Parece que mentira que haya tantas maneras diferentes de preparar una única bebida. Alrededor del mundo nos gusta beber el café de muchas formas distintas, y por ello hay muchos tipos de cafeteras, cada una con unas características diferenciadas.
Hoy vamos a adentrarnos en el apasionante y fascinante mundo de la tecnología de las cafeteras para conocer cuáles encajan mejor en nuestros gustos y en nuestros hábitos de consumo. Y también para ver si nos ilumina la bombilla, que aún estamos a tiempo de que los Reyes Magos metan una cafetera en la alforja de los camellos.
Tipos de cafeteras
Aunque hay por ahí algunas cafeteras extravagantes, como las cafeteras al vacío o las de infusión en frío, los tipos de cafeteras más comunes son los siguientes:
Cafetera italiana o Moka
Se trata de una cafetera muy popular en Italia, España y otros países mediterráneos, ya que técnicamente es capaz de preparar un espresso, pues el vapor de agua en su interior alcanza los 1,5 bares de presión, pero aun así su funcionamiento es muy sencillo.
Está compuesta por dos cuerpos con forma de tronco de pirámide octogonal. En el cuerpo inferior se vierte el agua y se coloca un pequeño cacillo con forma de embudo, donde se pone el café molido. Al calentar la cafetera, y por ende el agua, ésta asciende a la parte superior, infusionando el café por el camino.
El éxito de estas cafeteras radica en su simplicidad y pequeño tamaño. Además de que son realmente económicas y producen un café bastante bueno si lo preparamos correctamente (la cantidad de café y su prensado en el cacillo condicionan su sabor).
Por en torno a 20 euros podemos conseguir una de la marca Bialetti. ¿Por qué de esa marca? Bueno, porque su inventor fue Alfonso Bialetti (que hace 80 años la ideó imitando el funcionamiento de una lavadora de la época) y también porque tiene un encanto retro, con ese Omino coi Baffi (hombrecillo con bigote) pidiendo un café serigrafiado en el cuerpo.
Otra de las ventajas de las cafeteras italianas es que pueden preparar varios cafés a la vez, todo depende del tamaño de la cafetera. Hay cafeteras desde una sola taza hasta nueve tazas o incluso 12 tazas, aunque las más habituales son de tres y de seis tazas. La desventaja, que si tienes una demasiado grande, sobra café, y luego recalentado no es lo mismo.
Cafetera americana o de goteo
Esta es una cafetera fácil de reconocer, porque aunque en nuestro país no es muy habitual, sí lo es en Estados Unidos, y por ende la hemos visto en centenares de series y películas, con los protagonistas sirviéndose un café de su jarra en la oficina o con una camarera ofreciendo rellenar la taza en un bar de carretera.
Su tecnología es más sencilla si cabe que la de la cafetera italiana. El agua situada en el depósito se calienta y se hace pasar por un filtro (normalmente de papel) donde está situado el café. Al tratarse de un filtro bastante denso, el agua pasa lentamente, gota a gota (de ahí su otro nombre) depositándose en la mencionada jarra una vez infusionado el café.
Esta jarra está situada sobre una placa metálica con una resistencia que mantiene el café caliente, aunque podéis imaginar que si el café lleva mucho rato preparado, y se ha enfriado y calentado varias veces, no estará especialmente bueno. Claro que tampoco es que estas cafeteras tampoco se caracterizan por dar un café demasiado intenso o con cuerpo.
No obstante, las cafeteras americanas tienen sus ventajas: no hay que estar pendientes de ellas e incluso las podemos dejar listas por la noche y programarlas para que nos preparen el café justo cuando nos suene el despertador. Así nos levantaremos con olor a café por la mañana.
Además, son bastante económicas, pudiendo encontrar modelos desde 13 euros, como la Tristar KZ-1223, o en torno a 20, como la Ufesa CG7231. Si estamos buscando algo con un diseño más llamativo y con programador incluido, entonces la Unold 28605 Bola (47 euros) o la AEG KF7500 (59 euros) son opciones interesantes.
Cafetera francesa o de émbolo
La cafetera francesa es una de las cafeteras más sencillas de todas, y además una de las más valoradas, ya que ofrece un café con un buen sabor y gran cuerpo. Como contrapartida, tiene un proceso de preparación un poco más complicado.
El mecanismo de la cafetera es extremadamente simple. Un recipiente cilindríco, normalmente de vidrio, y un émbolo con un filtro. En un cazo calentamos agua y la vertemos en el cilindro, donde habremos colocado el café molido. Tapamos la cafetera, pero sin bajar el émbolo, y dejamos infusionar 4 o 5 minutos. Transcurrido ese tiempo, bajamos el émbolo, llevando el café molido al fondo y dejándonos un rico café para beber.
