Los hay de boda, de retratos, de moda, de bodegones y de tecnología. Incluso forenses especializados en captar todos los detalles de la escena de un crimen. Y también están los que han encontrado en los bancos de imágenes una vía para ganarse la vida.
Victor Torres y Javier Sánchez son dos de ellos y ambos tienen un arranque de su historia parecido.
Ayer era mi hobby. Hoy es mi trabajo
Los dos empezaron en este negocio casi de casualidad: tenían otro trabajo y eran simples aficionados a la fotografía. Un buen día, decidieron subir una de sus fotografías a uno de estos bancos de imágenes. Poco a poco fueron cargando más imágenes, vendiendo más, profesionalizándose y llegó un momento en que decidieron dejarlo todo y dedicarse a esta profesión.
“Lo que empezó como un pequeño hobby, de aficionado, me llevó poco a poco a ir viendo resultados, a ir ganando más cada mes, a invertir más en las sesiones y en modelos, en trabajarlas más... Al cabo de unos años, dejó de ser un juego y se ha convertido en mi trabajo”, asegura Víctor Torres, que dijo adiós a un trabajo de 15 años en una agencia de publicidad. “Llegó un momento en que ganaba lo mismo en la agencia que vendiendo fotos en stock y con muchas menos horas de trabajo”, recuerda. Aunque estuvo un tiempo en una escuela de fotografía, al cabo de 8 meses (“en cuanto pude dedicarle más tiempo a las fotos”), sus ventas se dispararon y lo dejó todo por hacerse fotógrafo de stock.
Javier Sánchez era asesor de empresa y también lo dejó para profesionalizarse en la fotografía. Al principio lo compaginaba con otros trabajos (especialmente reportaje de bodas y algo de moda) “porque necesitaba otros ingresos”. Pero “con el tiempo dejé los trabajos que menos me gustaban y me quedé con banco de imágenes”. Desde hace hace 2 años, vive exclusivamente de las imágenes que vende en estos recursos.
Te puede llevar años ganar dinero
Estos dos fotógrafos reconocen, sin embargo, que no es fácil llegar a este punto. “Puedes tardar meses o años en ingresar un dinero por el trabajo que has hecho hoy”, advierte Sánchez. Víctor Torres da cursos de fotos de stock y siempre lo avisa: lleva mucho tiempo ganar dinero de esta forma “salvo que tengas en tu disco duro miles de fotos comerciales, muy buenas y muy vendibles que puedas subir de golpe”, asegura.
Por eso, y como asevera Sánchez, “esto desmotiva, sobre todo al principio. Muchos de los nuevos se desesperan por eso y tiran la toalla”. Él mismo recuerda que al principio a él tampoco le daba para vivir. “Como empecé como aficionado, no me importaba cuánto ganase”, asegura Sánchez. “Fue con el paso del tiempo cuando poco a poco fui ganando más”.
Además, tampoco quiere transmitir la idea de que es un dinero fácil. “Hay que dedicarle mucha horas”, no solo en la realización de la foto, sino en su edición y su posterior subida, eligiendo las keywords y los títulos apropiados para cada uno de ellas.
Básico o premium, una comisión (muy) diferente
Aunque construir un catálogo bueno lleva tiempo, Víctor Torres cree que otra de las claves puede ser conseguir entrar en una agencia premium. “No es garantía ni es indispensable para ganarse la vida con esto, pero al tener una clientela especial, las premium tienen precios y comisiones más caras y es más fácil ganarse la vida”, sentencia.
¿Cuánto dinero gana un fotógrafo por cada foto que vende de un banco de imágenes? La cantidad varía mucho en función de cada plataforma y de cada fotógrafo. La comisión puede ser de céntimos por descarga. Torres asegura que las agencias dan entre un 20-30% de cada venta en banco de imágenes estándar. “Es muy poco”, sentencia. Sotcksi da entre un 50% y un 75% (si es una licencia extendida, un tipo de licencia especial en función de lo que vaya a hacer el cliente). “La comisión más pequeña que yo me he llevado fue en iStock de uno 5-7 céntimos de dólar. Lo que más me han llegado a pagar son 1.500 por una foto”, señala.
