Que, durante los últimos años, Instagram se ha convertido en una plataforma tremendamente popular y en un imprescindible para todo aquel que quiera poseer cierta influencia mediática, es una realidad evidente ampliamente conocida por la mayoría. Una situación que vienen a plasmar sus más de 500 millones de usuarios activos; y una cifra desdeñable que la entidad dio a conocer hace tan solo un mes.
Así y a pesar de que la red social tiene como protagonista la fotografía, en ella han llegado a converger fotógrafos pero también modelos, futbolistas, famosos, cineastas, y un largo etcétera de celebrities cuyos perfiles, paradójicamente, se han convertido en los más seguidos. Pero, ¿a qué se debe su éxito? ¿A la calidad de sus capturas? ¿A su mera fama? Y otra cuestión no menos importante: ¿qué opinan los fotógrafos profesionales de las imágenes que publican?
Consideraciones iniciales
Para resolver a nuestra pregunta hemos contactado con varios profesionales del sector: Oliver Vegas, Ramón Peco Muñoz, Francisco Ripoll, Víctor Soriano, Pablo Albuixech y Rodrigo Rivas, unos especialistas que se han mostrado encantados de contarnos su opinión y en cuya trayectoria incidiremos más tarde.
En todo caso y antes de entrar en mayores vicisitudes, debemos contestar a un interrogante básico: ¿cuáles son los perfiles más seguidos de Instagram? En concreto, nos quedamos con Selena Gómez (91,3mm), Taylor Swift (86,4mm), Kim Kardashian (77,8mm), Ariana Grande (79,6mm), Beyoncé (79mm), Justin Bieber (75,7mm), Cristiano Ronaldo (69,9mm), Kylie Jenner, (68,5mm) y Kendall Jenner (61,9mm).
Instagram, ¿una red de fotógrafos?
Para empezar, Rodrigo Rivas, fotógrafo callejero y de viajes, especialista en fotografía móvil, un joven con cuya colaboración hemos tenido el placer de contar en Xataka Foto. Así, su primer afirmación es que “Instagram no es para nada una red para fotógrafos”.
La razón por la que “ que los usuarios de Instagram con mayor seguimiento o seguidores no tengan un uso fotográfico de calidad no es sinónimo de ninguna demonización por parte de los fotógrafos. Quien así lo crea, me parece que no entiende muy bien el uso de una red social como Instagram. Instagram es de todos y para todos, e igual que existe gente que lo usa como portfolio o de una manera más fotográfica seria, existen otra que no”.
Ramón Peco Muñoz, periodista y profesor de fotografía, también se refiere a esta cuestión: “las reglas de Instagram poco tienen que ver con el mundo de la fotografía […] en el fondo, el uso que hacen las celebrities poco tienen que ver con las reglas de la fotografía clásica. Habría que diferenciar, por una parte, lo que son los instagramers famosos de los famosos con Instagram”.
Estos primeros tienden a intentar tener una imagen homogénea, mientras que las celebrities no, sino que lo usan como un escaparate de toda serie de cosas: vida personal, promociones, etcétera. “A veces incluso las fotografías pueden ser pagadas (aunque no lo sepamos), debido a algún tipo de compromiso o similar”.
Peco también apunta a que “hay instagramers que son modelos de sus propias fotos, pero esto es excepcional […]. Nos quedamos, a modo de ejemplo, con el perfil de Isabelita Virtual, una fotógrafa que mezcla imágenes hechas libremente con otras de encargo y que usa Instagram para promocionar su trabajo.
En todo caso, ellos también pueden tener un estilo muy unificado, como el empleo de determinados filtros, composiciones, estructuras (se le da preponderancia a la luz, por ejemplo). “También habría que diferenciar el que ya era fotógrafo del que empezó a utilizar Instagram con un estilo determinado para hacerse, digamos, instagramer”:
Víctor Soriano, fotógrafo freelance y especialista en fotografía de producto, publicitaria, industrial y de moda (actualmente trabaja en la revista Shopper Magazine), opina que los mencionados instagramers son también “solo famosos”. La causa de que, al mismo tiempo, sean los más seguidos.
“Da igual si se hacen una foto con el móvil del dedo gordo de su pie, que tendrá miles de likes y hasta creará tendencia. Para mi, desde el punto de vista fotográfico no tiene ningún valor. De hecho, normalmente cada una de las fotos que publican están previamente más que estudiadas por su director de comunicación”, indica.
Soriano también diferencia entre estas personalidades y los instagramers propiamente dichos: “otra cosa sería que habláramos de instagramers de primer nivel, que son fantásticos realizando fotografías con su móvil, y que son seguidos por miles de fans, o por ejemplo de algún celebrity que realmente sepa manejar adecuadamente su móvil y tenga un perfil interesante desde el punto de vista fotográfico”.
