Cuando se formaron los glaciares que los investigadores Axel Hofmann y Ilya Bindeman acaban de identificar bajo grandes depósitos de oro cerca de Durban, una ciudad de la costa este de Sudáfrica, la Tierra era diferente. bastante diferente. Nuestro planeta encaraba la recta final del eón Arcaico y —según planteaban hace no mucho científicos del MIT— experimentó un "giro hacia la habitabilidad" que permitió que el oxígeno se acumulara en la atmósfera y los océanos. Si los cálculos de Hofmann y Bindeman no fallan, las huellas de las masas de hielo que han localizado en África tienen alrededor de 2.900 millones de años, lo que los convierte en los más antiguos del documentados hasta la fecha.
El hallazgo es fascinante.
Y puede contarnos mucho sobre nuestro planeta.
¿Qué han encontrado? Huellas. Unas muy especiales, eso sí. Lo que han identificado Axel Hofman y Ilya Bindeman, científicos de las universidades de Johannesburgo y Oregón, respectivamente, son rastros de glaciares de hace 2.900 millones de años, lo que los convierte en los más antiguos anotados hasta la fecha. Y si el hallazgo no fuera lo suficientemente fascinante de por sí, se vuelve aún más sorprendente al saber dónde han identificado las evidencias: en rocas situadas bajo los depósitos de oro más grandes del mundo, en Sudáfrica. El descubrimiento se logró de hecho tras analizar lechos rocosos situados cerca de Durban.
"Muy bien conservados". La frase es de Bindeman y sirve para hacerse una idea más precisa de lo que se han encontrado en Sudáfrica, un hallazgo sobre el que publicaban hace poco en la revista Geochemical Perspectives Letters y del que incluso han hablado durante la Conferencia Goldschmidt, una de las cumbres más citas de la geoquímica global. "Hallamos depósitos glaciares muy bien conservados cerca de los yacimientos de oro de Sudáfrica. Es una de las pocas zonas que siguen bastante intactas y sin cambios desde los inicios de la Tierra", explica.
Para ser más precisos, los depósitos que han localizado son morrenas glaciares fosilizadas, los restos que deja un glaciar cuando se derrite y contrae de forma gradual. "Se trata de los más antiguos jamás encontrados", abunda Bindeman. 2.900 millones de años es un período muy extenso durante el que las rocas han podido experimentar cambios geológicos. Como explican los investigadores, las capas que han analizado apenas han experimentado alteraciones relevantes.
¿En qué se han fijado exactamente? Durante su análisis Hofmann y Bindeman observaron cantidades relativas de tres isótopos de oxígeno, 16O, 17O y 18O, con pesos diferentes. "Vimos que estas rocas tenían cantidades muy bajas de 18O y muy altas de 17O, lo que significa que se formaron a temperaturas heladas. Esto significa hielo", comenta el experto de la Universidad de Oregón, que incluso va más allá: "Combine esa evidencia geoquímica con la de la morrena, y significa glaciares, los glaciares más antiguos que se han encontrado en la Tierra".
Posibles explicaciones. Hofmann y Bideman no se limitaron a describir su hallazgo. En su trabajo plantean posibles explicaciones, como que el área en el que localizaron los depósitos se situara cerca de los polos o que la Tierra atravesara por entonces un período de glaciación global —hipótesis bautizada Snowball Earth, o "Tierra bola de nieve"—, durante el que las bajas concentraciones de CO2 (dióxido de carbono) y CH4 (metano) desencadenaron un "efecto invernadero inverso" y provocó a su vez que gran parte de nuestro planeta se congelara.
"Los científicos creen que pudo haber sucedido en un par de ocasiones en el pasado más reciente. Si es así, este sería el período de enfriamiento global más temprano registrado", abunda Hofmann, que aclara que cualquiera de las dos hipótesis que explican los depósitos resultan "científicamente interesantes".
¿Por qué es interesante? Más allá del logro que supone haber identificado rastros de los glaciares más antiguos conocidos, el estudio de Hofmann y Bideman es interesante por otra razón: lo que nos puede contar sobre la Tierra. Su hallazgo sugiere la presencia de casquetes de hielo continentales hace unos 2.900 millones de años y que el área en el que han trabajado se situaba más próxima a los polos; incluso que hay partes del planeta que se han podido congelar durante un período de glaciación extremadamente frío, Snowball Earth, desconocido hasta ahora.
"La evidencia de la glaciación de esta edad se ha discutido y debatido acaloradamente durante décadas en base a la evidencia sedimentológica con sugerencias que van desde la glaciación de gran altitud a la altitud alta. El análisis de triple isótopo de oxígeno aporta una línea de evidencia completamente nueva a este argumento", comenta Andrey Bekker, profesor de la Universidad de California Riverside. Los nuevos datos publicados, añade, probablemente "desencadenen estudios de seguimiento sobre la oxigenación transitoria en ese momento".
Imagen de portada: Paxson Woelber (Unsplash)
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