El del Titanic bien podría ser e el pecio más famoso de la cultura popular. Muchos lo descubrimos gracias a las inmersiones que el equipo de James Cameron realizó para su película de 1997, pero antes de que el canadiense se lanzara al mar otro equipo de exploradores ya se había lanzado al fondo del atlántico. Ahora lo que grabaron está disponible en para cualquiera que desee verlo.
En la madrugada del 15 de abril de 1912 el RMS Titanic se hundía tras su choque contra in iceberg. El que por un breve periodo de tiempo fue el buque más grande del mundo tardó algo más de dos horas en ser engullido por las aguas. Más de 1.500 personas de las aproximadamente 2.200 que iban a bordo fallecieron esa noche.
74 años después, un equipo de investigadores logró poner una cámara aproximadamente 3.800 metros bajo el nivel del mar para poner ojos sobre el navío por primera vez desde su hundimiento. Lograrlo no fue tarea fácil, fueron necesarios dos submarinos especializados en llegar a tales profundidades: el DSV Alvin y el Jason Junior.
Han tenido que pasar otros 36 años para que las imágenes de la misión hayan sido puestas a disposición del gran público. Lo ha hecho la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) a través de YouTube. El vídeo tiene algo más de 1h20m de metraje y está disponible desde la madrugada de hoy.
Alvin y Jason
La expedición al pecio se organizó a través de dos sumergibles, uno tripulado, el DSV Alvin, y otro un minisubmarino operado a distancia, el Jason Jr. El primero, un batiscafo (Deep Submergence Vehicle) capaz de llevar tres tripulantes a más de 6.000 metros de profundidad. Los tripulantes serían los primeros en poder ver con sus propios ojos el buque naufragado desde su hundimiento.
El segundo vehículo era un minisubmarino no tripulado, operado a distancia a través de un cable de 90 metros de longitud, capaz de adentrarse en el interior del propio navío y tomar imágenes desde dentro. Algo semejante a lo que haría James Cameron nueve años después antes y durante la producción de la película Titanic.
Los restos del barco habían sido descubiertos tan solo un año antes, en septiembre de 1985, por una expedición conjunta realizada por el propio WHOI y el Institut français de recherche pour l'exploitation de la mer. En aquella ocasión fueron las cámaras las únicas que pudieron captar, primero restos aislados del naufragio, y después los restos del buque.
El oceanógrafo Robert Ballard participó tanto en la expedición de 1985 como en la del año siguiente y fue entrevistado recientemente por Associated Press con motivo de la publicación de las imágenes recientes. “Nunca mire hacia abajo al Titanic. Miraba arriba al Titanic. Nada era pequeño” aseguraba Ballard hablando de su experiencia.
Ballard también habló de las dificultades que habían mantenido el naufragio oculto durante siete décadas. “El agua está a temperaturas heladoras y probablemente el mayor reto es lo remoto de la localización, y particularmente el duro ambiente con respecto a la presión a la que se expone nuestro equipo”.
Curiosamente, la experiencia de Ballard en la búsqueda de naufragios procedía de su carrera militar. Como oficial de inteligencia naval había estado involucrado en la búsqueda de navíos militares antes de su expedición en busca del Titanic.
Los océanos continúan siendo una vasta zona semiexplorada de nuestro planeta. Esto no solo se aplica a la vida y geografía marina, también a los pequeños tesoros arqueológicos que se esconden bajo el mar. Poco a poco, vamos recuperando trocitos de nuestra historia, y algunos hallazgos podemos observarlos desde nuestros propios ordenadores.
Imagen | NOAA/Institute for Exploration/University of Rhode Island (NOAA/IFE/URI)
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