¡John Anderton! ¿Te apetece una Guinnes? Esta y otras ofertas personalizadas le llovían a un atribulado Tom Cruise que pretendía ir de incógnito en un centro comercial futurista. La escena está sacada de la película Minority Report y es nuestra primera selección de una serie de posts en la que os hablaremos de tecnologías en el cine que ya se han hecho realidad.
Para ser más concretos, vamos a empezar hablando de las tecnologías de reconocimiento del iris. En Minority Report, el reconocimiento del iris es mostrado como el DNI del futuro. Sensores láser a la entrada de toda clase de lugares públicos sirven para identificar a los ciudadanos, ya sea para chequear sus antecedentes o para ofrecerles una cerveza.
En la realidad, la tecnología de reconocimiento del iris no se realiza con un vistoso láser azul, sino con cámaras, y resulta que es el método de identificación biómetrico más seguro y efectivo que existe.
Su funcionamiento es sencillo y no requiere tocar al sujeto. Una cámara con una leve iluminación infrarroja fotografía el ojo del sujeto para a continuación, aplicar una serie de filtros que realcen las intrincadas estructuras del iris, que son únicas en cada ojo y de un sujeto a otro.
La complejidad de esta parte del ojo es tal que se estima que su densidad de información es de 3.4bits por milímetro cuadrado. Para la identificación, y a efectos de evitar interferencias de párpados o pestañas se suelen utilizar dos áreas de 50 grados a derecha e izquierda de la pupila.
Las formas del iris se traducen a unas coordenadas que son siempre las mismas para cada ojo del sujeto y perduran en el tiempo. Se ha comprobado que, en circunstancias normales, el iris permanece siempre igual a lo largo de, al menos, 30 años y está menos sometido a marcas y traumatismos que las huellas dactilares. También es más higiénico y está aceptado en más culturas ya que no requiere ningún contacto físico.
Experiencias piloto
¿Por qué no se utiliza entonces? Los problemas a los que se enfrenta el reconocimiento del iris son fundamentalmente dos. El primero es que no es tan rápido ni funciona tan lejos como se nos muestra en Minority Report. A diferencia del reconocimiento de retina, el de iris puede establecerse a distancias de hasta 2.5 metros con la tecnología actual, pero requiere de unos segundos y que el sujeto a identificar no se mueva.
Un segundo factor es la cantidad de información que hay que manejar en un sistema semejante y la rapidez con la que hay que hacerlo. Compañías como IBM trabajan desde hace tiempo en mejorar estos sistemas. La Universidad de Cambridge y LG también han trabajado en su propia versión llamada IrisAccess. De hecho, hay distintas técnicas de medición de las estructuras del iris y aún no se ha convertido ninguna en estándar.
Los aeopuertos son el lugar donde probablemente veamos primero esta tecnología. Aoptrix es una compañía especializada en óptica biométrica que trabaja en un proyecto llamado eGate para la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que es quien define los absurdos estándares de registro de pasajeros en la actualidad.
eGate permitirá a los pasajeros adscritos al sistema identificarse simplemente escaneando su tarjeta de embarque y mirando a unos postes donde la cámara escanea el iris. Las primeras pruebas piloto ya están teniendo lugar en aeropuertos como el de Abu Dhabi o la nueva terminal de Gatwick, en Londres y su instalación es una cuestión de tiempo y presupuesto. En Estados Unidos, sin embargo no faltan ya las primeras voces de asociaciones en defensa de los derechos civiles que opinan que el sistema vulnera su derecho a la intimidad.
Aoptrix trabaja también en mejorar las cámaras para que el pasajero no tenga ni siquiera que detenerse. Como veis, el reconocimiento ocular de Minority Report no sólo ya existe, sino que le queda muy poco para que sea exactamente igual que en la película, salvo por el estiloso brillo azul, claro.
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