Flickr no está pasando por un buen momento. Tras verse casi abocada al cierre, SmugMug compró la plataforma allá por 2018 para mantener a la red social de fotógrafos viva, pero las cuentas siguen sin salir. Flickr pierde dinero, decenas de millones de dólares al año, según Don MacAskill, CEO de Flickr y SmugMug, que ha publicado una carta pidiendo a los usuarios que se suscriban a Flickr Pro.
Según expone MacAskill, "compramos [Flickr] porque amamos a los fotógrafos, amamos la fotografía y creemos que Flickr merece no solo vivir sino prosperar [...] Pero no podemos continuar operando con pérdidas como lo hemos estado haciendo”. Porque Flickr tiene más de 100 millones de cuentas y "decenas de miles de millones de fotos". De acuerdo al CEO, "es un tesoro de valor incalculable para todo el mundo. Pero cuesta operarlo. Mucho dinero".
La suscripción a Flickr Pro cuesta seis euros al mes si se paga de forma mensual o 4,50 euros al mes si se opta por la facturación anual. Es menos que lo que cuestan Netflix o Spotify, y precisamente el CEO se pregunta por qué la gente está dispuesta a pagar esos servicios, que son más caros, y no una suscripción que ofrece almacenamiento ilimitado de imágenes en máxima calidad, entre muchas otras cosas. Es una cuestión bastante amplia.
El reto de ser mainstream
Flickr, a diferencia de Netflix o Spotify, no es un producto mainstream. Flickr es un producto de nicho, una red social por y para fotógrafos, y es precisamente por ello por lo que sus respectivas suscripciones no compiten en la misma liga. Plataformas como Netflix o Spotify son masivas, mainstream, son aptas para todos los usuarios y ofrecen películas y música en calidad de tarifa plana. Sus beneficios no se pueden comparar con Flickr Pro.
Flickr Pro ofrece almacenamiento ilimitado (ahora hablaremos de esto), navegación sin anuncios para el usuario y sus visitantes, estadísticas avanzadas, cargas ilimitadas y copias de seguridad de imágenes, además de descuentos en ciertas plataformas como Adobe, Prrime o Pixsy. Son productos que pueden interesar a fotógrafos profesionales, pero que quizá no lo hagan al usuario que hace fotos con su móvil o de forma casual con una cámara réflex.
Sin embargo, Netflix y Spotify ofrecen algo que "gusta a todo el mundo": películas, series y música, todo ilimitado y sin anuncios. En ese sentido, MacAskill afirma lo siguiente:
"Es probable que pagues servicios como Netflix y Spotify al menos nueve dólares por mes. Me encantan los servicios como estos, y soy un cliente que los paga feliz, pero no mantienen seguras tus invaluables fotos y te permiten compartirlas con las personas más importantes de su mundo. Flickr sí, y una membresía de Flickr Pro cuesta menos de un dólar por semana".
La pregunta que cabe hacerse es si realmente es necesaria una plataforma como Flickr para mantener seguras las fotos y compartirlas con otras personas. Hablaremos ahora del almacenamiento cloud, pero en lo que a compartir se refiere, no es un secreto que una buena parte de usuarios prefieren otras herramientas para el día a día. Un ejemplo sencillo podría ser WhatsApp, que nos permite compartir fotos y vídeos con tantas personas como queramos en cuestión de segundos y directamente desde el teléfono.
Podría abordarse el tema de la compresión que aplican estas aplicaciones a las imágenes, pero a la vista está que no es algo que importe demasiado en la práctica. Prueba de ello es el auge de Instagram, que permite compartir imágenes y vídeos con otros usuarios aplicando en el proceso una generosa compresión. Lo importante no es cómo luce la imagen final, sino compartirla con cuanta más gente mejor, en general.
Instagram, sin ir más lejos, ofrece también un alcance potencial mucho más amplio para aquel que quiere exponer su trabajo. Es masiva. Démonos cuenta de que Flickr habla de que tiene más de 100 millones de cuentas, pero Instagram supera los mil millones, diez veces más. Puede que el público de Flickr sea más cualificado en tanto en cuanto es más probable que sea otro fotógrafo profesional el que vea las fotos, pero cuando hablamos de alcance en términos absolutos, Instagram se lleva la medalla.
En otras palabras, el quid del asunto radica en el valor percibido por los usuarios. Los usuarios pagan Netflix y Spotiy porque valoran lo que ofrecen; usan Instagram porque les aporta algo en su día a día. Flickr, o en este caso, Flickr Pro, es un producto de nicho que al usuario casual, al que paga por Netlix o Spotify, quizá no le aporte demasiado, más aún con esa fatiga de la suscripción de la que tanto se habla. Es, simplemente, una cuestión de prioridades.
El almacenamiento ilimitado ya no es diferencial
La versión gratuita de Flickr permite subir hasta mil fotos en máxima calidad (antes era 1 TB, pero con la compra de SmugMug cambió), así que si queremos subir fotos ilimitadas toca pasar por caja y optar por la suscripción Pro. Eso, antaño, cuando no existían servicios como Google Fotos o Amazon Photos, podría ser un motivo más que de sobra para pagar una suscripción. El asunto es que ahora el almacenamiento ilimitado es más accesible que antes y, en muchas ocasiones, es gratuito.
El ejemplo más evidente es Google Fotos. Google ofrece almacenamiento ilimitado y gratuito para fotos y vídeos, si bien aplica algo de compresión en ciertos archivos cuando sobrepasan ciertas limitaciones. Si partimos de la base de que lo importante no es tanto conservar el archivo en su calidad original, sino conservarlo en general, la compresión no parece ser un impedimento para el usuario que simplemente quiere volcar las fotos de su móvil a la nube. La prueba está en los mil millones de usuarios que la plataforma de Google tienen su haber.
Pero es que incluso queriendo almacenar las fotos y vídeos en calidad original hay alternativas cuasi gratuitas. ¿Ejemplo? Amazon Photos. Es un servicio que ofrece 5 GB de almacenamiento para cualquier usuario de Amazon y almacenamiento ilimitado para miembros de Amazon Prime. En el caso español, este almacenamiento ilimitado se incluye con los 36 euros que vale Amazon Prime, que son tres euros al mes e incluye también Prime Video, entre otras cosas. Si eres Prime, no hay necesidad de pagar por Flickr Pro para conseguir exactamente lo mismo, pero con menos ventajas.
La pregunta que cabe hacerse es, por lo tanto, ¿qué ofrece Flickr Pro para un usuario que no sea estrictamente fotógrafo profesional? Para estos puede ser una pasarela para dar a conocer su trabajo mediante, por ejemplo, el potentísimo motor de búsqueda basado en colores, licencias, etiquetas, etc., pero parece que se ha quedado atrás ante plataformas como Instagram, con muchos más usuarios y alcance potencial, y los servicios de almacenamiento en la nube gratuitos.
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