"Los circuitos integrados llevarán a maravillas como computadoras domésticas, o al menos terminales conectadas a una computadora central, controles automáticos para automóviles y equipos de comunicaciones portátiles y personales”.
Cuando Gordon Moore escribió semejante párrafo, allá por 1965, en un artículo publicado en Electronics faltaban un buen puñado de años para la revolución del PC o que Microsoft o Apple echasen siquiera a andar. Gracias a esa perspectiva, la formulación de la "Ley de Moore" y sobre todo su papel como cofundador de Intel, Moore se labró un papel destacado en la historia tecnológica del siglo XX.
Ayer escribía su último capítulo personal. Como se han encargado de confirmar la propia Intel y la fundación que lleva su nombre, el ingeniero y empresario falleció en su casa de Hawái, junto a su familia. Tenía 94 años. Y deja una honda huella en el sector que lo convierte en un pionero en la industria de los semiconductores.
Un pionero de la industria
Su nombre se asocia a dos grandes logros. Ambos relacionados con los semiconductores, pero en esferas distintas: la académica y la empresarial. De las dos quizás la más conocida sea la última, que se ganó gracias a su papel crucial en la puesta en marcha de Intel, que cofundó en 1968 junto a su colega Robert Noyce. Antes ambos se habían embarcado en el lanzamiento de Fairchild Semiconductor, compañía pionera en la fabricación de transistores y circuitos integrados.
Una vez embarcado en Intel, Moore asumió un papel gestor , primero como vicepresidente ejecutivo y más tarde, a partir de 1975, al frente de diferentes cargos que encadenó hasta que en 1997 se convirtió en presidente emérito. En 2006, a las puertas de los 80 años, renunció. A partir de ese momento dividió su tiempo entre California y Hawái, situándose al frente de la Fundación Gordon y Betty Moore.
"Moore definió la industria de la tecnología a través de su perspicacia y visión. Jugó un papel decisivo en la revelación del poder de los transistores e inspiró a tecnólogos y empresarios durante décadas", destaca Pat Gelsinger, CEO de Intel.
Su reflexión entronca con el otro mérito al que suele asociarse Moore y que completa su perfil de pionero y empresario: la ley que lleva su nombre, formulada en 1965 y que pronosticaba que la cantidad de transistores en un circuito integrado se duplicaría cada año. En 1975 revisó su estimación y concluyó que la duplicación de transistores se daría cada dos años a lo largo de la década siguiente.
Una y otra previsión comparten una misma idea de fondo, como recuerda Intel: que la tecnología de chips se desarrollaría a un ritmo exponencial que permitiría que la electrónica de consumo resultara cada vez más rápida, pequeña y también barata. "Lo que trataba de transmitir era ese mensaje, que poniendo más y más cosas en un chip haríamos que todos los productos electrónicos fueran más baratos", explicaba el propio Moore décadas después, en 2008.
Sus vaticinios ayudaron a que Intel y otros fabricantes de chips apostasen con fuerza en la investigación y desarrollo, si bien a lo largo de los últimos años rivales de Intel, como Nvidia, han concluido que hay una ralentización en las mejoras de fabricación de chips, por lo que la Ley de Moore ya se estaría cumpliendo.
A lo largo de su vida recibió también reconocimientos destacados, como la Medalla Nacional de Tecnología, entregada por George HW Bush en 1990, o la Presidencial de la Libertad, que recibió en 2002. Su nombre figura ya en la crónica tecnológica del XX, ligado a una etapa que cómo emergía y prosperaba Silicon Valley.
Imágenes: OnInnovation (Flickr)
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 7 Comentarios