Shutterstock, Adobe Stock, iStock, 123RF, Depositphotos y Dreamstime serían algunos de los bancos de imágenes microsotck o estándar. En Macrostock o Premium, podríamos hablar de Offset, Adobe Stock Premium, Cavan y Westend61.
Javier Sánchez explica que en algunos bancos de imágenes van subiendo de nivel a los fotógrafos, en función del negocio que sean capaces de aportar a la agencia. Estas técnicas suelen ser habituales en los bancos estándar o microstock. Cada agencia tiene su criterio. Shutterstock, por ejemplo, va por cantidad de ingresos y, en función del dinero que gane el fotógrafo, le sitúan en determinadas posiciones y comisiones. Otras van por volumen de descargas y otras van por fotografías.
“Ninguna agencia lo reconoce, pero te clasifican como fotógrafo y te posicionan según seas”, asegura Sánchez, quien advierte que también hay una especie de SEO detrás de esta clasificación, tanto de fotógrafos como de imágenes. “Se intenta averiguar, pero solo podemos aplicar metadatos y subir con ciertos ritmos”, explica. Y, aunque no tiene certeza, está convencido de que los revisores de las fotos “pueden darte nota y, en función de eso, subir tu caché”.
Cuántas copias hay que vender para ser rentable
En función de estos precios, la cantidad de copias a vender para que una toma acabe siendo rentable también varía mucho. “La suerte de estar en una agencia premium es que es relativamente sencillo hacer que una sesión te sea rentable”, detalla Torres, que explica que los modelos que aparecen en estas imágenes no son de agencias y son más económicos. “Si vendo una imagen XL en Stocksy me da un margen de 62,5 dólares. A la mínima que venda 3 copias de esa imagen ya he amortizado el gasto y todo son ganancias”, detalla.
Mientras, en los bancos de microstock, vas a necesitar 200 licencias para amortizar un trabajo. Sin embargo, hay fotógrafos que se dedican más a microstock porque les va muy bien así: “igual tiene 6.000 en microstock y solo 700 en premium”, señala Torres. Y, como detalla Sánchez, en las imágenes premium “hay menos venta y, por tanto, más riesgo”.
Sin jefes y con libertad
Javier Sánchez se muestra feliz viviendo siendo fotógrafo de banco de imágenes. “Si se trabaja bien y duro, puedes tener unos ingresos más dignos que en otros trabajos fotográficos”, relata.
Pero, sobre todo, valora la libertad que tiene. “Decides qué haces (como especializarte en fotografía de platos o paisaje o estilo de vida, deporte o moda). Puedes adaptar tu trabajo a lo que te gusta o se te da bien. También marcas tú los ritmos. Si en una época tienes ciertas dificultades, las compensas. La libertad es la gran ventaja. Uno decide qué, cómo, cuándo y dónde y eso no ocurre en la mayoría de los trabajos”.
Algo parecido a lo que opina Torres. “La profesión de fotógrafo de stock te da una calidad de vida impresionante. Muchos no se lo creen”, explica, añadiendo que hay que tener un catálogo grande que de estabilidad de sueldo. “No dependes ni de jefes ni de clientes. Ni tienes que perseguirles para que te paguen”. Y también alude a que puedes hacer lo que quieras “siempre que hagas cosas que vendan. Si vas de foto de autor te va a quedar un catálogo bonito pero poco más. Hay que hacer las fotos que venden”, avisa.
Superar la incertidumbre, punto clave
Pero, como decíamos antes, para llegar a este punto hay que superar la que es, para Sánchez, la principal desventaja de este trabajo: los ingresos son en diferido.