En cuanto a la distinción entre ambos, este profesional vuelve a remarcar el asunto del dispositivo con el que se toma la foto: “deberíamos diferenciar lo que es realmente un instagramer -aquel que solo publica fotos realizadas con su móvil y la aplicación Instagram- de aquel que utiliza Instagram como plataforma de redes sociales, en la cual publica fotos realizadas con cámaras que sinceramente no es lo mismo”, comenta.
El punto de partida de Pablo Albuixech, fotógrafo oficial del Ice Diver y 7mares y especialista en fotografía deportiva y de naturaleza, va en la misma dirección: “ parto de la idea de que Instagram es la red social de postureo por antonomasia; seas un famoso con unas cuantas decenas de millones de seguidores o un paria que no llega ni de lejos a los 100”.
En el caso de los famosos que nos atañen y tal y como explica, todos muestran aspectos de su vida personal con mayor o menor pudor, “pero es innegable que usan la red social principalmente para su promoción profesional, y gran parte de las fotografías colgadas no han salido precisamente de sus dispositivos móviles sino que pertenecen a las campañas fotográficas de su equipo de imagen y comunicación”.
Un uso que, si bien no considera negativo “pues cada emplea las redes sociales como mejor le conviene pero no es comparable a como lo hace el común de los mortales, que se conforma con fotos de gatitos, la hamburguesa que está a punto de comerse o el paisaje idílico al que ha ido a pasar el fin de semana”.
Albuixech también hace hincapié en que Instagram es fácil y rápida de utilizar: “no es necesario ser un gran fotógrafo para que cualquier instantánea quede aparente (siempre hay un filtro que va a darle el toque justo a cualquier foto esté correctamente expuesta o no). En este sentido los selfies que se toman los famosos no son ni más ni menos que los de cualquier otro usuario, solo que evidentemente tienen un impacto que se mide en millones de "likes" y desatan comentarios como para llenar páginas y páginas”.
Quién hace las fotos. El aspecto psicológico
Paco Ripoll, el fotógrafo más veterano de nuestra lista de entrevistados, colaborador habitual de La Verdad y docente en la Agrupación Fotográfica Valenciana, pone el punto de inflexión en el hecho de que muchas de estas imágenes figuran en los perfiles personales de las celebridades pero que no han sido tomadas por ellas, sino por profesionales con “fines promocionales”.
“Además y desde el punto de visto fotográfico, te dan a entender que se trata de una imagen casual. Sin embargo, se trata de algo muy estudiado, meditado con antelación; hay un engaño brutal y absoluto”, comenta. “No obstante, encontramos de todo”, una afirmación con la que se refiere a las imágenes de la vida personal de estos famosos, que atribuye “al tradicional morbo”.
Unas aseveraciones que relaciona con el “aspecto psicológico de la fotografía”, capaz de determinar la imagen que se transmite de una determinada persona. “Instagram no es más que otro medio de difusión gratuito en el que están colgando una serie de imágenes que, si bien no son fraudulentas, camuflan el motivo por el que se han hecho”. “Parece que el espectador está al lado de su artista preferido y su artista preferido lo está engañando”, remata.
En cuanto a los selfies, asegura que hay algunos “que no los hace cualquiera ni por casualidad”. Otro de los problemas a los que apunta es que “mucha gente entra en las cuentas y perfiles de los artistas como si estuviera accediendo a la casa y vida íntima de esa persona, y no es más que una manera de engañarse, pues está pasando por alto una serie de condicionantes”.
Al respecto, Ramón Peco nos habla de una imagen curiosa de Justin Bieber en la que aparece tocándose las partes nobles frente al espejo ataviado con unos calzoncillos Calvin Klein. Si observamos las etiquetas de la captura, veremos que se trata de una imagen patrocinada por esta firma de ropa interior. “Esto rompe muchísimos los esquemas de lo que ha sido la fotografía de moda”.
La variedad
Paco Ripoll también apunta a la falta de homogeneidad y a la gran variedad: “hay una gran cantidad de imágenes que son buenísimas y otras malísimas, desde un punto de vista técnico”, así como a la diferencia de estos perfiles de famosos con otros de fotógrafos y similares de la comunidad. En todo caso y en cuanto a las celebridades, hacen un uso que “no es que sea ni bueno ni malo, sino que se centra en promocionar sus intereses”.
Ramón Peco tiene una opinión muy similar. Sí, porque este habitual de El País, Smoda, y otras publicaciones atribuye esta variedad a que, “en ocasiones, los famosos también publican fotografías dedicadas a acallar algún tipo de rumor” (y de ahí que la calidad no importe). Unas palabras que ilustra con el caso de Cristiano Ronaldo.
