Cuando hablamos de cómo 'The Good Wife' era una de las series que mejor representaba la actualidad tecnológica, varios en los comentarios sugerísteis que otra serie a considerar era 'Black Mirror'. Pues bien, si no tienes planes para este fin de semana y ya has terminado de ver los documentales de informática que os sugerimos el pasado viernes, aquí os dejamos una nueva sugerencia.
Todos los episodios de 'Black Mirror' cuentan una historia distinta (es una antología) pero tienen un denominador común: la tecnología es la desencadenante de todo. Esto no significa que estemos ante una crítica más a la tecnología actual, sino más bien a cómo se utiliza ésta. En realidad, en mi opinión la serie es más una crítica social. Una crítica a cómo la tecnología nos ha ido transformando y hasta dónde podríamos llegar. La culpa no es de la tecnología, no, la culpa es nuestra.
¿Un mensaje alarmista y exagerado en algunos aspectos? Puede que sí, pero el fin es hacernos pensar y reflexionar. Lógico que todavía estamos lejos de ver robots que simulen ser una persona fallecida basándose en los conocimientos de ésta que adquieren en las redes sociales. Pero el problema del fallecimiento y de los recuerdos imborrables sí que está presente en la actualidad.
'Black Mirror' es una serie inglesa estrenada en 2011. Como suele ser habitual en los dramas de ficción que nos llegan desde el Reino Unido, la primera temporada consta de tan sólo tres episodios, al igual que la segunda. En teoría pronto veremos una tercera entrega de dos capítulos, aunque estas mismas navidades tendremos un especial protagonizado por Jon Hamm. A continuación repasamos con vosotros el argumento de cada capítulo y cómo se relaciona cada uno con la sociedad actual.
1x01 'The National Anthem', el del cerdo
Si tuviera que definir el capítulo 'The National Anthem', elegiría sin duda la palabra "impacto". Te sientas en el sofá, pones una serie inglesa de la que no sabes absolutamente nada (en mi caso, se acababa de estrenar y apenas había referencias a ella online) y de pronto te encuentras con un episodio en el que unos secuestradores amenazan con matar a la Princesa Susannah a menos que el Primer Ministro británico tenga relaciones sexuales con un cerdo.
Ante la falta de respuesta por parte del Gobierno inglés, los secuestradores deciden compartir un vídeo con sus exigencias a YouTube. A partir de ahí, todo el asunto se vuelve viral. Aunque llegan a prohibir a las cadenas del país el hacerse eco de la noticia, casi todo el mundo es consciente de la misma ya que no se deja de propagar por Internet. No desvelaré más al respecto porque tenéis que verlo, pero la moraleja que saca el secuestrador es que la gente estaba tan preocupada por ver si el político cedía o no en televisión que perdieron todo el contacto con la realidad.
La información por Internet se propaga como la pólvora... y eso tiene aspectos positivos pero también negativos
Hay muchas lecturas que se pueden hacer de este capítulo. Una de ellas es el poder que tiene Internet a la hora de transmitir información. Censurar cuesta ahora mucho más que antes, cuando bastaba con amenazar a un medio tradicional para que no se hiciera eco de una noticia. Ahora cualquiera puede subir un vídeo en YouTube, escribir un artículo crítico con algo e incluso utilizar Twitter para defender con pasión una causa.
En las últimas semanas, una prueba que hemos tenido de esto han sido los vídeos propagandísticos de ISIS en los que decapitan a periodistas y otros hombres occidentales. Desde este grupo terrorista son conscientes de que los medios no van a transmitir su mensaje, así que recurren a las redes sociales para hacerlo ellos mismos. Foros, Twitter, Facebook.. Hasta a Diaspora tuvieron que acudir tras ser baneados de otros sitios.
Relacionado con ésta, aparece otra también importante: la presión colectiva que en los últimos años han favorecido las redes sociales. En condiciones normales, el Primer Ministro ni se había planteado cumplir con las amenazas. Pero el público global (otra consecuencia: globalización, todos los países seguían el desenlace) le pide más. Le exige más. Es como vivir en campaña, donde todo el mundo vigila tus movimientos, pero durante los cuatro años que dura la legislatura y amplificado por mil.
Aunque está claro que no es lo mismo, y volviendo a la realidad, tan sólo hace falta ver la presión que los usuarios españoles están haciendo sobre el Gobierno estos días con la crisis del Ébola. ¿Habría ido hoy Mariano Rajoy al Hospital de la auxiliar infectada si no llega a ser por la constante insistencia de los ciudadanos durante los últimos días? ¿Se habría creado un comité? ¿Se habría comenzado a hablar de otros protocolos más seguros si no existiese este ambiente de crispación? Las consecuencias, en este caso, no han sido negativas, pero la presión está ahí y el Gobierno muchas veces se mueve en torno a una agenda marcada por las grandes masas digitales.
Pensemos otro ejemplo. Cada vez que sale alguna noticia de algún secuestro que acaba en tragedia, un importante grupo de usuarios se unen en masa para exigir al Gobierno la cadena perpetua. ¿Debe un Presidente, escogido democráticamente, tomar una decisión así en base a la opinión general de las masas en las redes sociales aunque vaya en contra de su convicción?
