Paul Allen se describía a sí mismo como "filántropo, inversor, emprendedor, propietario de los equipos Seahawks y Blazers, guitarrista, partidario de la neurociencia, pionero del espacio y cofundador de Microsoft".
El orden es esclarecedor y significativo. Empecemos por el final (o el principio). Fue, junto a Bill Gates, el cofundador de Microsoft, aunque siempre parecía estar en un segundo plano, sobre todo a nivel mediático. Retirados los dos de la empresa, y centrados ambos en cuestiones filantrópicas, Paull Allen sigue siendo más desconocido para el gran público que su compañero de universidad y aventura empresarial.
Sin embargo, en los últimos 20 años, este hombre de 65 años se ha convertido en uno de los multimillonarios de Estados Unidos que más dinero dona a ONG (se calcula que ha destinado más de 2.000 millones de dólares entre 1.500 organizaciones) para una amplia variedad de fines. Además, adora los deportes (posee dos equipos, uno de la NBA y otro de la NFL), la música (tiene una banda de rock) y colecciona aviones de guerra.
En pocas palabras
Paul Allen nació el 21 de enero de 1953 en Seattle (Washington). Con 14 años conoció a Bill Gates (dos años menor) en la Escuela Lakeside, en las afueras de Seattle. En junio de 1975, Allen y Gates decidieron abandonar la universidad y fundar Microsoft. El reto era diseñar software para los ordenadores personales en un momento en que las oficinas estaban repletas de máquinas de escribir.
Dos años más tarde, ambos socios (Gates y Allen) firmaron un acuerdo por el que Gates se quedaba con el 64% de Microsoft y Allen con el 36% restante.
La primera sede de Microsoft estuvo en Albuquerque (Nuevo México), aunque en 1979 se trasladaron al estado de Washington. En 1981 Microsoft compró un sistema operativo llamado Q-DOS por 50.000 dólares, lo reinventaron, lo llamaron MS-DOS y lo instalaron como el sistema operativo en los PC de IBM.
En 1986 la compañía salió a bolsa, lo que convirtió un año más tarde a Bill Gates, de 31 años, en el multimillonario más joven del mundo.
Pero tres años antes, en 1983, Allen salió de Microsoft (pero no renunció a sus acciones) tras haber sido diagnosticado con la enfermedad de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático por el que tuvo que someterse a varios meses de tratamiento con radiación.
El cáncer que minó su relación con Gates
De hecho, éste es uno de los episodios más polémicos de su vida. En 2011, Paul Allen escribió una biografía (Idea Man) en la que acusaba a Bill Gates de tratar de eliminarle del negocio cuando enfermó. Según Allen, Gates creía que cuando Allen enfermó no estaba trabajando lo suficiente en la empresa. Además, afirma que su amigo de la infancia se alió con Steve Ballmer para reducir la participación de Allen en la compañía, entre otras acusaciones.
Llegó a decir, en una entrevista en Vanity Fair, que Gates fue un "oportunista mercenario" y que trató de "estafarlo". Allen admitió también que el estilo exigente y confrontativo de Gates “destruyó gradualmente nuestra amistad y nuestra capacidad para trabajar juntos”.
Sin embargo, tiempo después de escribir esta biografía y hacer estas declaraciones Paul Allen retiró en parte sus palabras. En una edición posterior de su autobiografía se incluyó un epílogo que insinuaba que Gates y él habían superado sus diferencias.
Friends will be friends
En ese epílogo, Allen reconoce que "no a todos les gustó todo lo que escribí". Y añade: "algunos de mis amigos de Microsoft se inquietaron por haber relatado la historia reciente de la empresa bajo la óptica menos favorable. Pero casi todos pronto superaron su disgusto, con la excepción de Bill Gates”.
Desde que publicó s libro, los dos fundadores de Microsoft estuvieron más de un año sin saber el uno del otro. Allen reconoce que durante ese tiempo temió que su amistad "pudiera romperse permanentemente". Sin embargo, y tras el fallecimiento de la madre de Allen en 2012, Gates se puso en contacto con su amigo para expresarle sus condolencias y tratar de renovar su amistad.
