En plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética no destruir el planeta a base de bombas nucleares no era el único problema con el que lidiar. Había una guerra que liberar también en el espacio. En la carrera espacial ser "el primero en" no era suficiente, también había que prevenir que el enemigo no acabase contigo. Así es como en la URSS decidieron crear un arma espacial para proteger sus naves en órbita.
En cierto modo tiene todo el sentido del mundo proteger las naves espaciales como se protegen las instalaciones terrestres, quizás encima más. Cada nave espacial son millones y millones de dólares (o rublos, o euros...) y que venga el enemigo y la destroce sin apenas posibilidades de operación al estar en órbita... no es muy agradable. Los ingenieros soviéticos se percataron de ello, así que decidieron buscar la mejor manera de armar sus naves y satélites en órbita allá en los años 70.
Fue concretamente en 1975 cuando la URSS disparó por primera vez un cañon desde una de sus naves en la órbita espacial pero han tenido que pasar varias décadas para que los secretos sobre este arma y otros que desarrollaron saliesen a la luz.
Disparando a gravedad cero
R-23M Kartech es el nombre de la famosa arma soviética. Estamos hablando de un cañon que fue una derivación del utilizado en el bombardero supersónico Tupolev Tu-22 Blinder. Si bien la versión original es popular en el sector, de la versión que se diseñó para el espacio apenas hay detalles.
El primer lugar que los soviéticos quisieron proteger en en el espacio fue su estación espacial Almaz. Se trataba de una estación habitable que se utilizaba prácticamente sólo para fines militares como el espionaje. También se convirtió en la primera nave espacial con armamento militar.
Para el diseño del arma los ingenieros diseñaron primero una metralleta de 14,5 milímetros capaz de alcanzar objetivos a más de tres kilómetros disparando cientos de balas por minuto (los informes varían entre unas 900 balas hasta 5.000 balas, por lo que es complicado saber exactamente su velocidad). En las pruebas que se hicieron (en la Tierra) la metralleta disparaba a una velocidad de 690 m/s, lo que desde luego no está nada mal.
En el espacio la cosa era diferente porque, los astronautas tenían que girar prácticamente la nave al completo para apuntar hacia un punto determinado y disparar. Esto evidentemente dificultó su uso y la hacía prácticamente no usable por su lentitud. Afortunadamente para unos y para otros, nunca se tuvo que utilizar.
Nuevos objetivos, nuevas prioridades
Por mucho que nos guste la idea de tener una especie de Star Wars real, el armamento espacial de las naves de la URSS no fue a mucho más. Con el tiempo la carrera espacial derivó hacia naves no tripuladas y tanto en Moscú como en Washington se dieron cuenta de la dificultad y el coste del desarrollo espacial, por lo que se centraron más en opciones pragmáticas.
Fue sólo después de la Guerra Fría finalizara y la URSS se disolviera cuando este arma salió a la luz. También explicaron cómo y cuándo llegaron a dispararla para una de las pruebas. Al parecer, preocupados por cómo podría afectar el disparo del arma a la nave, decidieron hacer unos disparos de prueba previos. Para ello a bordo de la Salyut-3 los ingenieros soviéticos realizaron una serie de disparos el 24 de enero de 1975. Pero claro, antes de eso sacaron a todos los astronautas de la nave y arrancaron los propulsores de la nave para contrarrestar la potencia del disparo del cañón. Indican que se dispararon unas 20 balas en total.
La R-23M Kartech y sus disparos espaciales son un pequeño y particular evento. Pero desde luego se trata de un gran hito para la carrera espacial si lo ponemos en perspectiva. Quizás una de las armas más peculiares y curiosas que se crearon durante la Guerra Fría. Y muy de cerca la sigue la pistola láser creada con fines similares por la URSS para ser utilizada en el espacio.
Vía | Popular Mechanics
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