La Luna encontrada: así han sido los viajes a nuestro vecino

El perro que ladra a la luna está plenamente convencido de que la luna lo oye, decía el poeta rumano Valeriu Butulescu. Obsesionado con ella, también ha estado la raza humana desde hace miles y miles de años, desde que empezara a surgir en nosotros la curiosidad por entender el espacio infinito que se extendía por encima de nosotros. Lo que con el tiempo se llamó astronomía, muy diferente de su prima hermana magufa: la astrología.

La hemos estudiado, es parte de nuestra cultura y es que hoy en día negar la importancia del único satélite natural que tiene el planeta Tierra es imposible. Hemos querido ir a ella y lo hemos conseguido en muchas ocasiones. También hemos fracaso en este viaje. Sea como sea el resultado, hoy os traemos un repaso a las principales misiones a la Luna.

Los comienzos, la guerra fría y la carrera hacia la luna

El siglo XX ha sido intenso. No dio tregua en ningún momento y no es baladí que el interés de los historiadores por analizar todo lo ocurrido en esos cien año sea tan grande. No sólo por la cercanía, para entender transformaciones sociales, económicas y culturales, sino también por todo lo ocurrido, que no es poco.

De entre todos los acontecimientos hubo uno muy mediático y que fue la cara más visible de un conflicto entre dos potencias: Estados Unidos y La Unión Soviética. Lo que se conoció como la guerra fría, con momentos de muchísima tensión, y que se convirtió en un pulso por ver quién era la nación más poderosa y quien llegaba más lejos. Citius altius fortius pero aplicado a la política.

Su manifestación más clara fue la carrera espacial. Ambos países pusieron los medios que hicieran falta para llegar al espacio con un objetivo muy claro: demostrar quién mandaba. ¿Útil para la investigación astronómica? Sin duda, pero no se trataba de algo precisamente prioritario.

«...La misión Apolo fue una respuesta al fiasco de Bahía de Cochinos y al exitoso vuelo orbital de Yuri Gagarin. El objetivo del presidente Kennedy no era averiguar el origen de la Luna a finales de la década, sino que era poner un hombre en la Luna y traerlo de vuelta, y lo hicimos». Carl Sagan.

La primera misión, operada por la URSS, data de junio de 1958. No tenía nombre y se trataba de una misión no tripulada con el objetivo de llegar a la luna. El sistema inercia del cohete falló y hubo que detonarlo desde tierra. Ensayo y error, una dinámica a la que pronto tuvieron que acostumbrarse ambas naciones: iba a ser más complicado de lo que se esperaba.

Un mes más tarde Estados Unidos lanzaba su réplica con la Pioneer 0. La suerte fue la misma que la de los soviéticos: explosión en el cohete a los pocos segundos de despegar. Once misiones en total encadenaron ambas naciones hasta que en septiembre de 1959 la Luna 2 de la URSS aterrizó con éxito y pudo hacer una serie de pruebas.

Mientras, en ese mismo mes, la Pioneer P-1 fracasaba de nuevo. En octubre de 1959 la Luna 3 de los soviéticos llegó a la luna de nuevo y se encargó de tomar las primeras fotografías de la cara oculta de la luna. A estos dos éxitos, se les sumó una nueva cadena de fracasos hasta julio de 1964 cuando por fin Estados Unidos lograba aterrizar el Ranger VII en la superficie de la luna.

En lo que respecta a los alunizajes no tripulados, la URSS le ganó la partida a Estados Unidos con la Luna 9 en enero del 1966. El país de las barras y estrellas consiguió el mismo hito en mayo del mismo año. El tiempo pasaba y los países iban perfeccionando la técnica, se reducía el número de fracasos y los triunfos iban en aumento.

Sin embargo, Estados Unidos tenía una espina clavada. El éxito de la URSS enviando a Yuri Gagarin en un vuelo orbital alrededor de la tierra había supuesto un hito importantísimo. Querían contraatacar, adelantarse en la carrera y ser más ambiciosos: poner un hombre en la luna.

En 1968 enviaron una misión tripulada para un vuelo orbital a la luna. Lo consiguieron, los astronautas que iban en la nave lograron ver el satélite muy cerca, pero todavía quedaba lo más importante: llegar a la luna. Julio de 1969, el Apollo 11 con Neil Armstrong a la cabeza lograban este sueño.

This is major Tom to ground control, I'm stepping through the door And I'm floating in a most peculiar way And the stars look very different today Here am I sitting in a tin can far above the world Planet Earth is blue and there's nothing I can do

La BBC utilizó este tema para retransmitir el aterrizaje del hombre en la luna.

