Con sus 330 metros de alto, este hotel costó una fortuna y, durante décadas, fue la vergüenza del gobierno de Corea del Norte
Ahora está terminado por fuera, pero nadie quiere hacerse cargo de él y lo han convertido en una pantalla publicitaria gigante
Hablar de megaestructuras es echar la vista al este. Emiratos Árabes se está esforzando por ser la nueva capital de los rascacielos y en Arabia Saudí hay proyectos como Neon. China sigue siendo la reina de las construcciones enormes, pero si nos vamos un poquito más al este nos encontramos un colosal edificio objeto de burlas y que rompe completamente la estética de su ciudad.
¿El país? Corea del Norte y el edificio se llama Ryugyong, un hotel muy extraño que estuvo en construcción durante más de 30 años y que se ganó el sobrenombre de "el peor edificio del mundo". Algo exagerado, si tenemos en cuenta otros ejemplos.
Un cohete en el centro de Pyongyan. Corea del Norte no es un país que destaque por sus megaconstrucciones. Sí, tiene el Gran Monumento de la Colina Mansu, pero no dejan de ser estatuas grandes… y de esas hay muchas. Incluso de un tractor. En Pyongyan, donde se ubica este edificio, hay varias torres residenciales y hoteles de gran altura que tienen una estética incluso bonita, pero lo del Ryugyong no tiene nombre.
El Ryugyong tiene una altura de 330 metros y 105 pisos. El exterior es completamente de cristal y tiene un aire a creaciones futuristas de películas como 'Blade Runner' o 'Metropolis'. Si estuviera en China, sería catalogado como 'arquitectura rara', y todo empezó en 1986. Singapur acababa de construir el hotel más alto del mundo, el Stamford Hotel y su responsable fue una empresa surcoreana. Corea del Norte no quiso quedarse atrás y su plan era un hotel con forma de pirámide más alto que el de Singapur.
Atraer inversores occidentales. La intención del gobierno norcoreano era atraer la inversión extranjera. Se estimaron ganancias de 230 millones de dólares y desde las agencias gubernamentales prometían una supervisión "relajada" de las actividades. ¿Esto qué significa? Pues que las empresas extranjeras podrían abrir casinos, clubes nocturnos y otra serie de divertimentos.
Crearon la empresa Ryugyong Hotel Investment and Management para atraer esa inversión y la empresa norcoreana de construcción Baekdu Mountain Architects and Engineers se puso manos a la obra en 1987. ¿Objetivo? Tenerlo listo para 1992 y ser el "regalo" de cumpleaños de Kim Il Sung, el actual presidente, así como convertirse en el hotel más alto del mundo. No cumplieron. Pero ni por asomo.
Y llegó la crisis. Llegó la fecha prevista y lo cierto es que el Ryugyong había alcanzado la altura prevista. Sin embargo, simplemente era una pirámide de hormigón sin ventanas y, evidentemente, sin ningún uso práctico. Era una mole enorme de color entre marrón y gris que dominaba el skyline de la capital y no sólo no se cumplió la fecha, sino que el país entró en una profunda crisis económica debido al colapso de la Unión Soviética.
Claro, despertó las burlas de otros países. En Japón se estimó que la construcción había consumido el 2% del PIB del país (que se dice pronto) con unos 750 millones de dólares, que hoy son unos 1.380 mil millones. Fue llamado "el peor edificio del mundo" y durante más de una década el hotel permaneció así. Además, como guinda del pastel, en el punto más alto había una grúa que se fue oxidando con los años. "Hotel de la perdición" era otro de los sobrenombres.
Una vergüenza. No sólo los japoneses se rieron del hotel, también en occidente. BBC dijo que era “un recordatorio de la ambición frustrada del estado totalitario” y, tras una inspección a finales de la década de los 90, la Cámara de Comercio Europea comentó que el edificio era irreparable, con elementos como los huecos de los ascensores que estaban torcidos.
Corea del Norte, sencillamente, se quedó sin dinero y, desde 1992 hasta 2008, el gobierno intentó maquillar la situación. Era imposible no fijarse en ese amasijo a medio terminar, por lo que en los sellos del país aparecía el hotel simulando estar acabado y el gobierno manipulaba las imágenes oficiales de Pyongyang para eliminar el rascacielos.
Sí, pero no. Vamos, que el hotel de marras estaba sacando los colores a los líderes norcoreanos (y eso que Kim Il Sung ya no podía verlo debido a que falleció en 1994) y era el momento de retomar las obras, que se habían cansado de editar las imágenes de la capital y la licencia de Photoshop también había que pagarla. En 2008, 16 años después del parón, las obras se retomaron de la mano de… ¡una constructora egipcia!
Orascom Group es una empresa de telecomunicaciones que tenía un acuerdo de 400 millones de dólares con el gobierno norcoreano para desplegar una red móvil, pero se apresuraron a decir que su actividad en el ‘Hotel Doom’ -como lo llamaron algunos- no estaba relacionada con ese acuerdo de telecomunicaciones. Además, desde el gobierno se dio una fecha: el hotel estaría listo para el 2012 para coincidir con el nacimiento de Kim Il Sung. Sí, 20 años después de la primera fecha.
Pon unas pantallas y a funcionar. En 2012, Orascom anunció que el trabajo externo estaba hecho, que habían instalado antenas de telecomunicaciones en la parte superior (puede que sí tuviera que ver con ese acuerdo de 400 millones al final) y se compartieron unas fotografías que demostraban que por dentro no había nada de nada. Pero ni cables, ni muebles. Vamos, que en 2012 no iban a abrir, pero se comprometieron con una apertura parcial para 2013.
Un grupo hotelero quería abrir en el Ryugyong, pero en 2013 se echaron para atrás. ¿Qué ocurrió ese año? La gran prueba nuclear de Corea del Norte, iniciando un periodo de tensión con occidente que sigue a día de hoy. Pasaban los años y no se hacía nada con el espectacular edificio. Por lo menos, ya estaba terminado en su cara exterior y, en 2018, se convirtió una de las fachadas en una gran pantalla LED que muestra imágenes, animaciones y mensajes.
Meh, hagamos lo que sea. El hermetismo del país impide saber realmente cuánto ha costado esta vaya publicitaria gigante, pero las últimas noticias tras otros seis años sin ocupar el edificio apuntan a que el gobierno está buscando alguien que opere un casino en el edificio con la condición de completarlo. El objetivo sigue siendo el de atraer la inversión internacional, pero la situación entre Corea del Norte y occidente no es la mejor.
Están involucrados en la guerra de Ucrania y también se encuentran tensando la cuerda con Corea del Sur y los cientos de globos llenos de excrementos que lanzan al país vecino. Veremos si algún día se completa este impresionante hotel que sigue rompiendo la estética de la capital, pero que al menos se ha completado por fuera. Y tiene mejor pinta que el enorme Goldin Finance 117, un rascacielos abandonado en China.
Imágenes | Uri Tours, LukeTriton, Martin Cígler, ByeByeBaby
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