Fotografiar el paso del tiempo es posible si sabes cómo: guía completa para realizar time lapses

A través de nuestras fotografías podemos experimentar diversos tipos de trabajos con diversas técnicas empleando el propio fenómeno fotográfico como la velocidad de obturación o la profundidad de campo. En otros casos como en el time lapse, buscamos un resultado en la propia sucesión de fotografías más que en los ajustes de la cámara.

El time lapse es por definición, fotografiar el paso del tiempo. Los motivos que podemos fotografiar son variados, siendo los más comunes los time lapses de la naturaleza, normalmente largas exposiciones donde vemos el movimiento de las estrellas y cómo la Vía Láctea divide el cielo en dos. Asimismo, esta técnica podemos emplearla también para observar el amanecer en una ciudad o cómo se derrite un cubito de hielo.

Tipos o 'estilos' de timelapse.

Entre los distintos tipos de time lapses encontramos principalmente cuatro variantes.

Time lapse tradicional

El primero es el time lapse tradicional que consiste en la toma calculada de un número de fotografías correspondiente a un intervalo de tiempo. Tras la captura, montamos las fotografías en un vídeo y podremos ver el periodo de tiempo que hayamos fotografiado a cámara rápida.

Promocionando el talento nacional, un buen ejemplo es el trabajo del español Jose A. Hervas. En este caso, 'Islands of Dreams', en el cual Jose viajó a Tenerife, Islandia, Formentera e Ibiza para conseguir las fantásticas fotografías que componen este time lapse.

Time slice

El segundo tipo de time lapse que podemos realizar se llama time slice. El time slice consiste en la toma de fotografías espaciada en el tiempo con el mismo encuadre, tras lo cual lo montamos todo en Photoshop en forma de tiras preferentemente verticales. Por lo general, la idea es combinar el día y la noche o un cambio de iluminación de un edificio u objeto en una misma fotografía. Es una técnica que no funciona si en la escena hay cambios sustanciales, como un cubito de hielo derritiéndose. Con este tipo de time lapse nos evitamos la edición en vídeo del trabajo, lo que lo hace algo más sencillo que un time lapse convencional.

Hyper lapse

El tercer tipo son los hyper lapse. Si en el time lapse lo que buscamos es fotografiar el paso del tiempo, en los hyper lapse queremos mover la cámara, como si grabásemos un vídeo y luego lo pusiéramos a cámara muy rápida. Tras fotografiar el recorrido que queramos hacer, debemos montar las fotografías como un vídeo para observar el resultado. Con este tipo de vídeos podemos crear algo parecido a un 'tour virtual' por una ciudad, un establecimiento, una calle o tu propio barrio.

Por ejemplo, en este creativo hyper lapse, los chicos de Teehan+Lax Labs, ubicados en Ontario, Canadá, echaron mano de Google Maps para crear un magnífico trabajo que nos lleva a través de la Golden Gate o los rascacielos de Nueva York.

Flow motion

El flow motion es el cuarto tipo de time lapse, muchísimo más complejo y que requiere más conocimientos que los tres anteriores. El flow motion lo definiremos como un combinado entre un time lapse y un hiper lapse ya que observamos cambios de tiempo y ubicación con transiciones muy trabajadas entre unas escenas y otras a través de After Effects.

La única forma de describir uno es verlo, y aquí os dejamos el flow motion de Rob Whitworth titulado 'Dubai Flow Motion', un trabajo preciso y espectacular en el que destaca una tremenda planificación en el que destaca la impresionante habilidad para concatenar las transiciones entre las distintas escenas.

Equipo y accesorios.

Para los distintos tipos de time lapses explicados en el punto anterior, debemos disponer del equipo necesario. Lo básico es una cámara con la batería cargada al máximo, trípode sólido y un mando disparador remoto.

Si tenemos una réflex pero no tiene intervalómetro, deberíamos disponer de un intervalómetro externo como por ejemplo este Pixtic para Canon. Si somos muy manitas, podemos incluso fabricarnos uno con nuestro smartphone, o simplemente disponer de un cronómetro para controlar el tiempo y disparar la cámara. En este último caso sí que es muy recomendable disponer de un disparador externo, ya que las vibraciones al presionar el botón disparador de la cámara puede hacer que quede movido.

¿Qué cámara emplear a falta de una réflex?

Si no disponemos de cámara réflex, podemos usar una cámara compacta o el propio smartphone siempre que tenga controles manuales. En estos casos, el uso del cronómetro se hace indispensable para calcular cada cuánto tiempo debemos realizar las fotos. Si nuestra intención es realizar un hyper lapse, es posible realizar uno directamente desde nuestro teléfono con la aplicación Hyperlapse.

