Las bacterias del estómago de las vacas, candidatas a ser la fuente de una enzima valioso en la carrera del reciclado de plásticos PET, según una investigación

Como parece que no podemos con el plástico (que nosotros mismos acumulamos), queremos digerirlo literalmente, hablando de las investigaciones en búsqueda de enzimas digestivos bacterianos capaces, en principio, de acelerar el proceso de reciclaje de plásticos como el PET. Y en esa línea de investigación ahora un grupo de científicos dicen haber dado con una bacteria del estómago de las vacas capaz de digerir el PET.

A modo de recordatorio, el PET responde a las siglas del tereftalato de polietileno, un material de los que mejor parado sale (por decir algo) en el viaje que hacen los residuos en España (según el análisis que publicó El País en mayo de este año) y que suele formar parte de botellas y en textil. Hilando con el anterior párrafo, desde hace un tiempo se persigue lograr una enzima que ayude a acelerar el proceso, por lo que hallarlo en unas bacterias de uno de los estómagos de las vacas podría ser, permitidnos la chanza, algo de luz en este rumen.

Una posible solución en un gran saco de fermentación

Siguiendo con los recordatorios, podemos hacer uno brevísimo sobre biología. Una enzima es una molécula (normalmente una proteína, unida o no a algún otro grupo de otra naturaleza) que cataliza reacciones químicas, de modo que gracias a ellos las reacciones químicas de las células de los seres vivos se suceden requiriendo menos energía de activación (y de manera más rápida).

Las vacas son rumiantes poligástricos, es decir, tienen cuatro estómagos. El rumen (también llamado "panza") no es glandular como el nuestro, sino que se trata de una cámara de fermentación llena de microorganismos cuya actividad permite digerir moléculas que de otro modo no se desharían y no podrían aprovecharse. Es el estómago del que hablábamos con aquello de las vacas que viven con un agujero en su lomo.

Entre esa flora bacteriana es donde están las que interesan a la Dra. Doris Ribitisch y a su equipo, según lo publicado en Frontiers in Bioengineering and Biotechnology. Según el equipo de investigadores, parte de esa actividad biológica que ocurre de manera natural en este órgano de los rumiantes podría ser de utilidad en la hidrólisis de los plásticos (en su destrucción, por así decirlo).

Concretamente, han estado probando por tres clases de poliéster: PET, PBAT (adipato-co-tereftalato de butileno)y PEF (furanoato de polietileno), siendo éstos dos últimos materiales biodegradables. Lo que hicieron es incubar líquido ruminal (proveniente de un matadero de Austria) con estos tres tipos de plástico para ver el efecto, y según especifica hubo digestión en los tres casos.

Los investigadores dicen haber comparado sus resultados con estudios similares anteriores, como los que os hemos comentado antes en este artículo, y aseguran que los enzimas provenientes de bacterias ruminales logran hacer el trabajo de manera más rápida. Concretamente, trabajan mejor en plástico desmenuzado que en film, según especifican.

¿Lo bueno? De los mataderos se podría extraer diariamente litros y litros de líquido ruminal, sobre todo si valen también los gérmenes de ovejas y cabras. Lo no tan bueno: hacerlo requeriría modificar todos los procesos actuales de tratamiento y trazabilidad de las vísceras, y sobre todo falta comprobar que los enzimas sean igualmente efectivos en un proceso a gran escala, así como lograr que sea eficiente económicamente (porque es caro).

Mientras tanto, lo que podemos hacer es, sobre todo, reducir el uso de plásticos de un solo uso y en general, ya que el de su acumulación es un problema grave. Además de estas investigaciones, aparentemente provechosas, se está persiguiendo el encontrar un sustituto de los plásticos, pero ambas parecen carreras de fondo, así que mejor ir recordando aquello de las "tres R", especialmente la de Reducir.

Imágenes | Jumpstory

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