Como podéis imaginar, no son especialmente caras, y su precio varía sobre todo en función de su tamaño. Las más pequeñas se pueden conseguir por unos 10 euros, mientras que las más grandes y de diseño como la Tescoma Teo o la Bodum Chambord, se sitúan en torno a los 25 euros.
Cafetera espresso
Llegamos aquí a la categoría reina de las cafeteras, o al menos las que más éxito han tenido en los últimos años: las cafeteras espresso, que son las que se utilizan en bares y cafeterías, pero que también podemos tener en casa.
Su funcionamiento es a la vez sencillo de explicar y complejo de ejecutar. Básicamente se debe calentar agua para que alcance mucha presión (12-15 bares) y hacerla pasar por el cacillo con el filtro donde está el café. El agua a tanta temperatura y presión extrae rápidamente todo el sabor al café y obtenemos una bebida corta, cremosa, intensa y con mucho cuerpo.
El problema está en que calentar agua y llevarla a tanta presión no es algo tan fácil de conseguir, y es por eso que las cafeteras espresso domésticas todavía son medianamente aparatosas y requieren un mayor mantenimiento.
Su precio es ligeramente superior al resto de tipos de cafeteras, y varía sobre todo en función de la cantidad de presión que son capaces de conseguir o de si pueden moler café en grano. En el entorno de los 70 euros podemos conseguir la Ufesa CE7141, con 15 bares de presión. Si buscamos algo con un diseño más atractivo, la DeLonghi EC680 (144 euros, 15 Bares) seguro que cumple las expectativas.
Cafetera espresso monodosis
En los últimos años han proliferado las cafeteras espresso monodosis, con Nespresso a la cabeza. Tienen como ventaja que son muy fáciles de usar (pones la cápsula, le das a un botón y ya tienes tu café listo) y como inconveniente que el café que preparan sale mucho más caro, ya que las cápsulas no son baratas.
Su funcionamiento es similar a las espresso convencionales, solo que consiguen la presión suficiente para elaborar el café dentro de la cápsula, y al tener esta un volumen más pequeño, todo se simplifica, lo que permite que estas cafeteras sean mucho más pequeñas y tengan un mantenimiento mínimo.
Estos son los principales sistemas de cafeteras espresso monodosis:
- Nespresso: Qué os voy a contar, fueron los pioneros y la referencia del mercado. Podemos conseguir una cafetera básica como la Krups Inissia desde unos 70 euros, aunque los modelos de mayor tamaño (y depósitos de agua mayores), como la Nespresso Pixie Titan, rondan lo 100 euros. Si queremos que incluyan vaporizador de leche para hacer capuccinos y lattes, entonces el presupuesto debe irse por encima de los 200 euros, que es lo que cuesta la Nespresso Lattissima.
- Dolce Gusto: También de la marca Nestlé. Ofrece, además de cafés espresso (con menos variedades y menor calidad que Nespresso), un amplio abanico de bebidas como capuccinos, mokachinos, chocolates... todo con cápsulas o una combinación de dos cápsulas. Podemos conseguir una cafetera por menos de 50 euros como la Krups Oblo.
- Tassimo: Es la alternativa del fabricante Bosch, con un punto diferenciador interesante. Las cápsulas llevan un código de barras y las cafeteras un lector que les permite preparar la bebida con la cantidad justa según proceda. No tenemos que ajustar nada ni estar pendientes de parar la máquina cuando corresponda. Simplemente ponemos la cápsula y apretamos un único botón. También ofrece un amplio abanico de bebidas, el rango de precios de las cápsulas es similar y las cafeteras prácticamente las regalan, con precios por debajo de 40 euros, como la Bosch TAS2002.
- Senseo: En este caso el fabricante detrás es Philips, que busca su factor diferenciador en el precio, con monodosis (no son cápsulas) en torno a un 50% más baratas que el resto. También tiene monodosis para preparar varios tipos de bebidas además de café, aunque como pudimos ver en la comparativa de cafeteras monodosis con capuccino, no eran tan buenas. Eso sí, si elegimos uno de los modelos con vaporizador de leche, como el Philips HD7853 (136 euros), el capuccino sale muy bueno y de forma automática.
- Iperespresso de Illy: Para mi, el mejor café en cápsulas, algo que pude comprobar al compararlas con las cápsulas Nespresso. Tiene como inconveniente que las máquinas no son baratas (200 euros la Illycaffé X7.1, casi 275 el modelo Y5 milk de Francis Francis) y las cápsulas son más caras que las de Nespresso, amén de que solo ofrecen un número más reducido de variedades.
Y con esta última cafetera concluimos nuestro repaso al apasionante y fascinante mundo de la tecnología de las cafeteras. Como broche querría dejaros un vídeo con el funcionamiento de una cafetera de vacío, que es una de las más impresionantes de ver preparar un café.
Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.
Imágenes | Martin, Lloyd Morgan, Akunnen, Peter Dutton
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