Cuando hablamos de accesorios, como hemos mencionado anteriormente, son obligados el mando de disparo remoto y un trípode sólido para asegurar la cámara sobre el terreno, además de un disparador para evitar la trepidación de la imagen.

Accesorios programables para la captura de time lapses

Sin embargo, existen multitud de accesorios en los que el único límite es el bolsillo. Accesorios muy sofisticados que pueden hacer que nuestro time lapse tenga un acabado mucho más pulido. Entre ellos encontramos un slider programables o una rótula de trípode robótica. En una buena ubicación, estos accesorios programables pueden conseguir barridos espectaculares. Si queremos realizar time lapses de máxima calidad, además de planificarlos correctamente, estos accesorios resultan casi indispensables.

Los filtros de densidad neutra variable no suelen ser necesarios por la noche, pero si queremos hacer uno a la luz del día y la velocidad de obturación sube por encima de 1/30 nos veremos obligados a comprar uno. Este filtro nos permite alargar la velocidad de obturación varios segundos, haciendo que en las calles no aparezcan coches ni personas, lo que hace que el acabado general del vídeo sea mucho más limpio.

Por ejemplo, un filtro de calidad que subexponga la imagen de 4 a 6 pasos, hará que la luz que el sensor recibe se reduzca notablemente, permitiéndonos incrementar el tiempo de obturación. Un ejemplo sería este filtro Fader, regulable desde ND2 a ND400, es decir, subexponiendo la imagen entre 1 y 9 pasos.

Creación de time lapses con un smartphone

Si no disponemos de otra cámara, es posible realizar un time lapse con nuestro smartphone Android o iOS empleando aplicaciones externas o en el caso de iOS, la aplicación nativa de la cámara.

La creación de time lapses a través del móvil es mucho más divertida porque dá mucho más juego a la experimentación debido al pequeño tamaño y peso de los teléfonos. Por ejemplo, si conseguimos fijar el móvil a un reloj de cocina, podremos crear barridos horizontales o verticales muy interesantes durante un máximo de una hora.

Para realizarlos, podemos usar las siguientes aplicaciones, dependiendo de si empleamos Android, iOS o Windows Phone además de la aplicación nativa de la cámara en iOS, que ya incorpora esta opción.

En la Google Play Store disponemos de Framelapse, y Lapse it (1.99 euros la versión pro), EasyLapse, TimeMovie o Time-Lapse Video Maker. En la App Store de iOS disponemos de iLapse (1.99 euros), Timelapse (4.99 euros) así como Lapse it, OSnap! Pro (3.99 euros). Si tenemos un Windows Phone, disponemos de Timelapse Pro, ProShot (2.99 euros), Time-Lapse Cam o TimeShoot.

Debemos estar muy atentos a que haya memoria suficiente para guardar el trabajo que realicemos con el smartphone, y que si el móvil es nuestra única opción para realizar un time lapse y tenemos poca memoria, incluso acudamos al sitio a fotografiar con un portátil y un cable para poder seguir realizando fotos. La batería es un elemento importante también, pero si disponemos de un powerbank, no tendremos problema alguno en quedarnos sin batería si disparamos durante unas cuantas horas.

Hay algunas de estas aplicaciones que al terminar el timelapse las convertirá en vídeos directamente, en caso de que únicamente realice las fotografías, deberíamos importar las fotografías como secuencia de imágenes. Si disponemos de los vídeos ya montados, tan sólo hay que pasar los vídeos al ordenador y montarlos con el resto de secuencias.

Los pasos del time lapse. Planificación, producción y edición.

Los números siempre claros

Los time lapses tradicionales, debido a su complejidad y el tiempo que tardamos en realizarlo, es una técnica que debemos planificar lo mejor posible para asegurarnos un resultado óptimo. Debemos apuntar todas las escenas que queramos incluir en el vídeo, las horas que estaremos fotografiando y cada cuánto haremos las fotografías. Una libreta es útil para poder consultarla en todos los pasos que realicemos.

En la planificación de un timelapse hay tres aspectos fundamentales: la cantidad de horas disponibles para fotografiar, la duración total de nuestra escena y los frames por segundo que emplearemos durante todo el vídeo. La ubicación y encuadre son elementos importantísimos también, pero mientras los números estén bien, no hay problema. Estos cálculos nos permitirán saber cada cuánto tiempo vamos a realizar una fotografía, cuánto va a durar nuestro vídeo una vez montado y la cantidad de aceleración a la que se verá nuestro vídeo.

