No podíamos dejar el panorama fotográfico del CES completo sin desviarnos de los grandes fabricantes y darnos una vuelta por Polaroid, donde nos esperaba la Polaroid IM1836, primera cámara Android con objetivos intercambiables de la compañía.
La IM1836 une dos objetos de deseo muy populares como son Android y la fotografía con lentes de calidad intercambiables. la presencia de Android en su versión Jelly Bean es todo un caramelo para compartir imágenes en redes sociales como Instagram o Facebook y añade un plus de aplicaciones con las que editar imágenes o no perder de vista nuestras actualizaciones, todo ello si hay una WiFi en nuestra zona, claro está.
La cámara permite incluso ejecutar juegos como Angry Birds o Bad Piggies, aunque el factor de forma de una cámara no es el más cómodo y la pantalla, una LCD de 2.8 pulgadas y poca resolución no ayuda a que la experiencia sea disfrutable.
Esta sensación de que la IM1836 podría haberse construido con más amor nos va a acompañar a lo largo de todo el rato que hemos pasado con ella. Es posible que estos detalles se deban a que la cámara que Polaroid exhibía en su Stand es un prototipo muy previo, pero el caso es que la IM1836 da mala sensación en cuanto a construcción. El cuerpo, pese a su aspecto metálico y a un diseño bastante bonito, es de plástico y pesa demasiado poco.
El flash retráctil surge de la cámara abruptamente y basta tocarlo con el dedo para que se mueva de forma ostensible. La lente, por su parte, tampoco da la sensación de estar bien acabada.
Para rematar, la aplicación de cámara de la cámara (valga la redundancia) había sufrido un error crítico y directamente no hemos podido probar su comportamiento ni reiniciando el terminal. A nivel de Android, la IM1836 dispone de los botones táctiles típicos de Android en la parte izquierda de la pantalla y alguno más de cosecha propia para acceder a la aplicación de cámara o a la galería. El funcionamiento de Android no es malo del todo, aunque da la sensación de que tenemos entre manos un smartphone de gama baja más que un dispositivo que cuesta 400 dólares.
Como decíamos, quizá todo esto se deba al prototipo concreto que Polaroid exhibía en su stand, pero para eso era mejor que lo hubiese metido en una urna a la espera de rematarlo del todo. Habrá que esperar al correspondiente análisis para confirmar estas malas vibraciones o descartarlas.
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