Silver Firs es un barrio en las afueras de Seattle, cuyos vecinos llevan tiempo viendo de vez en cuando a un robot azul que, equipado con cuatro ruedas y decorado con el logotipo de Amazon Prime, recorre arriba y abajo las aceras de la zona.
Scout, pues este es el nombre de este modelo de robot íntegramente diseñado, fabricado y programado desde Amazon, está en pruebas -lo acompaña siempre un empleado de la compañía- pero algunas veces atiende peticiones reales realizadas a Amazon por vecinos de la zona, transportando los paquetes hasta su puerta.
Entrenamiento de 'Scout'
Amazon dispone de una amplia experiencia usando robots dentro de almacenes, pero Scout debe adaptarse a un entorno completamente nuevo. De modo que, para que Scout fuera capaz de realizar esa tarea, hizo falta que Amazon construyese un vecindario idéntico a Silver Firs, para que los robots aprendieran a explorarlo.
Por fortuna, bastó con que dicha reconstrucción fuera enteramente digital, a partir de los datos recopilados mediante el uso de cámaras, drones y tecnología lídar. Pero lo cierto es que las imágenes de dicha simulación son difíciles de distinguir de la realidad, un detalle necesario para que aquellos algoritmos que funcionan en el primer caso puedan hacer también en el segundo.
De cara al futuro, desde Amazon buscan poder refinar el entrenamiento de estos dispositivos recurriendo a la técnica conocida como "aprendizaje por refuerzo", que podríamos definir como un sistema de "prueba y error" constante y acelerado
Así, innumerables 'bots virtuales' pudieron recorrer miles de veces una zona de 2 kilómetros cuadrados, recreada literalmente al milímetro, para reflejar la textura del suelo y la posición en que las hierbas crecen a través de las rejillas de drenaje.
Esto permite a Amazon ejecutar la simulación 24 horas al día, 7 días a la semana, evitando molestar a los vecinos con docenas de robots recorriendo su barrio, y permitiendo alterar a demanda de los responsables del proyecto factores como la meteorología del lugar.
La compañía de Jeff Bezos ha apostado por esta estrategia de 'entrenamiento', muy similar a la usada por Waymo en sus coches autónomos, para explorar nuevos modos de servir a sus clientes más paquetes y más rápido.
Startup Starship Technologies, y Marbel son dos de las empresas que llevan un tiempo experimentado con los robots como sistema de reparto de pedidos. Otra de sus competidoras, Dispatch, fue adquirida por Amazon a finales de 2017, coincidiendo con la puesta en marcha de este proyecto.
Sin embargo, ninguna de estas compañías ha sido capaz de demostrar que este método pueda ser fiable y rentable una vez se lleve a cabo a gran escala. El grado de autonomía decisoria del que puedan dotar finalmente a cada robot puede resultar clave para que terminemos viendo 'scouts' por nuestras calles.
Vía | Wired
Imagen | Amazon
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