Por poner un ejemplo, si vamos a estar cuatro horas fotografiando Times Square, nuestro vídeo va a reproducirse a 30 frames por segundo y queremos una escena que dure 1 minuto, debemos hacer una fotografía cada 8 segundos. Siempre es mejor dejar un pequeño margen y hacer más fotos de las que necesitemos para nuestro vídeo final, por si acaso necesitamos alargarla.

Un ojo en la cámara y el otro en el cielo

Hay que tener en cuenta cualquier aspecto meteorológico que pueda afectar a nuestro time lapse si lo realizamos durante el ocaso, el alba o la noche en zonas de baja contaminación lumínica. Salida y puesta del sol, si habrá luna y en qué fase se encontrará, y lo más importante de todo, saber si habrán nubes y el riesgo de precipitaciones.

Si queremos realizar un time lapse en el que podamos ver la Vía Láctea cruzando el cielo, o una lluvia de meteoritos, una noche de nubes o una luna llena nos arruinará por completo la experiencia. En este caso, deberíamos asegurarnos de fotografiar durante una noche de luna nueva sin nubes. Si nuestro objetivo es simplemente fotografiar la noche, podría ser que las nubes nocturnas iluminadas por la luna llena nos dé una secuencia impresionante. Experimentar y arriesgarse a pasar una noche a la intemperie puede traer fructíferos resultados.

De la cámara al ordenador: montaje y edición

Hayamos hecho las fotografías con una compacta, un móvil o una réflex, tras la captura, pasamos a la fase de producción. Empleando Lightroom o cualquier otro programa de procesado en lote, el primer paso es recortar las fotografías a proporción 16x9 (1.78:1) o incluso Cinemascope (2.35:1) si lo que buscamos es el efecto más cinematográfico posible. Tras aplicar en bloque el recorte a todas nuestras fotografías, editaremos una fotografía de cada escena para aplicarles los ajustes de niveles, contraste, color, enfoque o cualquier otro parámetro. Tras aplicar en bloque los ajustes en cada una de las escenas, llega la hora de exportarlas. A la hora de exportarlas lo más práctico es emplear un nombre personalizado, con una plantilla tipo "NOMBRE-0001.jpg" para facilitar el montaje posterior.

Por la fase de edición debemos pasar brevemente, ya que el grueso de los ajustes de imagen los habremos realizado a través de Lightroom o cualquier otro programa que nos permita editar las fotografías en bloque.

Importando las fotografías como secuencias

Tras entrar al programa de edición de vídeo que empleemos, en mi caso Adobe Premiere Pro CC, puedo seleccionar la importación de una secuencia de imágenes en forma de vídeo ajustada a los fps del proyecto clickando en la primera fotografía de todas y activando la opción "Importar como secuencia de imágenes"; en el caso de Sony Vegas, es posible marcar la opción "Abrir secuencia de imágenes fijas" en el menú de importación.

El resultado en ambos casos es un archivo de vídeo donde ya se han fusionado todas las fotografías y que ya podemos montar junto al resto de escenas y que no hace falta recortar ni alargar si hemos planificado correctamente la duración de cada una de las escenas.

Es posible emplear una alternativa gratuita usando Windows Movie Maker. Gracias a que Windows nos permite modificar la duración en pantalla de cada una de las fotografías fijas que nosotros importemos, es posible seleccionar un bloque de fotografías y cambiar la duración de cada foto por el frame rate que queramos darle a nuestro vídeo: si queremos 60 cuadros por segundo, cada fotografía deberá durar 0.1666 segundos; si queremos 30 cuadros por segundo, 0.3333; para conseguir 25 frames por segundo ralentizaremos cada fotografía hasta los 0,4 segundos. Es un método tedioso y largo, pero igualmente válido.

Los últimos retoques necesarios para nuestro time lapse en este punto sería incluir la titulación que nos apetezca y la música, para seguidamente exportar el resultado en .MOV codec H264 para conservar la mejor calidad posible. Al finalizar la exportación, el vídeo estará listo para ser subido a Vimeo, YouTube o cualquier otra plataforma.

Fotos | Mike Lewinski, Wikipedia, Takuma Kimura, Pexels, Miki Yoshihito, Alim Mohammed, Leon Terra, Tim Wang (modificado), Ian Barbour

Gif Animado | National Geographic en YouTube, Rustad Media en YouTube

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