"Creo que seremos amigos de nuevo", confesó Allen. "La historia que compartimos es más poderosa que cualquier cosa que se interponga entre nosotros".
Una buena prueba de que han superado sus diferencias es que Allen y Gates posaron hace unos años para una foto que recuerda un clásico de Microsoft de los años 80.
Pasión por el espacio
Sin embargo, y pese a haber salido de Microsoft, Allen no renunció a sus acciones, por lo que se convirtió en multimillonario con poco más de 30 años de edad. Algo que también le permitió explorar otros proyectos en los que tenía interés.
En 1986, tres años después de dejar Microsoft, creó una empresa llamada Vulcan Capital para invertir. Éstas han sido amplias y diversas: anuncios clasificados en Internet, servicios financiero online, hardware, software, comunicaciones inalámbricas, medios de comunicación...
Uno de los terrenos en los que más invierte Paul Allen es en la exploración espacial. De él dependió SpaceShip-One, el primer avión privado que logró colocar a un civil en el espacio suborbital, lo que le valió a él y al diseñador Burt Rutan el Ansari X-Prize en 2004. Se trata de un premio otorgado por la Fundación X Prize que consta de 10 millones de dólares y un trofeo. Tiene por objetivo animar la investigación para realizar vuelos turísticos al espacio, abriendo así esa nueva vía de negocio.
También lleva el sello de Allen el avión más grande, conocido como Stratolaunch. Con este tipo de nave, el objetivo es que se puedan llevar y dejar cohetes en el espacio mientras el avión regresa a tierra y se prepara para un nuevo lanzamiento.
Su interés en la industria aeronáutica no se centra solo en el futuro. Paul Allen es un verdadero amante de los aviones, especialmente de los modelos históricos que han participado en contiendas bélicas. De hecho, tiene una colección (que supervisa minuciosamente para su conservación) de aviones de la Segunda Guerra Mundial. Estos modelos están perfectamente conservados, todos restaurados para funcionar y expuestos en su Flying Heritage Collection en Everett (Washington).
En este museo también tiene otros productos de la guerra, como un raro ejemplar de tanque nazi, conocido como Panzer IV que pesa 27,6 toneladas. Allen se gastó 2,5 millones de dólares en comprarlo para su museo de recuerdos militares. Sin embargo, la compra fue incluso objeto de un proceso judicial, ya que los herederos del antiguo propietario consideraban que nunca se llevó a cabo esta transacción.
Si vas por el puerto de Málaga puede que le encuentres en su yate Octopus
Otra de sus pasiones confesadas son los yates. Su preferido es Octopus, que mide 126 metros y costó construirlo 200 millones de dólares. Está equipado con un estudio de grabación, helipuertos y dos submarinos. Está considerado uno de los yates más lujosos de todo el mundo.
Allen ha navegado a la Antártida, Australia (desde donde un año celebró el nuevo año a bordo de su yate), Europa (ha estado varias veces en Málaga) y otros destinos exóticos. "Durante el día exploramos, y por la noche atrasamos", explicó al programa "60 Minutes" de CBS News en 2011.
También posee un yate más pequeño, de más de 90 metros, llamado Tatoosh. Esta embarcación tiene capacidad para hasta 20 personas y 30 tripulantes. También tiene una piscina, cine, cancha de baloncesto, estudio de grabación y dos almohadillas para helicópteros.
Cuando está en tierra, Allen puede vivir en algunas de sus muchas mansiones. Además de las casas de vacaciones en Londres, Francia y Nueva York, tiene su residencia principal en una casa frente al mar de más de 3.000 metros cuadrados en Mercer Island, un lujoso enclave de Seattle. Posee un total de nueve mansiones en la isla, incluyendo una que es solo para su madre y otra que alberga una cancha de baloncesto de tamaño completo, piscina y gimnasio. También tiene otras viviendas en California o Hawai.
En todas ellas alberga varias obras de arte. De hecho, se considera a Paul Allen como uno de los mayores propietarios de bienes de arte en el sector tecnológico, junto a nombres como Larry Ellison (de Oracle), Marissa Meyer (ex Yahoo y ex Google).