Sin duda alguna, la misión más conocida de toda la historia en la exploración del espacio más allá de los límites de la tierra. Aquel pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad. Un icono, el vencedor de una carrera que seguía su curso pero donde ahora más importaba recopilar datos y no tanto el éxito internacional. Una victoria para Estados Unidos.

La URSS tampoco se quedó con los brazos cruzados y en septiembre de 1970 despegó el Luna 16, la primera misión que no sólo llegaba al satélite sino que también volvía de vuelta a la tierra con 100 gramos de material para estudiar y analizar. La carrera pasó a ser más investigación que una cuestión política, que se movió más a los movimientos sociales subversivos que surgieron en puntos muy concretos del planeta.

Esta etapa nos dejó misiones bonitas como la de julio de 1971 cuando Estados Unidos lanzó el Lunar Roving Vehicle al espacio: el primer coche lunar. También dramas, que por suerte acabaron en final feliz como la misión fallida del Apolo 13, cuya película de 1995 protagonizada por Tom Hanks y Kevin Bacon hemos disfruta más de una vez en las clásicas reposiciones televisivas del fin de semana.

Fue una época prolífica, y es que desde el primer lanzamiento hasta el final de la guerra se han producido más de 110 misiones a la luna. Un cómputo que deja más fracasos que éxitos pero un montón de historias y descubrimientos enriquecedores. Acabada esta época, el interés no decreció pero si el número de misiones. Hagamos un repaso de los últimos veinte años.

La exploración más reciente, un repaso a los últimos 20 años

Con el muro de Berlín caído y la URSS disuelta en varios países, las misiones espaciales se retomaron. Atrás quedó la rivalidad entre Estados Unidos y el gigante rojo para traer a más países a la investigación de la luna: Japón, la Unión Europea, China, Reino Unido, la India… Se abrió la veda por descubrir más sobre nuestro satélite.

Se redujo el número, como decíamos antes, notablemente y pasamos de más de la centena a un total de 25 entre 1990 y diciembre del 2013. Muchas de ellas se realizaron con éxito, unas pocas fracasaron y las más recientes todavía se encuentran en desarrollo con un pronóstico positivo.

China tardó en entrar aquí y en 2007 lanzó el Chang’e 1 con el objetivo de obtener fotografías tridimensionales de la luna. Tras acabar la tarea, y enviar las fotos, impactó tal y como estaba previsto en la superficie de la luna en 2009. Durante esta época también se lanzaron unos cuantos satélites, algunos como el Selene japonés siguen en órbita.

La India, en 2008, realizó un par de misiones con un éxito relativo. Cumplieron su objetivo, de hecho la Chandrayaan-1 descubrió agua en la luna pero dejó de transmitir la señal un año más tarde. El impactador que acompañaba al satélite cumplió su cometido pero la misión en conjunto podría haber salido mejor. El próximo modelo del Chandrayaan-2 tiene previsto su lanzamiento en 2016.

China siguió probando suerte y a finales del 2013 logró lanzar su primer rover a la luna con el nombre Yutu (conejo de jade en chino) con un sistema de seis ruedas, 120 kg de peso y un metro y medio de largo. ¿Su objetivo? Explorar la superficie, excavar y analizar muestras de polvo.

Aterrizó el pasado 14 de diciembre y el día 17 ya estaba completamente operativa y con las herramientas captando imágenes y muestras del satélite. El 25 de diciembre se puso en modo reposo para superar la noche lunar y hace poco, el 11 de enero, despertó para el día 16 completar la primera inspección del terreno que hacía este vehículo.

¿Por qué de repente decreció de esta forma? No era por una falta de interés sino más bien por el deseo de explorar otros rincones del universo. De aprovechar la experiencia de toda la guerra fría para ir más lejos: explorar otros planetas cercanos como Marte y conocer más esa infinidad que nos envuelve dentro de una dimensión de la que poco sabemos, aunque a veces pensemos que hemos descubierto muchas cosas.

El futuro más próximo de las misiones a la luna

De aquí a 2027 hay ya más de 30 misiones propuestas, mayormente alunizajes frente a los vuelos orbitales. Unas cuantas tripuladas también y, como vimos en los noventa, los países que han decidido explorarla son cada vez más: Corea del Sur, Irán, iniciativas privadas al margen de los países, los gobiernos y las agencias espaciales con sus respectivos programas…

Más experimentos para conocer mejor la luna y también para probar diferentes herramientas de investigación. De todos estos proyectos llama la atención el ganador del concurso Google Lunar X Prize. Sería la primera vez que una compañía lo hace y, si todo sale bien, debería poner rumbo a la luna a lo largo del 2015.

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