“Puedes tardar meses o años en ingresar un dinero por la sesión que has hecho. Es mucho trabajo: haces las fotos, las editas, las subes con metadatos... y tarda mucho en llegar el dinero”. Y, como en cualquier otro negocio, otro inconveniente es la incertidumbre, el no saber si va a funcionar o no. “Trabajar es la receta del éxito. Si una cosa no te ha funcionado, lo hará otra. No hay que quedarse de brazos cruzados”, recomienda.
Pero, ¿son los casos de Víctor Torres y Javier Sáchez una excepción? Ellos creen que, en el fondo no. “Hay bastantes fotógrafos que vivimos de esto. En España no somos mucho, pero sí somos varios”, asegura el primero de ellos, quien asegura que solo hace encargos cuando no lo puede evitar. “Mi política es regalarles la foto a cambio de que me dejen subirlas en banco de imágenes”.
Torres detalla que esta opción se practica mucho y que funciona muy bien. Pone como ejemplo el de una clínica dental. “Quizá no tiene los recursos para pagar esa sesión de fotos que quiere. Con esta técnica, consiguen 300-500 fotos gratis a cambio de que yo las pueda vender en banco de imágenes”. El único escollo es que los empleados firmen cesión de derechos de imagen. “A nosotros como fotógrafos nos viene bien porque las podemos explotar toda la vida y le sacamos más dinero que lo puedes cobrarles al cliente”, detalla.
Cuando tu imagen circula sin control
Los bancos de imágenes detallan a los fotógrafos cuántas veces se ha vendido cada una de sus fotos, pero casi nunca saben cuál es el cliente final que las ha adquirido y con qué finalidad. Todos los fotógrafos han visto, además, cómo algunas de sus imágenes han circulado por Internet sin que se haya pagado siempre por su utilización.
“No te sienta muy bien cuando tu imagen circula sin atribución”, confiesa Torres, quien disculpa este tipo de actitudes en que, muchas veces, se hacen según su opinión por desconocimiento de los clientes y de los derechos de autor. “Se piensan que porque la encuentran en Google la pueden utilizar para todo. Si es gratis, mejor que gastarte 50 céntimos. La gente no lo entiende. Siempre hay pelea en ese tema. La piratería existe pero convives con ello”, detalla.
Sánchez asegura que uno de los grandes periódicos de tirada nacional empleó una foto suya sin atribución. Finalmente, la retiraron. “Que no la pidan me molesta”, explica. “Una estudiante me escribió para poder utilizar una imagen mía en su tesis. Claro que hay casos en los que se puede ceder, pero que al menos te la pidan”, reclama.
Tu foto más exitosa
Por último, hemos querido preguntarles cuál es la foto que más éxito ha tenido de todas cuantas han subido a los bancos de imágenes.
Aunque difícil quedarse con una, Sánchez alude a una foto de su hija recién nacida. “Le hice una foto durmiendo pero riendo. Esa foto la subí a redes sociales. Alguien decidió robarla y la empecé a ver en todas las partes y la usaban para memes, muchos de ellos divertidos. Pero una vez viralizada ya no puedes hacer nada”, explica. Con el tiempo decidió incluirla en los banco de imágenes y “es la de más éxito. El que me la robaran fue la que me dio pie a meterla en banco imágenes”. Y todos los días se descarga entre 10 y 20 veces. “Cabronazi la usa mucho”, se ríe.
Para Torres, la foto que más ha vendido es un skyline de Nueva York. “Hay miles como esa y muy buenas, con cielos espectaculares. Mi foto original era muy mala y estuve a punto de no subirla. Pero la retoqué en Photoshop y quedó bonita y ha funcionado muy bien. La vendo prácticamente todos los días y me ha pagado el viaje de aquel año”, asegura.
Fotos: Víctor Torres. Javier Sánchez. Maksym Azovtsev, scyther5, Spaceliner
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