“Publicar o perecer” (Publish or perish) es una frase que todo investigador tiene en mente. Si no publicas tus resultados en una revista indexada, y a poder ser con un buen factor de impacto, no eres nadie en el mundo de la ciencia y no podrás acceder a becas, proyectos, puestos en la universidad, etc.
Para llegar a tener tus resultados publicados, normalmente has de recorrer un largo y tortuoso camino. En otras ocasiones el camino puede ser corto, ya bien por suerte, unos resultados espectaculares o porque has hecho algún tipo de fraude, algo que se comienza a visualizar más.
Una historia que tienes que vender
Una vez obtienes los resultados de tu investigación, necesitas darle consistencia hasta crear tu historia. Al igual que si fuera un libro o fueras un vendedor de una tienda, necesitas crear una historia atractiva, con un título y un resumen muy atractivos.
Aunque en general tienes que seguir un determinado esquema (introducción, material y métodos, resultados, discusión y unas conclusiones finales), la forma en la que lo cuentes va a ser muy importante de cara a que otros autores te lean, aparezcas más fácil en un buscador, etc.
Una vez se plasma esta historia en un manuscrito; hay que buscar una revista de tu área de trabajo, y a poder ser que tu historia entre en el área de interés de la revista (el temido “este trabajo no está en el scope de la revista”) y enviarlo a través de su web.
Normalmente envías a una revista que tenga una temática similar a lo que envías, en función de su índice de impacto, etc. pero previo a este envío, el artículo lo has de maquetar conforme a unas normas muy determinadas, que cambian de revista a revista, incluso de la misma editorial (palabras/páginas/palabras clave, el formato de la bibliografía, el número de tablas y figuras de resultados, etc.).
La emoción del envío
Después de editarlo a las normas y cubrir una serie de formularios con todos los datos y sugiriendo unos posibles revisores, subes el paper a la web de la revista y al cabo de unas horas o días, recibes un email del editor asociado o el editor en jefe.
Si el editor cree que es un artículo interesante para su revista, buscará entre 2 a 5 revisores, para que revisen tu trabajo, y ahí comienza una carrera de fondo. Aunque normalmente puedes proponer unos revisores, pocas veces esos revisores serán los que revisen tu trabajo (no tienen tiempo, no quieren, el editor cree que no son los mejores, etc.).
Si no le parece interesante, te contestará en un email tipo informándote que lamentablemente tu paper: i) no se ajusta al área de la revista, ii) es un trabajo muy similar a otros que tienen publicados, iii) no tiene la suficiente relevancia, o iv) no da un motivo.
En algunas ocasiones te ofrecerá enviarlo a otras revistas que pueden ser de tu área de trabajo (cuando son de la misma editorial), o directamente no te dirá nada, pero que espera que vuelvas a enviarles otra cosa en otro momento.
La tensa espera
Los revisores dispondrán de entre 15 días y 3 meses para realizar una revisión de tu trabajo, aunque es un plazo muy variable en función del campo de estudio y revista. Si creen que es bueno y válido para publicar, recomendarán al editor que lo incluya para publicar tal cual se envió, aunque esto no es habitual.
Lo normal es que los revisores encuentren fallos o cosas que se pueden mejorar (redacción del texto, idioma, calidad de los resultados, nuevos análisis para mejorar el trabajo, etc.), de forma que irán pidiendo revisiones de mayor o menor magnitud (major revisions, moderate o minor revisions), o el rechazo y la devolución a los autores, ya que tiene tantos fallos que requiere demasiadas mejorías y no vale la pena.
En otras ocasiones puede suceder que directamente se rechace sin dar un motivo, aunque no suele ser habitual.
Al finalizar el plazo, puede que exista un empate entre revisores, uno a favor (revisiones de algún tipo o aceptación) y otro en contra (rechazo), por lo que puede ocurrir que el editor: i) realice él mismo la revisión del trabajo, o ii) se pida a otro revisor su opinión, por lo que se vuelve a correr otro plazo de entre 15 días y 3 meses.
El tiempo entre que se envía y tienes una decisión definitiva (publicado o rechazado), puede eternizarse, porque se vuelven a pedir nuevas mejoras del trabajo, con un tiempo para que se puedan hacer. Se hacen y se vuelve a enviar a la revista, normalmente a los mismos revisores; aunque en otras ocasiones alguno de los revisores no puede/quiere y hay que buscar otro revisor.
Se vuelve a dar otro tiempo de revisión, y se procederá a aceptar los cambios, pedir más cambios o rechazarlo; por la inclusión de este nuevo revisor.
Si la revista es muy buena, por ejemplo en las revistas más conocidas como Nature o Science, este tiempo puede ser de apenas 20-40 días; incluso con varias revisiones, aunque lo normal es que pase entre 1 a 6 meses, o incluso más de un año, entre las diferentes revisiones, etc.
Una línea más para tu cv
Si tienes suerte y el trabajo se considera válido para su publicación en la revista, el editor te comunicará la buena noticia y pasará a alguna subcontrata en India o Filipinas, que se encargará de revisar el trabajo más en profundidad y realizar el trabajo de maquetado en la plantilla de la revista: si las imágenes que envías tienen buena calidad, las tablas están bien, revisarán el texto, si las referencias están bien puestas o si faltan, etc.
