Diez años antes de la Game Boy se lanzó la que está considerada como la primera consola portátil con cartuchos intercambiables de la historia. Se trataba de la MicroVision comercializada en 1979 por Milton Bradley Company, también conocida como MB y famosa por sus juegos de mesa, como respuesta a un creciente mercado de videojuegos que te podías llevar a cualquier sitio.
El éxito comercial de esta consola no fue demasiado bueno, y durante sus dos años en el mercado apenas salieron a la venta una docena de juegos compatibles. Sin embargo, como pasa con todos los dispositivos adelantados a su tiempo, en ella podemos reconocer algunas características que otras empresas se encargaron de ir puliendo años después.
De hecho, la consola ni siquiera implementaba un microprocesador en su interior, ya que este venía en cada cartucho de los juegos. Estos cartuchos también eran los que incluían los controles, de manera que se podía adaptar la experiencia a cada uno de los títulos.
Primero fueron los juegos electrónicos portátiles
En 1976 se consumó la evolución de los juegos electromecánicos portátiles y de mesa con el lanzamiento de 'Auto Race' de Mattel Electronics. Fue un título de carreras que creó la categoría de los juegos electrónicos portátiles, que con un único juego preinstalado podrían ser considerados como una especie de antepasado de las clásicas maquinitas de cristal líquido.
'Auto Race' era un juego simple con una palanca de encendido, otra para la velocidad del coche y una tercera con la que poder cambiar de carril. Era un juego de carreras con tres únicos carriles en el que sólo tenías que esquivar obstáculos. Tuvo un rotundo éxito que Mattel consiguió repetir un año después con el juego 'Football'.
Ante el éxito de estos dos juegos, otras empresas decidieron lanzar también sus juegos electrónicos portátiles. Una de ellas fue Coleco con su 'Electronic Quarterback'. Como ves en el anuncio de arriba, era una máquina parecida al Football de Mattel, pero que introducía algunas funcionalidades nuevas con las que intentaban destacar.
Otras marcas como Parker Brothers, Entex o Bandai también se sumaron a este nuevo mercado de entretenimiento, pero todos sus juegos o "consolas" portátiles tenían un denominador común: eran un dispositivo con un único juego. Aun así, este tipo de juegos portátiles continuó evolucionando, y a partir de los 80 Nintendo consiguió darles una enorme popularidad con sus Game & Watch.
MicroVision, la primera con "cartuchos" de juegos
Ante esta creciente corriente de juegos portátiles, era sólo cuestión de tiempo que alguien pensase en crear máquinas en las que poder utilizar varios juegos. El primero en hacerlo fue el ingeniero Jay Smith de Smith Engineering, que diseñó una máquina a la que llamaron 'MicroVision', y que fue distribuida por Milton Bradley (MB) en 1979.
Se trató de la primera videoconsola portátil en utilizar cartuchos intercambiables, aunque dichos cartuchos eran prácticamente media consola. De hecho, la base únicamente contenía la pantalla LCD, los botones de encendido y apagado, los controles de contraste y el hueco en el que colocar sus dos pilas de 9 voltios.
Y luego estaban esa suerte de cartuchos que realmente eran la mitad frontal de la consola. Estos eran los que tenían el procesador, así como los botones de control y la ROM con el juego. También había algunos que incluían diferentes diseños para dividir o darle forma a la pantalla integrada en la base.
Por lo tanto, aunque el dispositivo se considera el primero en estrenar el concepto de consola portátil con cartuchos, realmente los juegos no eran cartuchos tal cual los conocemos hoy, sino básicamente diferentes consolas de juego portátiles y sin pantalla que se conectaban a una misma base.
Los juegos utilizaban dos tipos de procesador, el Intel 8021 y el Texas Instruments TMS1100. Ambos procesadores funcionaban a una velocidad de 100 kHZ y disponían de una memoria RAM de 16 bytes integrada en ella. Por último, su pantalla era una LCD de 16 x 16 píxeles, una resolución tan pequeña que hoy sería inimaginable.
Posteriormente decidieron apostar únicamente por uno de los dos procesadores, el TMS1100 de Texas Instrumentos, menos potente pero con un menor consumo. Con ello, pudieron sacar una segunda versión de la consola con una única pila. Al espacio de la segunda le quitaron los conectores, y la empresa lo promocionó como un compartimento en el que poder guardar una pila de repuesto.
Esto no quitó que en la MicroVision viéramos algunas ideas interesantes, sobre todo en lo que al control de los juegos se refiere. Por defecto tenía sitio para hasta 12 botones, pero el juego 'Block Buster' incorporó una rueda similar a la que incluía el clásico Pong, y el 'Cosmic Hunter' introdujo el concepto de la cruceta de control en los dispositivos portátiles de juegos.
La MicroVision salió al mercado con un precio de 51.25 dólares, e inicialmente tuvo una buena aceptación haciendo que la empresa Smith Engineering consiguiera embolsarse hasta 8 millones de dólares con ella. Sin embargo el poco soporte que recibió acabaron condenándola, y en 1981 dejó de fabricarse cuando sólo habían lanzado 11 juegos para ella.
Desafortunadamente es difícil encontrar hoy en día esta consola, sobre todo en buen estado, ya que hubo errores de fabricación como una pantalla extremadamente frágil y unos cartuchos demasiado frágiles. En cualquier caso, no deja de ser un miembro importante en la historia de la evolución del entretenimiento electrónico.
Imágenes | The Conmunity - Pop Culture Geek, Joe Haupt (1, 2)
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