Halo, que así se llama, alcanza los 40 metros de altura y cuenta con un anillo de casi 90 m de diámetro
Vigo no es solo la ciudad de las "Navidades top del planeta" y los 13 millones de luces led. Ni la del Dinoseto, el Rinoseto, el Pezseto o el hombre maceta, criaturas florales todas que, por más disparatado que suene, han tenido su minuto de gloria en la crónica local de los últimos años. Al municipio gallego le gustan también las grandes infraestructuras y está a punto de demostrarlo con un enorme ascensor tan fascinante a nivel técnico como futurista resulta a la vista.
Su nombre, Halo. Su objetivo, suturar un desnivel urbano con un elevador compuesto por una torre de alrededor de 40 metros de alto y un enorme anillo panorámico. De momento ya luce más que el árbol de Navidad de Vigo.
No digas mega ascensor… No, di mejor Halo, que es como se llama la estructura encargada por el Ayuntamiento de Vigo para comunicar dos barrios de la ciudad que, si bien no quedan a demasiada distancia el uno del otro, sí están separados por dos obstáculos difíciles de salvar para los viandantes: un desnivel de unos 50 metros y la autopista AP-9. Para "coser" semejante tajo urbano el gobierno capitaneado por Abel Caballero ha optado por un elevador vertical coronado por una pasarela en forma anillo con vistas a la ría. Todo para uso de los peatones.
"Un elogio al horizonte". Así define el proyecto AM2 Arquitectos, una de las firmas que está detrás de Halo junto a Arenas y Asociados y Noarq. La descripción quizás resulte un poco poética, pero aporta una idea precisa de qué perseguían sus autores. Para resolver el problema técnico planteado por el Ayuntamiento optaron por "una escultura", una enorme estructura con vocación de "icono" que consta de dos grandes elementos: una torre de 45 m dotada de ascensores y un anillo de casi 90 m de diámetro que enlazará con Vialia, un centro comercial abierto en 2021.
Que el elevador comunique con un área comercial se debe a varias razones: su ubicación, en una zona elevada, conocida como Vía Norte, y que la instalación está engarza con las estaciones de tren y buses. Dispone además de una plaza pública.
Un titán de cientos de toneladas. La enorme estructura con forma de "halo" pesará alrededor de 750 toneladas repartidas por varios segmentos y su objetivo es servir de pasarela y mirador para los peatones que suban o bajen en los ascensores. Dar forma a semejante estructura no resulta sencillo; tampoco rápido.
Tras los trabajos técnicos, las obras sobre el terreno arrancaron oficialmente en agosto de 2022. Y si bien llegó a deslizarse que el elevador podría estar operativo el siguiente verano ya entonces se reconocía que ese horizonte podría alargarse. Ahora se habla de una inauguración a comienzos de 2024, tras las fiestas.
Trabajos, cortes… y millones. Las obras han afectado al tráfico urbano de la ciudad, obligando a cerrar uno de sus túneles más recientes, el de la calle Lepanto. Dar forma a la enorme infraestructura exige manejar piezas de hasta 150 toneladas y vidrios que rondan los mil kilos. Si algo ha variado con respecto a la planificación inicial de Halo, sin embargo, no son sus detalles o cronograma, sino su coste.
Hace unos días La Voz de Galicia cifraba su coste en 15,8 millones de euros, considerablemente por encima de la cantidad que se planteó en un inicio. En febrero de 2021 el propio Gobierno municipal hablaba de un presupuesto de 7,2 millones y se manejaba un plazo de ejecución de dos años. Al inicio de las obras, hace poco más de un año, se apuntaba ya a un coste de 12,5 millones.
Revisión y mejora del proyecto. La razón de esos cambios —precisa el diario gallego— son varias modificaciones del proyecto. La última ascendía a 3,2 millones de euros y busca ampliar la capacidad de los dos ascensores de Halo, que en un principio se planteaban con un aforo de 15 personas cada uno, y mejorar la estructura con la colocación de vidrios y la climatización de las cabinas.
Vigo Vertical. En Vigo hay algo más característico aún que su ría, el marisco, las Cíes o, sí, las luces de Navidad: su complicada orografía, marcada por pendientes pronunciadas que condicionan su urbanismo y hacen que alguna de sus arterias centrales, como Gran Vía, no sean aptas para paseantes alérgicos a las cuestas.
Hay quien tirando de ironía compara la metrópoli gallega con San Francisco, conocido por las celebérrimas pendientes de Lombard Street. Para atajar esas pendientes su Consistorio lleva años desplegando un programa bautizado como Vigo Vertical, que ha repartido rampas y escaleras mecánicas y elevadores por diferentes puntos de la geografía urbana. Incluso ahora siguen instalándose rampas para salvar lomas pronunciadas, aunque, eso sí, ninguno de esos mecanismos es tan ambicioso —ni costoso— como Halo.
Imágenes: Concello de Vigo 1, 2, 3, AM2 Arquitectos y Noarq
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