Al final de este proceso, entre 2 a 10 días, esta oficina editorial te enviará unas pruebas de imprenta para que las revises y las aceptes, y tu artículo pasará a la web de la revista (otros 2 a 10 días), previa aceptación del copyright de la editorial y todo lo que conlleva, o previo pago a la revista (entre 500 y 5000 euros) para que tu paper pueda ser accesible a todo el mundo (Open Access).
En el caso de las revistas que mantienen edición en papel, tu trabajo aparecerá “in press”, hasta que exista un número de la revista, en la que se incluya tu trabajo y se le den unos números de páginas.
En el caso de las revistas exclusivamente online (ej. PlosOne, Scientific Reports, etc.), este proceso es inmediato y en cuanto se publica online, ya tiene un número y unas páginas.
Este hecho de rapidez de publicación y agilización de los procesos, ha permitido crecer a muchas de estas revistas Open Access, porque el hecho de ser el primero con algunos temas, puede ser vital de cara a futuras citas, proyectos, colaboraciones, etc.
Al final de este proceso habrán pasado semanas o meses, incluso algún año, y al final tendrás tu trabajo publicado. Y a por otro más, porque necesitas tener el mayor número de trabajos posible. Publish or perish.
El agujero negro de los trabajos rechazados
Si tienes mala suerte y tu trabajo es rechazado, vuelves a la carrera de fondo buscando una revista, normalmente de menor calidad, y adaptando tu manuscrito a sus normas. Volver a buscar revisores, volver a pasar el proceso de revisión, etc.
Por lo general, cuando se rechaza un trabajo puede ocurrir dos cosas: o que se envíe tal cual a otra revista, porque los autores no creen necesario introducir nuevos cambios, o que se acabe mejorando en algunas partes atendiendo a los comentarios de los revisores de la revista anterior.
¿Conoces a tus revisores?
Durante el proceso de revisión del artículo lo habitual es que cuando envíes un artículo puedas proponer revisores, pero eso no te asegura que sean esas personas las que te lo van a revisar. Lo habitual es que no sepas quién te revisa tu artículo, pero el revisor sí sabe quién eres tú, y pueden surgir susceptibilidades y rivalidades…cuando se trata de campos muy específicos.
Aunque no es muy ético, sí te puedes encontrar con revisores que en su informe de revisión te pongan por las nubes o te pidan mejorías, pero de paso puedan para aprovechar y te sugieran de una u otra forma que cites sus artículos; porque va a mejorar el trabajo, o en el caso de algún editor, que cites a su revista. Ocurre más de lo que parece.
Esto está comenzando a cambiar y en algunas revistas existe un doble ciego, por el que ni tú conoces a los revisores, ni ellos conocen quienes son los autores, aunque es deducible por las referencias o por el tipo de trabajo.
Y en los últimos tiempos con el boom de las revistas Open Access, se comienza a favorecer el hecho de que se conozcan los revisores al final del proceso, y se publiquen tanto los nombres como los diferentes comentarios realizados durante todo el proceso, tal y como ocurre en algunos papers en Nature, Science o en las revistas de Frontiers.
¿Se cobra por revisar?
Este proceso de revisión es completamente altruísta, aunque cada vez más aparecen iniciativas como Publons, de reconocer de alguna forma el trabajo; con la idea de algo más a largo plazo, o editoriales como MDPI o Frontiers que ofrecen significativas rebajas en la publicación de artículos en Open Access o en servicios de traducción y revisión de inglés.
Otras como Elsevier, suelen ofrecer acceso gratuito durante unas semanas a bases de datos como SCOPUS, pero sigue siendo un trabajo laborioso y poco reconocido. Todo por el bien de la ciencia.
¿Buenas editoriales o buenas revistas? El sistema JCR
No podemos hablar de la existencia de buenas editoriales como ocurre en los libros. En el caso de las revistas científicas, el pastel se lo reparten cinco grandes editoriales (Elsevier, Springer-Nature, Wiley-Blackwell, Taylor & Francis y Sage) u asociaciones científicas, como ocurre en el campo médico; que al final son las que publican la mayoría de artículos.
Dentro de la misma editorial y por la diversidad de campos que intentan abarcar, puede tener excelentes, buenas o revistas del montón.
Las revistas se clasifican en una especie de Champions League, el sistema JCR, que clasifica anualmente las diferentes revistas en diferentes áreas de conocimiento.
Para ello se utiliza el número total de citas que recibe la revista, tanto de la misma revista como de otras; el número de artículos publicados en los últimos dos años, etc. para finalmente obtener un valor y una posición en un listado final y dentro de un área de conocimiento determinada, que cambia cada mes de junio.
Aunque el JCR es el sistema de clasificación de revistas más utilizado por las agencias de evaluación, presenta importantes carencias y es cada vez más criticado, porque se puede llegar a manipular y dar lugar a artificios en la posición final.
Al igual que ocurre con las clasificaciones de las Universidades (Índice de Shangai, Índice de Leiden, etc.), existe cada vez más un mayor número de índices de clasificación de revistas (JCR, CiteScore, SJR, etc.), que aunque utilizan un sistema de clasificación similar al JCR, introducen diferencias y supuestos cambios de mejora.
Fotos | iStock
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 4 Comentarios