1x02 'Fifteen Million Merits', una de créditos virtuales
Seguro que no te gustaría vivir en este mundo, un mundo en el que todo el mundo viste trajes grises y tiene que pedalear sin descanso para ganarse "créditos" o "méritos" como ellos lo llaman y en el que se vive a través de un avatar virtual. Los humanos esclavos de sus bicis, no pueden apartar la vista de la pantalla y la única forma de escapar es comprando su participación en programa parecido a Factor X. Con los "méritos" pueden comprar también el saltarse la publicidad (una publicidad muy intrusiva que les acosa día y noche), ropa, comida y otros bienes físicos.
El capítulo tiene diversas interpretaciones. Por supuesto, en cierto modo critica los realities, pero no creo que ésa sea la principal lectura. Nos muestra una sociedad totalitaria, muy 1984, donde un grupo de privilegiados (o 1%) dominan el mundo, que se sostiene gracias a las horas de pedaleo del 99%. Curiosamente, el episodio se emitió mucho antes de que se pusiera de moda esto de los porcentajes.
Crítica a los realities, al totalitarismo pero, sobre todo, a la sociedad actual
Sin embargo, a mí no me dejo de recordar a la sociedad actual. Trabajas y ganas dinero para sobrevivir. Los más afortunados, para comprarse caprichos, gastar en ocio, en gadgets.... Gastar, a fin de cuentas, mientras sigues trabajando día tras día y, en muchas ocasiones, siendo un esclavo total de tu trabajo. Mientras tanto, los que mandan en la sociedad siguen llevándose los recursos y viviendo como reyes. ¿Lo peor? Que si a alguien del 99% le ofreces pasar a ser alguien del 1%, lo aceptaría encantado.
Por último, está el asunto de las pantallas. Puede intuirse un pelín de crítica a cómo estamos, muchas veces, más pendientes de lo que ocurre en la pantalla que lo que ocurre en nuestro alrededor. Los personajes de este capítulo viven en ellas con su avatar virtual pero, más importante aún, viven para ellas.
1x03 'The Entire History of you', recuerdos imborrables... literalmente
De un capítulo más social que tecnológico, pasamos a otro donde la tecnología es una de las principales protagonistas. ¿Qué ocurriría si pudieras grabar todos tus recuerdos? ¿Todos los instantes de tu día a día? ¿Todo todito? Los personajes que nos presentan en este episodio tienen un chip con el que automáticamente almacenan en vídeo todo lo que ven sus ojos. Por supuesto, todos esos clips son accesibles a posteriori, en cualquier momento.
Si bien de mano nos puede parecer una idea genial, en el capítulo nos muestran varios motivos por los que no deberíamos utilizar un sistema así. Estaríamos constantemente reviviendo el pasado, tanto para lo bueno como para lo malo. Y perderíamos algo que es intrínseco en el ser humano: la capacidad de olvidar. ¿Serías capaz de perdonar a tu pareja si cada noche ves un vídeo una y otra vez de la última discusión fuerte que habéis tenido? Probablemente muchos se convertirían en auténticos adictos al pasado. Vivir la vida con retrovisor, como dice el gran Alberto Nahum.
Un ejemplo más de cómo la tecnología nos puede hacer desconectar de la realidad. En este caso es el pasado, sí, pero el pasado que conseguimos revivir al detalle gracias a algo que nos lo graba. ¿En la actualidad sería posible? Bueno, estamos lejos de poder interactuar con esos microchips, pero tenemos las Google Glass que, a fin de cuentas, pueden grabar absolutamente todo lo que estamos viendo (mientras alcance la memoria, claro). Otros dispositivos, como Narrative Clip o Autographer, dispositivos con cámara que graban absolutamente todo. "Recuerda cada momento", dice el eslogan de Narrative.
"Recuerda cada momento" y "Siempre encendida y siempre disponible" son los eslóganes de Narrative Clip y Autographer, dos gadgets que graban todo tu día en vídeo
Con el auge de estos dispositivos también llegan las preguntas relacionadas con la privacidad. ¿Te gustaría aparecer en los vídeos de una persona que utilice un aparato de este tipo? ¿Pueden grabarte sin tu permiso?
La llegada de las Google Glass ha provocado un movimiento de rechazo denominado "Glasshole": una mezcla de glass (gafas) con asshole (capullo), especialmente en San Francisco. Puede que esta lucha entre usuarios de Google Glass y la población común tenga otra causa detrás (en general en San Francisco los habitantes "de toda la vida" están protestando constantemente contra la nueva "élite" creada por las empresas tecnológicas allí afincadas), pero lo cierto es que en muchos sitios las Google Glass están mal vistas.
Ya se han reportado casos de agresiones y de gente a la que expulsan de lugares públicos por llevar puestas unas Google Glass. Hasta Google tuvo que salir a dar explicaciones y pedir a sus usuarios que fueran pacientes con el resto: "sé educado, explica lo que hace Glass y recuerda que una demostración puede ser útil. En lugares donde los móviles no se permiten, las mismas reglas se aplican a las Google Glass". Hasta hay sitios web que recopilan sitios donde no está permitido llevar estos dispositivos.
Está claro que la tecnología está preparada para grabar sin descanso todo nuestro día a día, pero ¿estamos preparados nosotros?
Y más...
Hasta aquí lo que ha dado de sí la primera temporada, que como veis tiene trasfondo para reflexionar durante horas. Es más, inicialmente teníamos previsto analizar todo lo emitido hasta ahora en este único post pero... se ha vuelto una tarea casi imposible. La semana que viene volveremos con la siguiente entrega, repasando en detalle los episodios de la segunda temporada.
En ¡Vaya Tele! | 'Black Mirror', calidad crítica e irreverente
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