Respecto a él, Rivas comenta que “el empleo de imágenes realizadas por fotógrafos externos es muy clara; aunque para mostrar su vida privada, y más cercana, hace uso de una fotografía propia con smartphone […]. A pesar de ser un deportista, es una marca icónica y clara referencia en moda y otros temas muy publicitarios. Esto hace que no sea sólo un perfil para retener a los fans del fútbol sino a muchas más personas”, remata.
Este profesional también ilustra su opinión con otra celebrity: Kendall Jenner, de quien dice que “gran parte de su éxito se debe al personaje que es y a su fama”. Fotográficamente indica que “es sin duda una persona con mucho conocimiento de la psicología de sus fans. La mezcla de fotografías de sus sesiones fotográficas como modelo para medios editoriales, junto con la de momentos de su vida privada de una manera cuidada pero más amateur consigue desprender mucha cercanía junto con profesionalismo”.
De Kylie Jenner, por otra parte, apunta que es “uno de los casos en los que la naturalidad y el compartir momentos y selfies priman en exceso”. De hecho, Rivas critica que, en algunos casos, no se nota el menor tacto de Kylie hacia mantener su vida y su persona algo más alejada de su imagen profesional. “En definitiva, bajo mi forma de ver, es uno de los usos más extendidos de Instagram con un perfil muy cercano a los adolescentes medios que usan esta red social”.
La calidad fotográfica
Algunos de estos profesionales también se han fijado en la calidad fotográfica de las cuentas, unos perfiles que suelen decepcionar desde este punto de vista. Por ejemplo y al referirse a Cristiano, Rivas afirma que la calidad fotográfica del deportista “no es muy alta”, pero también que su objetivo es el de mezclar profesionalismo con cercanía. “Es obvio que muchas de estas redes, a pesar de que sean llevadas por ellos mismos, tienen una línea de acción muy bien marcada por sus asesores. Otra vez psicología por encima de grandes dosis de calidad”.
Este fotógrafo también se centra en Kylie para hablar del asunto; un perfil en el que la calidad fotográfica “brilla por su ausencia, salvo cuando la imagen que comparte es de un colaborador externo […]. No tiene un buen ojo fotográfico, pero sabe muy bien que sus seguidores no están en ese perfil por esto, sino por ver el foco de atención, el cual no es otro que ella (sea de la forma que sea)”.
Sin embargo, para élel mejor ejemplo de “menor calidad fotográfica y mayor repercusión” es Justin Bieber. “Su Instagram está repleto de fotografías de escasa calidad fotográfica, pero con un grandísimo interés por compartir todos los momentos que están fuera del alcance de muchas cámaras de prensa o televisión. Vídeos, fotos y todo tipo de dibujos que tienen que ver con su figura son lo predominante".
Desde un punto técnico, Pablo Albuixech también es muy claro: “te diré que el formato cuadrado por defecto en Instagram ( aunque ya sabemos que ahora se permite agrandarlo) no es precisamente el que de para realizar composiciones más estudiadas precisamente; aunque, ¿quién lo necesita? Sólo soy Beyoncé o Justin Bieber o Ronaldo o... y quiero que veas mi escultural cuerpo en la piscina de mi mansión o la fiesta con los amigos en la playa (postureo, de postín, pero postureo). El resto de fotografías, la mayoría, son posados promocionales”.
Además, Ramón Peco asegura que en los Instagrams de famosos vemos “toda clase de cosas raras”, como imágenes tremendamente retocadas y de dudoso gusto, fotos hechas por ellos técnicamente muy cuestionables, etcétera. El fotógrafo también critica el hecho de que no se tomen ninguna molestia por intentar conseguir una mínima calidad, sobre todo si tenemos en cuenta el número de seguidores.
Un análisis más detallado
Asimismo y vistas sus opiniones,no podemos dejar de reflejar el análisis que han llevado a cabo de otras cuentas. Por ejemplo y respecto a la cuenta de Beyoncé, Rivas apunta a que “su imagen, no se ve ridiculizada nunca, y deja patente en todo momento (tanto en vida privada como profesional), que es una persona comprometida y con cierto saber estar”.
“Suelen gustarme mucho los perfiles de personajes públicos que muestran muchos momentos de su trabajo; pues no dan una impresión errónea de ellos. Dan una imagen profesional, y de conseguir las cosas trabajando. Las fotografías de fotógrafos profesionales, tanto en revistas como en el momento de su trabajo ayudan muchísimo a no perder esa imagen de ellos. Bajo mi forma de ver, hace también partícipe a muchas personas en su perfil, lo que da una imagen menos egocéntrica de ella (a pesar de tener la dosis que deben tener estos perfiles)”.