Adora a Jimi Hendrix y tiene su banda de rock
Allen tiene, además, otras pasiones y talento en otras áreas. Por ejemplo, tiene una banda de música blues-rock, los Underthinkers. Su primer álbum fue Everywhere At Once.
Allen toca la guitarra eléctrica y le acompañan amigos como Joe Walsh de los Eagles y Chrissie Hynde de los Pretenders. También tiene un Emmy: su compañía de películas Vulcan Productions ganó el premio por Rx for Survival-A Global Health Challenge.
Allen tuvo su primera guitarra a los 16 años. Ha sido un gran admirador de Jimi Hendrix desde que lo vio en un concierto a fines de la década de 1960. El productor Quincy Jones llegó a asegurar que Allen podía tocar la guitarra “casi” como Hendrix.
Su pasión por la música es tal que incluso creó un museo dedicado al rock 'n' roll en el 2000. Más tarde dedicó una parte del espacio a objetos de ciencia ficción, que incluye pieza como páginas originales de la película "Drácula", el hacha de Jack Nicholson en "The Shining", donada por él mismo de su colección personal. Doce años más tarde, abrió el Living Computer Museum en Seattle, donde hay viejos ordenadores con las que los visitantes pueden jugar. Entre estos ordenadores se encuentran los primeros modelos de Apple y Microsoft, así como una PDP-7 de los años 60 que tiene el tamaño de un cubículo de oficina.
Paul Allen es también un apasionado de los deportes. Forbes aseguraba en 2016 que era el segundo norteamericano más rico en poseer un equipo deportivo.
Es dueño de los Portland Trail Blazers desde hace 29 años, y durante ese tiempo, los Trail Blazers han alcanzado varios hitos. Solo una temporada después de que Allen adquirió la franquicia, los Trail Blazers llegaron a las Finales de la NBA. Desde que Allen adquirió el equipo, los Trail Blazers han estado en los playoffs 22 veces.
Además de este equipo de la NBA, Allen también es el propietario de los Seattle Seahawks de la NFL. En principio, ambos equipos fueron adquiridos por razones aparentemente no comerciales, pero lo cierto es que años después valían mucho más de lo que pagó por ellos.
También tiene una participación minoritaria en el equipo de fútbol Seattle Sounders FC.
Interés por el cerebro y la inteligencia artificial
Este inversor también muestra una fijación con el cerebro y la inteligencia, tanto humana como artificial.
Por un lado, tiene el Allen Institute, dedicado a comprender las complejidades de la biociencia. Una de sus tres principales áreas es el cerebro. A través de su “singular enfoque”, el reto es descubrir los misterios del cerebro humano y compartir recursos con la comunidad global de neurocientíficos. Fundado en 2003, Allen ha destinado más de 500 millones de dólares de su fortuna para crear herramientas de código abierto para avanzar en la neurociencia.
Por otro lado, este empresario también creó el Allen Institute for Artificial Intelligence (AI2) en 2014 con el enfoque de llevar a cabo investigación e ingeniería de alto impacto en el campo de la inteligencia artificial. El plena polémica sobre los vicios adquiridos que podría estar teniendo la inteligencia artificial, Allen quiere que las máquinas puedan tener “sentido común”.
Por eso, recientemente ha destinado 125 millones de dólares adicionales a su laboratorio de investigación. Algo que supone duplicar aproximadamente el presupuesto del laboratorio en los próximos tres años.
El cáncer que golpeó dos veces
Cabe señalar que Paul Allen se ha tenido que enfrentar dos veces al cáncer y las dos las ha superado con éxito. En 2009, casi 25 años después de haber superado su primer cáncer, Allen fue diagnosticado con linfoma no-Hodgkin.
Esta segunda batalla contra la enfermedad hizo que se volviera más y menos paciente al mismo tiempo. En su opinión, hay muchas cosas que están completamente fuera del control del enfermo, por lo que recomienda ser paciente y esperar que todo salga bien. “Hay que tener una actitud positiva y ser optimista. Por otro lado, ten en cuenta que si no hay un resultado positivo, tu tiempo puede ser limitado, por lo que te centrarás mucho más en realizar tus sueños y esperanzas, porque todo nuestro tiempo en este planeta es limitado”, asegura.
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