Ahora estamos tan acostumbrados a ella que no es raro tener unas cuantas esparcidas por algún cajón de nuestro escritorio, pero hubo un día en el que las memorias USB revolucionaron la manera en la que transportábamos los datos, convirtiéndose en una de las tecnologías clave para acabar con el reinado de los disquetes.
Las memorias USB, también conocidas como lápices USB, tenían algunas ventajas clave frente a sus rivales. Por una parte eran inmunes a las interferencias electromagnéticas que afectaban a los disquetes, y por otra no se rallaban con los arañazos como les pasaba a los CDs. Además, mientras los clásicos disquetes de 3,5 pulgadas tenían apenas 1,44 MB de memoria, los primeros USB se lanzaron con capacidades de 8 MB.
En 2005, cinco años después del lanzamiento de las primeras memorias USB los ordenadores todavía utilizaban disqueteras. Pero poco a poco, todas las ventajas que iban ofreciendo las memorias USB y los lectores de CD o DVDs acabaron desterrándolas para siempre, y con el tiempo los discos también empezaron a flaquear frente a la comodidad de los USBs.
¿Quién inventó la memoria USB?
Hay cierta discordia respecto a quién inventó realmente el primer USB. Por un lado, la primera patente fue presentada en abril 1999 con el nombre "USB-based PC flash disk", y fue responsabilidad de Amir Ban, Dov Moran y Oron Ogdan, de la empresa Israel M-Systems. La patente no describe esta tecnología tal cual la conocemos hoy, ya que la describe con un cable que conecta la memoria y el puerto USB.
Por otra parte, en septiembre de 1999 uno de los empleados de IBM, Shimon Shmueli, presentó una divulgación de invención, que no una patente, en la que describía una unidad flash USB. A día de hoy Shmueli sigue asegurando que él inventó la memoria USB. Independientemente de eso, M-Systems se asoció con IBM para llevar al mercado en septiembre del 2000 uno de los dos primeros dispositivos de este tipo del mercado, al que llamaron "DiskOnKey".
Y digo uno de los dos porque para principios de ese 2000 la empresa de Singapur Trek 2000 International se convirtió en la primera en comercializar una de estas unidades, la cual llevaba el nombre de "ThumbDrive". Como os podéis imaginar, esta empresa también asegura que es la que inventó la memoria USB, aunque la mayoría de fabricantes de estos dispositivos no lo hace licenciando sus patentes.
Y por si estos no fueran suficientes candidatos para atribuirse un mismo logro, por otra parte tenemos a Pua Khein-Seng, un ingeniero de Malasia, que en 1999 fundó junto a cuatro compañeros fundó la empresa Phison Electronics. En 2000, según Khein-Seng, su empresa tecnológica presentó la unidad de almacenamiento USB con un único chip interno al que llamó "Pen Drive".
La primera memoria USB de la historia
Como hemos visto, a pesar de que M-Systems e IBM ya se habían asociado para trabajar en una, la empresa de Trek 2000 International de Singapur consiguió adelantarse lanzando a principios del 2000 la que fue la primera memoria USB del mercado, la ThumbDrive. La palabra Thumb, pulgar en inglés, hacía referencia al tamaño de la unidad.
El ThumbDrive original fue desarrollado en un año, y tenía una impresionante capacidad de 8 megabytes, algo más de cuatro veces los 1,44 megas que ofrecían los disquetes. Todo lo que necesitábamos estaba incluido en una única pieza, por lo que no hacía falta ni cables ni baterías para alimentar su memoria flash, ya que obtenía la energía necesaria del propio conector USB. Su precio era de sólo 28 dólares, lo que aseguraba que cualquiera lo pudiese comprar.
Como ya hemos dicho, pocos meses después salió al mercado la "DiskOnKey", que tradicido quiere decir "Disco en una llave". Muy literal el nombre. Lo fabricaron entre M-Systems e IBM, y su unidad básica también tenía un almacenamiento interno de 8 megabytes. Su precio era de unos 50 dólares, existiendo también un modelo de 32 MB que alcanzaba los 100 dólares.
Las reviews de la época elogiaban que se tratase de un almacenamiento ligero, portátil y compatible con Windows Me o 2000, Mac OS 9 superior y Linux a partir de su Kernel 2.4.0. Como el de Trek, era un dispositivo plug 'n' play, por lo que con conectar ya teníamos otro disco duro de forma instantánea. Ahora sonreiremos al verlo obvio, pero por aquella época hacía que, como dice el análisis, sea el primer dispositivo que hace que el disquete parezca engorroso y difícil de usar.
Tanto los fabricantes de uno como de otro dispositivo intentaron sacar dinero de sus patentes, pero como suele pasar siempre en estos casos, una vez inventado un nuevo producto revolucionario todas las marcas empezaron a crear sus propias versiones. Desde entonces, esos 8 MB de capacidad han ido creciendo exponencialmente, y hoy en día ya contamos de USBs que alcanzan el Terabyte.
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