Los Juegos Olímpicos y la tecnología siempre han ido de la mano. Hoy repasamos tres de los más grandes hitos y cómo cambiaron esta fiesta del deporte para siempre
En apenas unos días tendrán lugar los Juegos Olímpicos de París 2024, una cita que acogerá a más de 15.000 atletas, 80.000 empleados, 3.000 millones de espectadores y que tendrá un impacto de entre 6.700 y 11.000 millones de euros en la ciudad. Es un evento importantísimo en lo que al deporte y sus valores se refiere, pero también desde el punto de vista tecnológico.
Porque sí, los Juegos Olímpicos han evolucionado con la tecnología y a lo largo de sus 29 ediciones hemos asistido a saltos tecnológicos de todo tipo. Estos han sido los momentos más relevantes de la historia reciente.
Berlín 1936: llega la tele
Los primeros Juegos Olímpicos "modernos" tuvieron lugar en Atenas (Grecia) en el año 1896. Los originales, sin embargo, se remontan a la Antigua Grecia. Tenían lugar en Olimpia y se llevaron a cabo entre los años 776 a.C. y el 393 d.C. El COI se fundó en 1894 con el fin de retomar una competición similar y el resto es historia. Desde entonces, los JJ.OO. se han llevado a cabo cada cuatro años con cuatro excepciones: las de 1916, 1940 y 1944 y 2020. Las tres primeras por la Primera y Segunda Guerra Mundial; la cuarta por la pandemia.
Son eventos lleno de historia y, si hablamos de tecnología, tenemos que remitirnos al año 1936 sin lugar a dudas. Las competiciones tuvieron lugar en Berlín y fueron importantes porque fueron los primeros Juegos Olímpicos televisados: 72 horas de deportes en directo sin interrupciones, nada mal, sobre todo teniendo en cuenta que la primera emisión de televisión en Alemania fue el 22 de marzo de 1935. Durante sus primeros compases, Alemania solo emitía 90 minutos durante tres veces a la semana.
Fueron las Olimpiadas de la propaganda porque Adolf Hitler ya estaba en el poder y si de algo sabía el gobierno nazi era de propaganda. El gobierno encomendó la dirección de la retransmisión televisiva a Leni Riefenstahl, cineasta con el que ya había colaborado en la grabación de "El triunfo de la voluntad", para algunos la mejor película de propaganda jamás hecha. La emisión de los Juegos Olímpicos consiguió llegar a 150.000 personas, cifra que puede parecer escasa, pero no podemos olvidarnos de que el televisor era un objeto fuera del alcance de la mayoría de personas.
Alemania ganó 89 medallas, siendo el país con un medallero más abultado. Le siguieron Estados Unidos (56 medallas) y Hungría (16 medallas). España, por cierto, no participó. La Segunda República intentó organizar sus propios Juegos Olímpicos para intentar boicotear la alemanas y protestar conta el fascismo, pero nunca llegaron a celebrarse ya que el 18 de julio de 1936, cuando iban a comenzar, tuvo lugar el golpe de estado que iniciaría la Guerra Civil.
Sea como fuere, los Juegos Olímpicos de Alemania de 1936 fueron los primeros Juegos Olímpicos televisados pero a nivel local. La primera retransmisión internacional fue en 1956 con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Cortina D'Ampezzo. A partir de entonces, los Juegos Olímpicos comenzaron a tener derechos de emisión. Lo que empezó siendo un pago de 660.000 dólares (que pagó la Unión Europea de Radiodifusión por los Juegos Olímpicos de invierno de 1960) ha llegado a 55,5 millones de euros pagados por RTVE para retransmitir en nuestras fronteras los JJ.OO de París.
La "Foto Finish", invento patrio
La invención de la "foto finish" se le atribuye a un español. Juan de la Cierva, ingeniero de telecomunicaciones, inventó la "foto finish" a sus 20 años de edad y consiguió terminar con las discusiones en las carreras de caballos y campeonatos de atletismo. El funcionamiento era muy rudimentario: cuando el caballo pasaba por la línea de meta rompía con sus patas un hilo que había en la pista y que accionaba la cámara.
Fue entonces cuando Omega le compró la patente e instauró el sistema que hoy conocemos como "foto finish" en los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres, aunque la "foto finish" existe desde los JJ.OO. de 1912.
En 1948, Omega fue designada como cronometrador oficial y para ello usó sus sistema Magic Eye. Este combinaba un cronómetro y la fotografía y fue vital para, por ejemplo, desempatar a los norteamericanos Albert Kiviat y Norman Taber, que se disputaban la segunda y tercera plaza en los 1.500 metros.
El problema es que el humano seguía teniendo un papel, ya que eran los jueces los que pulsaban el botón del cronómetro. El método que se usa hoy es muchísimo más sofisticado: en la línea de meta hay una cámara que captura la friolera de 10.000 fotogramas por segundo. Eso permite desglosar al milímetro la llegada a la meta y ver quién ha llegado antes con tremenda exactitud. La mejora con los años ha sido sustancial: en 1996 se tomaban 1.000 fotogramas y en 2008 hasta 3.000 fotogramas.
Barcelona 1992: Montjuic se convierte en una enorme red LAN
Los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 fueron los últimos Juegos Olímpicos sin Internet, que empezó a probarse en nuestras fronteras a mediados del año 1990. No fue hasta 1992 cuando tuvimos el primer distribuidor de Internet comercial, Eunet Goya. En cualquier caso, la realidad de Barcelona 1992 fue que se tuvo que desarrollar toda una infraestructura de red para dar información a los medios y equipos sin usar Internet. Un internet sin internet, en pocas palabras.
Rafael Macau fue el responsable de desarrollar esta infraestructura, para la cual conectó 5.000 ordenadores con entre tres y cuatro megas de memoria interna para el personal con dos grandes ordenadores centrales de 140 GB cada uno. "Nos atrevimos a hacer una enorme LAN que cubría todos los recintos de la Montaña de Montjuic", explica Macau a ComputerWorld. Para organizar la información usaron bases de datos relacionales, algo peculiar teniendo en cuenta el volumen de información que se mueve en unos Juegos Olímpicos. Según Macau:
"Dijimos que la estábamos utilizando en una red de casi 5.000 terminales que estaba basada en anillos LAN que se iban jerarquizando para acceder a la base de datos, y hubo un británico que dijo que no se lo creía, que estábamos mintiendo. ¡Era absurdo! El hombre era de IBM y no se lo acababa de creer, no lo había visto nunca”.
Curiosamente, para poder llevar a cabo esta tarea tuvieron que vallar la montaña. Al ser la montaña un recinto abierto no se podían instalar repetidores, así que decidieron vallarla y convertirla en un recinto cerrado a efectos legales. Básicamente, Montjuic se transformó en una lan party a una escala enorme. La televisión, no obstante, fue la gran protagonista con 3.500 millones de espectadores en todo el mundo.
Imagen de portada | Xataka
En Xataka | Juegos Olímpicos 2024 de París: cuándo son, calendario de competiciones y cómo verlo en la tele y online
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