Con la Samsung WB500, el fabricante coreano quiere acercar un poco más las cámaras compactas a las réflex, pero no en tamaño sino en potencia. Por tanto, la ofrecen con un cuerpo más similar al de una compacta tradicional que al de una bridge, pero con una lente no demasiado común entre las cámaras de este tipo.
Con ella tendremos un zoom óptico de 10 aumentos, gracias a la lente Schneider con un gran angular de 24 milímetros. Por otro lado, el sensor, algo en lo que cada vez nos fijamos menos, o al menos deberíamos hacerlo, ofrece una resolución de 10 megapíxeles, más que suficientes para una cámara de este tipo.
Se combina con las ya clásicas funciones de las cámaras compactas, entre las que encontramos la detección de rostros y de sonrisas, además de un estabilizador óptico de imagen. La Samsung WB500 también puede grabar vídeo a 720p en formato H.264, permitiendo durante el proceso el uso del zoom, del autoenfoque y del estibilizador.
Todo ello en unas dimensiones reducidas, 10 × 6 × 3.6, con un peso de 219 gramos. Se pone a la venta, de momento en Corea, en blanco y plateado, con un precio al cambio de unos 225 euros.
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