La RED One supuso una revolución en el mundo de las cámaras profesionales, y las nuevas presentaciones de esta empresa apuntan a que lo volverán a hacer.
La innovación más importante es el sistema DSMC (Digital Stills and Motion Camera), con el que las cámaras pueden configurarse tanto como cámara de fotos como cámara de vídeo. Hablamos, evidentemente, de modelos enfocados a un público profesional, con unos precios fuera del alcance de la mayoría de nosotros.
Las cámaras son totalmente personalizables. La idea de RED es que no es necesario cambiar la cámara completa cuando aparezcan nuevas versiones, sino que podemos sustituir solamente las partes que queramos. Por ello, son totalmente modulares, centrándose en los “cerebros” principales: el RED Scarlet y el RED EPIC.
Este último es la gama más potente y dispondrá de modelos que pueden grabar a 5K y 100 fps hasta modelos a 9K y 50 fps. Los Scarlet empiezan en los 3K a 120 fps y llegan a 6K a 30fps. Todo ello en gamas de precios que van desde los 2.500 dólares hasta los 45.000 dólares. A eso hay que sumarle el resto del equipo: monturas, lentes, visores, baterías,...
Y aunque de momento todo esto queda muy lejano del consumidor medio me gusta mucho el concepto de personalización y de ofrecer múltiples opciones a las necesidades del usuario. Ojalá llegue pronto a gamas más asequibles.
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