Los ojos de Omega no dejan margen de error en las líneas de meta y salida de los Juegos Olímpicos de Río

El tiempo y la distancia son demasiado importantes en unos Juegos Olímpicos, saber quién ha quedado primero en una llegada en la que los atletas parecen haber empatado, y conocer lo cerca que está una flecha de la diana es ahora responsabilidad de la tecnología, como herramienta principal de los jueces.

Cámaras, cronómetros, y sistemas de foto-finish casi perfectos que tienen que demostrar de qué color es la medalla que se merece cada finalista. En las últimas 26 ediciones de Juegos Olímpicos este trabajo la mayoría ha estado en manos de la misma gente, desde 1932 son los suizos de Omega los que ayudan a jueces a tomar las decisiones correctas (Seiko les ha sustituido en alguna ocasión).

En Río la cosa no cambia, ellos son los que ponen la nueva generación de cámaras Scan ‘O’ Vision, estrenadas por primera vez en 2010, durante los juegos de invierno de Vancouver. la nueva versión Myria es capaz de realizar 10.000 tomas en un segundo, un gran avance con respecto a lo que hacía la cámara en Sochi 2014 (2.000 tomas al segundo).

Además de la mejora en la cámara, hay otras novedades para los 500 operadores especializados en cronometrar y medir distancias que hay en los Juegos de Río. Destaca el nuevo sistema para calcular la distancia de una flecha a la diana con un error de 0,2 milímetros, pero especialmente nos fijamos en los equipos que determinan las salidas y llegadas correctas:

Salidas en falso

En la actualidad la propia pistola es la que determina el comienzo de la carrera, cuando se dispara, se empieza a cronometrar. Es muy importante que la señal llegue al mismo tiempo a cada corredor, por esto el sistema realiza tres acciones que ocurren al mismo tiempo:

  • una luz es visible en la parte superior de la pistola
  • un pulso da comienzo al cronometrado
  • la señal audible salta en un altavoz justo detrás de cada corredor


También debemos darle valor al nuevo sistema de presión que tienen los bloques de salida en las carreras de velocidad: miden el peso o presión que ejerce el atleta unas 4.000 veces por segundo, con ello pueden detectar con facilidad si salen antes de tiempo (salida en falso si es antes de 0.1 segundos).

En la línea de meta

En la línea de meta está esperando la citada cámara Myria, en su última generación, que cuenta con ópticas Nikon para hacer su trabajo. Hace falta un clinómetro digital de máxima precisión para colocar la altura óptima de la cámara para tener el mejor ángulo de visión de los participantes en la línea final. Para el que no lo sepa, gana el primer pecho que sobrepase la línea.

En la piscina esto es diferente, es la primera parte del cuerpo que toque con los sensores de meta, la que determina el ganador. Las mediciones son más complicadas en el agua, además, el escenario cambia en dimensiones - hay un margen de error de tres centímetros - según condiciones como la temperatura.

Imagen: Matt Slocum/AP

Por esto el nivel de medición no es tan estricto y en los 100 metros mariposa de Río, Phelps y dos más nadadores hicieron el mismo tiempo. Otro episodio acontecido en Río lo tenemos en la final de 400 metros de chicas, allí Shaunae Miller ganó a Allyson Felix por 0,07 segundos, lanzándose al suelo. Este tipo de cosas solo se podrían contemplar con los sistemas que Omega se ha llevado a los Juegos.

La compañía suiza sigue trabajando en mejoras para su cometido olímpico, nos cuentan que Tokio 2020 será uno de los escaparates más importantes para su tecnología, allí llevarán muchas innovaciones, acordes con el nivel que va a haber en todos los sentidos.

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