A Ariana Grande “aunque con más calidad fotográfica” y un “querer quedar bien frente a la cámara”, la compara con Bieber y la encaja en el perfil de “persona joven que hace uso de las redes sociales para mostrar gran parte de su vida íntima”. Asimismo, destaca que “a mayoría de sus fotografías están realizadas por ella o gente muy cercana a ella” y que, a diferencia de la mayoría de famosos, tiene un “estilo marcado en todo su perfil […] con esto me refiero al uso de luces e imágenes muy amplias”.
Al hablar de Kim Kardashian, apunta que “si hay un ejemplo que creo que fotográficamente ha sabido cómo mejorar su imagen en redes sociales, es este. Aunque aún conserva cierto toque de postureo en muchas de sus imágenes, lo cierto es que ha conseguido tener un poco más de gusto por las fotografías que comparte (en algunos casos, no todos aún). Creo que la aparición de Snapchat ha hecho que esté usando más la otra red para compartir parte de su vida privada sin tener tanto cuidado con su imagen en ella; al contrario que lo que está ocurriendo con Instagram”.
Rivas, asimismo, se refiere al uso de los colores blancos y más marrones que “están consiguiendo homogeneizar mucho su grid”. A pesar de todo, indica que “sigue siendo un perfil muy centrado en ella, que es lo que sus fans demandan” y que “fotográficamente no es un Instagram muy atractivo”.
“Ella fue de las primeras en darse cuenta del potencial que tenía Instagram e, incluso, llega a marcar tendencia entre otras celebrities”, comenta Ramón Peco por su parte. Uno de los aspectos más curiosos es que “va utilizando determinados tipos de filtros por épocas”.
“Además es muy impulsiva y no deja de publicar fotos”, añade. En todo caso, combina también selfies –que suelen ser bastante polémicos-, fotos de la infancia, capturas supuestamente hechas por ella, imágenes promocionales y demás. “A nivel fotográfico hay de todo pero está claro que es una cuenta que hay que seguir porque está claro que sabe manejar la plataforma”.
Este profesional destaca, asimismo, a Taylor Swift: “sí es cierto que mezcla algunas imágenes que hace ella misma pero que están bastante bien, son expresivas, o similares […] Además mete cierto humor, que es lo que a veces las diferencia; y muchas fotos de la infancia”. Esto último constituye una auténtica tendencia".
Rivas también tiene buenas palabras para ella: “no soy muy fan de seguir personajes famosos, sobre todo por el uso que le doy yo a Instagram, pero creo que sería un Instagram que seguiría con más gusto que cualquiera de los otros de personajes famosos”. ¿La razón? Que se trata de “un perfil muy trabajado, con una imagen muy cuidada. Sabe mostrar muy bien su trabajo con imágenes atractivas visualmente, al igual que con ciertos toques sentimentales. Algo que engancha mucho al público”.
Sin embargo, el mejor de todos los perfiles citados al inicio de nuestro artículo para Rivas, “es el de Selena Gómez”, del que destaca “un tratamiento fotográfico exquisito, un tratamiento de color muy bueno, incluso para fotografías más personales y amateurs. Lo que me gusta es que esos momentos personales han sido cuidados fotográficamente más allá de la calidad fotográfica”. “La conjunción perfecta entre ser el protagonista de tu propio perfil y hacer que lo sean otros”.
Este fotógrafo no deja de mencionar otra de las cuentas más seguidas de la plataforma que se sale de este rol de celebridad: la de Instagram que, con 177mm de seguidores, “es un ejemplo muy opuesto al de todos los perfiles vistos anteriormente”. “A pesar de ser una marca, la grandeza del mismo perfil se basa compartir lo que hace toda la comunidad en la red social”, indica. “Esto hace que le encante hacer protagonista a todos los usuarios, mostrando muchas veces la creatividad de ellos”.
En resumen
Dicho lo cual y vistas sus opiniones, podemos determinar un punto claro en común: la necesidad de diferenciar entre un fotógrafo, un instagramer y una celebridad que cuente con numerosos seguidores en la plataforma. ¿El motivo? Que, a pesar de tratarse de una red social centrada en este arte, no es precisamente esto lo que se buscan aquellos perfiles con mayor número de seguidores.
Unas cuentas que pertenecen, como hemos visto, a famosos del mundo del espectáculo, los deportes y similares, y cuyo objetivo final no es el de obtener la mayor calidad fotográfica, sino una imagen de marca. Un uso que convierte a la comunidad virtual en una herramienta de marketing y en un auténtico escaparate; y un empleo que está lejos de resultar profesional fotográficamente hablando.
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