Sony A7 II, toma de contacto

La novísima A7 II de Sony ya ha caído en nuestras manos. Desde que fue presentada inesperadamente el pasado 20 de noviembre estábamos deseando probarla, y, afortunadamente, ayer pudimos utilizar durante un par de horas la primera unidad que ha llegado a nuestro país. Obviamente, dos horas no dan para un análisis profundo (os lo ofreceremos más adelante), pero sí para formarnos una primera impresión de una cámara que, como veremos a lo largo del post, tiene mucho que decir.

Como os contamos en la entrada que le dedicamos el día en que fue presentada, la A7 II incorpora como características diferenciales frente a su predecesora un nuevo sistema de estabilización de imagen que recurre al desplazamiento del sensor en cinco ejes, un enfoque más rápido que el ya de por sí veloz enfoque automático de la A7 original, una ergonomía mejorada y soporte del códec XAVC S para la codificación del vídeo. Pero, antes de comprobar si esta primera toma de contacto nos ha dejado un buen sabor de boca, repasemos las principales especificaciones de esta cámara para ponerla en contexto.

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Sony A7 II: principales especificaciones

Ergonomía mejorada

Cualquiera que haya podido utilizar mínimamente al menos una de las tres cámaras que componen la familia A7 actualmente percibirá de inmediato las mejoras que Sony ha introducido en la ergonomía de esta A7 II. El grip de esta cámara es mucho más voluminoso que el de los modelos actuales, lo que permite sujetarla de una forma más firme, algo que se agradece especialmente cuando utilizamos una óptica voluminosa y pesada que obliga a la cámara a «cabecear» hacia delante.

Otro detalle que, en mi opinión, ha mejorado, es la ubicación del botón de disparo. En la nueva A7 II está colocado justo sobre el grip, mientras que en la A7 original ocupa una posición más retrasada y cercana a los diales de control. La nueva ubicación me parece algo más cómoda, así que bienvenida sea. Por último no quiero pasar por alto una característica de la nueva cámara que, aunque tiene que ver más con el acabado que con la ergonomía, también me parece digna de mención. Las zonas del cuerpo que en la A7 tienen un acabado pulido en la A7 II tienen una textura granulada. Yo, con total honestidad, prefiero el acabado del nuevo modelo porque me transmite una mayor robustez, aunque en realidad ambas cámaras utilizan un cuerpo de aleación de magnesio sellado que en teoría tiene la misma solidez.

Estabilización y enfoque

La nueva A7 II es una cámara rápida. El proceso de encendido dura entre uno y dos segundos (no es la más veloz en este apartado, pero no está nada mal), y en todo momento transmite la sensación de atender nuestras órdenes sin dilación. Según Sony, esta sin espejo enfoca un 30% más rápido que el modelo original, y la verdad es que sí me dio la sensación de enfocar a más velocidad que la A7, incluso en escenarios complicados en los que se ve al borde de la distancia mínima de enfoque.

En cualquier caso, la característica más impactante de la A7 II es su capacidad de estabilización en cinco ejes. Para ponerla a prueba disparé varias veces a pulso, utilizando tiempos de exposición prolongados y la máxima distancia focal que me permitió el objetivo que utilicé durante la prueba, un Carl Zeiss Vario-Tessar FE 24-70 mm f/4 ZA OSS. ¿El resultado? Como veremos en el siguiente apartado del post, fantástico. Aunque provoqué que la cámara vibrase con fuerza durante la exposición, ninguna de las fotografías salió movida, lo que demuestra que en estas circunstancias este sistema de estabilización da la cara.

Calidad de imagen

Aunque probé la A7 original y la A7R durante el pasado mes de febrero, recuerdo con claridad el buen sabor de boca que ambas cámaras me dejaron por su gran calidad de imagen. Y, como esperaba, durante esta primera toma de contacto la A7 II me ha demostrado estar al menos al mismo nivel que su predecesora. La fotografía que tenéis debajo de estas líneas habría sido imposible sin un enfoque tan rápido como el de la A7 II porque nada más acercarme a las palomas, echaron a volar. Aun así, pude tomar esta captura un instante antes de que iniciasen el vuelo.

La gama dinámica de esta cámara es muy amplia, lo que le permite restituir los colores con una enorme precisión y una fidelidad a los tonos que podemos percibir en el mundo real fantástica. Su nivel de detalle es igualmente alto, aunque es evidente que para que el sensor dé lo mejor de sí mismo es imprescindible que la cámara está acompañada por un objetivo a la altura.

Aquí tenéis otra muestra del extraordinario nivel de detalle que nos ofrece esta cámara. Si la A7 II se comporta así, puedo imaginar que una más que posible A7R II despuntará en este apartado. Además, pone en nuestras manos un detalle muy alto en zonas oscuras sin llegar a saturar las altas luces, una cualidad presente también en los actuales modelos de la familia A7.

Cuando está acompañada por un objetivo luminoso y de calidad, la A7 II nos permite dotar a nuestras fotografías de un bokeh muy convincente. Y eso que el objetivo que utilicé durante la prueba tenía una apertura máxima de f/4. Con una óptica más luminosa el resultado será aún mejor en este apartado porque pondrá en nuestras manos un mayor control de la profundidad de campo.

Esta fotografía no tiene nada especial, pero he decidido publicarla porque fue una de las que tomé utilizando un tiempo de exposición considerable y la máxima longitud focal para, así, poner a prueba el sistema de estabilización de cinco ejes. Como podéis ver, a pesar de que sometí a la cámara a unas vibraciones intensas durante la exposición, la fotografía no ha salido movida.

Esta es otra fotografía que nos permite comprobar el muy notable nivel de detalle que nos ofrece esta cámara tanto en las zonas iluminadas como en sombra, y el bonito desenfoque de fondo que podemos conseguir con la A7 II sin necesidad de utilizar una óptica extremadamente luminosa.

Primeras conclusiones

Esta nueva propuesta de Sony es una muy digna sucesora de la estupenda A7. Aunque esta primera toma de contacto no puede ser considerada definitiva porque no nos ha permitido desplegar todo el banco de pruebas que solemos utilizar en nuestros análisis, nos ha resultado muy útil para hacernos una idea acerca de lo que nos ofrece esta cámara antes de su llegada al mercado. Y lo que he visto me gusta mucho. Las mejoras que Sony nos ha «vendido» durante su presentación son tangibles al tener la cámara en las manos, y, lejos de ser anecdóticas, a priori justifican decantarse por esta cámara en detrimento de la A7 original.

En cualquier caso, tan pronto como sea posible os ofreceremos un análisis más detallado en el que también desgranaremos su nivel de ruido en condiciones exigentes y su capacidad de grabación de vídeo, entre otros escenarios de prueba. Para concluir solo me queda recordaros que la A7 II llegará a las tiendas en enero de 2015 a un precio de 1.800 euros (solo el cuerpo) y de 2.100 euros el kit que incorpora, además, el objetivo de 28-70 mm.

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