Hay quien se dedica a salir al campo los fines de semana en busca de setas, quien coge caña y aparejos para pescar y quienes, como José Carlos Rodríguez, Moisés Núñez y Manuel Cerviño, tres amigos apasionados por la mineralogía, se calzan las botas y patean el campo para maravillarse con las rocas que encuentran a su paso. La suya no es una afición rara ni aislada, pero sí lo son sus resultados. Y es así por lo que han logrado: descubrir un nuevo mineral en Galicia.
Lo que han descubierto es "un fosfato de aluminio monohidrato del grupo de la Kieserita que se cristaliza como monoclínico C2/c". Una muestra de aspecto “microgranular y de un tono casi blanco” que dificulta su identificación. “Pasa desapercibida dentro de los cuerpos pegmátiticos y es fácil confundirla a nivel macroscópico con plaxioclasas u otros minerales de colores claros”, explica la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que se ha encargado de revelar el hallazgo.
A la hora de escoger nombre sus descubridores han tirado de toponimia y han optado por quedarse con el del lugar en el que localizaron la muestra, el Monte Ermelo, en Moaña, una localidad situada en la provincia de Pontevedra, Galicia. Resultado: lo han bautizado “ermeloíta”.
Un hallazgo histórico
Para identificarla como un nuevo mineral, claro está, no ha llegado con la agudeza visual de los tres amigos. Los técnicos de la universidad compostelana examinaron la muestra en sus laboratorios con técnicas calorimétricas, espectrometría y fluorescencia de rayos X, entre otros procedimientos.
Ahora, tras un exhaustivo análisis la ermeloíta ha logrado el reconocimiento de la International Mineralogical Association (IMA) como nueva especie. Su localidad de referencia es el Monte Ermelo. Y su ejemplar tipo, el examinado en la USC. El fragmento no es llamativo solo por sumar un nuevo nombre a la ya extensa familia de la IMA; lo es también por sus características y valor histórico.
La muestra de ermeloíta conservada en Compostela pesa apenas unos miligramos. En Moaña de hecho, precisa El País, solo se ha encontrado un “nódulo dentro de una pegmatita”, sin ninguna otra muestra en los alrededores. Su tamaño es de hecho tan diminuto que la propia USC reconoce en un comunicado que, al menos de momento, es muy difícil estudiar sus usos prácticos.
#Ermeloíta, nuevo mineral aceptado por la International Mineralogical Association (IMA) como nueva especie, siendo su localidad tipo el Monte Ermelo, Pontevedra. Es el cuarto mineral descubierto en Galicia.https://t.co/8Ri8D1STwQ pic.twitter.com/hBs1Rp4DVH
— IGEO (CSIC-UCM) (@IGeociencias) September 6, 2022
“El fragmento es pequeño, por lo que resulta complicado inferir posibles aplicaciones industriales o tecnológicas, si bien no se descarta que a partir de este descubrimiento sea posible identificar esta especie mineral en ambientes similares en otras formaciones geológicas en el mundo”.
La ermeloíta destaca también por su importancia histórica. Al menos en Galicia, donde hay que remontarse más de un siglo para encontrar una noticia similar. “En Galicia se descubrieron, a lo largo de la historia, tres minerales: la morenosita, la cervantita y la bolivarita. Todos fueron hallados en la mitad del siglo XIX”, aporta Óscar Lantes Suárez, de la Unidad de Arqueometría y Caracterización de Materiales de la USC. El nuevo hallazgo de Moaña suma un cuarto nombre a la lista.
“El descubrimiento tiene repercusiones históricas por ser tan pocos los minerales que se descubrieron desde Galicia y reforzar la importancia que tienen las investigaciones sistemáticas realizadas en el campo de la mineralogía, en especial en el contexto geopolítico actual, en el que la necesidad de materias primas estratégicas resulta crítica”, abunda Lantes Suárez.
Si quieres examinar con tus propios ojos cómo es la ermeloíta podrás hacerlo en más o menos un año, durante el verano de 2023, en la exposición de mineralogía que acogerá el Colexio de Fonseca, en Santiago de Compostela. Después de esa “puesta de largo” la muestra se depositará de forma permanente en el Museo de Historia Natural de la USC, que se encargará de su custodia.
Imágenes | Universidade de Santiago de Compostela (USC)
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