Olympus acaba de incorporar a su catálogo de compactas la nueva VH-520, una cámara asequible de óptica fija que se ha armado de buenos componentes para lidiar con esas fotos nocturnas que son casi imposibles de sacar en condiciones sin abrasarlas con un flash.
Olympus llama a su tecnología IHS, unas confusas siglas que aluden a Intelligence High sensitivity y a Intelligence High Speed. El concepto, que parece más bien salido de un despacho que de un laboratorio tiene que ver con varias especificaciones de las que presume la VH-520. La primera es un sensor CMOS retroiluminado de 14 megapíxeles.
Acompaña al sensor el procesador de imagen TruePic V, que originalmente fue desarrollado para cámaras réflex. Cierran el cesto del IHS un enfoque y obturación ultrarrápidos, estabilizador de imagen integrado en la propia óptica y una sensibilidad ISO ajustable hasta 6400.
La VH-520 también cuenta con modos capaces de ajustar el rango dinámico para que la iluminación muy contrastada entre fondo y primer plano se ajuste de la mejor manera posible. La cámara cuenta con una pantalla de 3 pulgadas y es capaz de grabar vídeo en Full HD 1080p o de grabar en alta velocidad hasta 240 fotogramas por segundo. La óptica emula a una gran angular equivalente a 26-260 milímetros con zoom óptico 10x.
La Olympus VH-520 es, en definitiva, una cámara sencilla de apuntar y disparar que hará las delicias de los que no quieren complicarse la vida un ápice para tomar fotos. Estará disponible en abril en colores marrón, negro, blanco, rojo, violeta y azul a un precio de 150 euros.
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