tengamos que trastear un rato con la cámara para encontrar la manera más cómoda de llegar a ese punto. De todos modos, explorar las posibilidades de un gadget siempre es recomendable.
Otro elemento a tener en cuenta es que la velocidad de obturación implica que el sensor tiene muy poco tiempo para captar luz. Esto es un inconveniente en ambientes oscuros donde, a menos que la cámara tenga una óptica amplia que deje pasar bastante luz y un sensor de buen tamaño, las imágenes saldrán bastante oscuras. Para nuestra selección hemos intentado buscar un equilibrio entre estos factores. Vamos con nuestras propuestas a las que, como siempre, podeis añadir las de vuestra propia cosecha.
Panasonic Lumix GX1
Comenzamos con una recientísima incorporación al catálogo de las Lumix que acompaña a la Lumix G2. La Panasonic Lumix GX1 es capaz de tomar hasta 20 fotografías por segundo en modo ráfaga y bajando su resolución a 4Mpx. En 16Mpx completos su velocidad se reduce a 4.2 fotos por segundo, que no está nada mal, gracias a su procesador Venus Engine de última generación.
Un detalle interesante en fotografía deportiva es que la Lumix GX1 incorpora un modo AF Tracking de enfoque contínuo que sigue a los objetos en movimiento y presta una muy buena ayuda en fotos deportivas. La cámara tarda sólo 0,09 segundos en enfocar una imagen. La GX1 llegará al mercado en diciembre a un precio a partir de los 650 euros.
Olympus Pen E-P3
De nuevo, buscamos la máxima velocidad de enfoque en una micro cuatro tercios de objetivos intercambiables con la Olympus Pen E-P3. Olympus ha trabajado, en este modelo de la gama pen, en mejorar el sistema de enfoque para hacerlo más ágil (0.2 segundos de media) y, de nuevo, capaz de seguir objetos en movimiento.
A nivel de velocidad de obturación, la Pen E-P3 es capaz de sacar una imagen en un máximo de 1/4000 segundos. Su peor marca en materia de velocidad es la ráfaga, sólo 3 fotos por segundo a máxima resolución. Curiosamente, modelos anteriores como la E-P1 son más rápidos en ráfaga y se pueden encontrar más baratos, aunque su enfoque es más lento.
Sony Nex 7 o Nex 5N
Sony está devorando el mercado de cámaras y la culpa la tienen modelos tan salvajes como la Sony Nex 7. En el apartado velocidad, la NEX 7 tiene una velocidad máxima de obturación de 1/4000. El procesador Bionz de la compañía convierte esta cifra en ráfagas de hasta 10 fotos a máxima resolución. A tener en cuenta que ‘máxima resolución’ en esta cámara es nada menos que 24 megapíxeles, una bestialidad.
El enfoque también es ultrarrápido y la cámara arranca en sólo 0.02 segundos. La contrapartida a tanto lujo es un precio más cercano a las réflex de alta gama que a las cámaras domésticas. Si no nos importa bajar la resolución a ‘sólo’ 16Mpx, la Sony NEX 5N es igual de rápida (tiene el mismo procesador Bionz) y bastante más barata.
Samsung NX 200
La última incorporación de Samsung en materia de cámaras Micro cuatro tercios es la Samsung NX 200, sucesora de la NX 100. La coreana parece quetrer seguir la huella de Sony en algo más que el nombre y esta nueva cámara es capaz de tirar hasta 7 disparos en ráfaga por segundo a máxima resolución (20 mpx).
La mala noticia es que al de 9 disparos necesita unos segundos para coger aliento, pero no deja de ser una cifra impresionante. El enfoque, como no, también es rápido y sigue los objetos en movimiento.