Y por fin llegamos en nuestros especiales a uno de los temas más calientes de los últimos meses: los discos duros multimedia. Muy simples en funcionamiento, su evolución ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso.
Aunque el hogar multimedia ya se compone de una fauna y flora muy variada (centro multimedia, HTPC, receptor de medios digitales … los repasaremos todos), queremos empezar por lo más sencillo, por el disco duro multimedia que todo el mundo conoce, ese que se conecta a nuestro televisor y es capaz de reproducir archivos de audio, vídeo y fotos. Sin más.
Discos duros multimedia, ¿son iguales que los discos duros externos?
Una pregunta que un iniciado en esto de los discos duros te haría seguro es: ¿son los discos duros externos discos multimedia? La respuesta que podemos darle es que no. Para justificarlo, veamos qué tiene de especial un disco duro multimedia.
La misión de los discos duros multimedia es la de ser un equipo externo en el que podamos meter contenido multimedia y poder reproducirlos sin un ordenador de por medio. Conectándolo a un televisor o una pantalla externa queremos ver su contenido. Para ello deben contar con conexiones de audio y vídeo, por lo que ya tenemos una primera diferenciación con los discos externos clásicos. También suelen venir con mando a distancia.
El disco duro multimedia es un disco duro externo clásico que normalmente viene en una carcasa especial que incorpora controles y algo muy importante, lleva un firmware o software interno que es el encargado de reproducir los archivos multimedia sin que haya un ordenador de por medio. Si no fuera multimedia, el disco duro tendríamos que conectarlo a un ordenador para poder reproducir vídeo por ejemplo.
Los discos duros multimedia son pues equipos autónomos, muy sencillos de usar, y que suponen una manera rápida y económica de llevar el contenido del ordenador al televisor.
[La siguiente parte del especial tratará sobre lo que debemos tener en cuenta para comprar un disco duro multimedia]
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