Tres sencillos trucos para hacer fotos en casa con buena iluminación. Y sin equipo especializado

Hacer una fotografía en casa de algún objeto o producto bien iluminados no tiene por qué ser complicado. Es verdad que con un equipo profesional puede quedarnos mejor, pero con una cámara sencilla y los tres consejos que vamos a explicar a continuación lograremos un resultado perfecto.

Seguro que alguna vez hemos tenido que hacer en casa alguna fotografía para vender algo de segunda mano o simplemente queremos tener el recuerdo de algún objeto que nos gusta o le tenemos cariño. No es tan fácil como decirlo y hacerlo. Tenemos que tener en cuenta varias cosas, pero con estos tres consejos básicos lograremos un resultado muy bueno.

Utiliza siempre la luz natural

La mejor manera de iluminar siempre será la luz natural. Siempre ha sido así. Pero si queremos tener el control y conseguir algún que otro efecto determinado en cualquier momento del día, tendremos que tener un flash. No es un accesorio que tenga todo el mundo y el que viene integrado con la cámara o el móvil no sirve para iluminar, sino para rellenar sombras en un día luminoso.

No siempre se necesita tener un flash en casa, pero ayuda

Los grandes pintores y fotógrafos tienen los estudios orientados al norte ¿por qué? Así la luz es más suave y estable y no cambia ni el color ni hay sombras por el paso del sol por el cielo. Pero el resto de los mortales solo necesitamos una ventana por donde entre la luz, aunque no sea todo el día.

Para saber si lo estamos haciendo bien, recomendaría contar con una app que permita ver el histograma, como Adobe Lightroom. Si hacemos la fotografía, y el histograma no está cerca de la derecha, tendremos que volver a hacer la fotografía y subir el parámetro de Exposición.

Adobe Lightroom

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Si queremos una luz dura subiremos la persiana y quitaremos la cortina. Si la queremos más envolvente, pondremos una cortina blanca o pegaremos papel cebolla para tamizarla. Es la mejor solución para conseguir un buen resultado.

La luz dura tampoco queda mal...

Rellenar las sombras con ayuda de unas cartulinas

La luz siempre entrará por la izquierda o la derecha, a no ser que tengamos la suerte de tener una buhardilla. No podemos colocarnos entre la luz y el objeto porque haremos sombra. Por este motivo, uno de los lados será siempre más oscuro.

La luz de la ventana viene de la izquierda

Para solucionarlo, lo mejor es ir a una tienda del barrio y comprar cartulinas (DINA2) blanca, gris, negra (en realidad basta con una blanca, pero las demás pueden servirnos como veréis). O si tenéis poliespan mucho mejor. Más rígido y más fácil de colocar.

La cartulina siempre ayuda a rellenar las sombras

Al colocarlo cerca del objeto reflejarán la luz de la ventana y rellenarán las sombras como si fuera un reflector profesional. Es más sencillo y desde luego más económico.

Una cartulina de fondo

Lo bueno que tienen estas cartulinas es que también las podemos usar como fondos, ya que este fondo neutro nos ayudará a encuadrar y a conseguir que el objeto llame totalmente la atención. Así no tendrá que pelear con nada por atraer las miradas... Y si eres creativo puedes combinar colores en el fondo. Y en este caso también tendremos que contar con la información del histograma.

Vigilar el equilibrio de blancos

La luz tiene siempre un color. Cuando vemos un folio en blanco dentro de nuestra casa estamos viendo una dominante azul. Cuando nos sentamos a leer en nuestro sillón favorito, casi seguro que vemos las páginas naranjas... Pero nuestro cerebro intenta 'corregir' la dominante azulada de la sombra y la cálida de las bombillas incandescentes.

El problema es que las cámaras no pueden comprobar esas dominantes (en algunas ocasiones) y cuando vemos las fotos en la pantalla nos encontramos con este inesperado invitado. Y es algo que estropea todas las fotografías de interior. Por este motivo tenemos que contar con la ayuda del Equilibrio de blancos o el mal traducido Balance de blancos.

Dominante azulada por trabajar en interiores

Lo mejor sería contar con una carta de color, pero no nos volvamos locos en este momento. Lo más rápido y eficaz es entrar en la configuración de la cámara y elegir el equilibrio de blancos adecuado para cada situación. El ajuste automático suele fallar con las luces artificiales, y es mejor ponerlo manualmente.

Y si todo sale mal, siempre tendremos los programas de edición o aplicaciones móviles para solucionarlo. Solo hay que pinchar, con la herramienta correspondiente, en una zona blanca y adiós dominantes.

Consejo extra: Utilizar siempre un trípode con el autodisparador

El fondo es la propia ventana en este caso. El trípode ayudó a colocar la diagonal

No todo el mundo tiene un trípode en casa. Pero si nuestra cámara o móvil no es pesada, podemos utilizar cualquier trípode del mercado. O cualquier soporte que mantenga estable la cámara. ¿Y por qué lo recomendamos? Por dos motivos:

  1. Permite asegurar el encuadre y que solo salga el fondo que necesitamos.
  2. Aunque tengamos poca luz, la imagen siempre va a salir nítida.

Y lo más importante a la hora de emplear un trípode: nunca tenemos que tocar la cámara en el momento del disparo, así que tendremos activar el autodisparador para evitar que la máquina se mueva. Parece algo que no tiene sentido, pero os aseguro que vuestra fotografía quedará perfecta. Y si juntáis los tres consejos, todo quedará más fotogénico.

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