Los restos de dinosaurios raras veces contienen más que los huesos fosilizados de éstos. Sin embargo un ejemplar hallado en 1999 en Estados Unidos está abriendo nuevas vías para comprender qué había más allá del hueso de estos animales.
El fósil pertenece al género conocido como Edmontosaurus, que abarca dos especies de dinosaurios que vivieron a finales del periodo cretácico. Se trata de un fósil incompleto, no se hallaron su cráneo y algunos fragmentos más; pero que cuenta con elementos poco habituales en su clase: tejidos blandos del dinosaurio.
La historia de Dakota, el nombre con el que se conoce a este fósil comenzó en 1999, cuando un estudiante de paleontología, Tyler Lyson, se topó con él cerca de Marmarth, en el estado de Dakota del Norte. Durante años el fósil permaneció en el olvido hasta su excavación media década después. En 2008, entre bombo y platillo, y no sin cierta polémica, el fósil fue dado a conocer al mundo.
Hallazgos como el de Dakota son raros puesto que la piel y el músculo suelen descomponerse rápidamente y sin dar pie al comienzo del proceso de fosilización. A los raros casos en los que los paleontólogos se topan con estos fósiles los denominan “momias”. Ahora gracias a los restos de Dakota, un equipo de investigadores estadounidenses ha logrado desentrañar cómo es este proceso de momificación. Los resultados de la investigación han sido publicados en un artículo en la revista PLOS ONE.
“Las marcas de mordedura fueron realmente inesperadas. Se pensaba que los tejidos blandos no se conservaban si estaban dañados antes de ser enterrados, así que el daño causado por los carnívoros fue lo que nos hizo pensar en cómo se formaron estos fósiles” explicaba Stephanie Drumheller, quien encabeza la publicación, en declaraciones recogidas por la cadena CNN.
Se trata de un hallazgo raro, tal y como contextualizaba otro de los coautores del estudio, Clint Boyd, al mismo medio “he encontrado miles de fósiles en mi carrera, pero solo uno de ellos conservaba impresiones de la piel (una huella de la piel, no la propia piel conservada) y nunca he encontrado uno yo mismo que tuviera la piel conservada”.
Ahora, gracias al trabajo de Drumheller, Boyd y sus compañeras de investigación, entendemos mejor el proceso a través del cual la piel de los dinosaurios podía llegar a conservarse, incluso dañados. Según el estudio, fue la perforación de la piel causada por las heridas la que abrió paso a la momificación del dinosaurio.
Una vez muerto el animal, los gases y líquidos emanados al descomponerse los tejidos internos pudieron escapar por la mordedura, lo cual llevó a un proceso de momificación natural del dinosaurio. Así fue posible que el cuerpo del dinosaurio aguantara hasta el momento de acabar enterrado.
La infeliz circunstancia del animal ha acabado resultando en una oportunidad excepcional para los investigadores. Los descubrimientos logrados gracias a este fósil no se limitan al proceso de momificación, sino que también ha permitido a los paleontólogos saber más sobre el patrón de las escamas a lo largo del cuerpo del Edmontosaurus, además de información valiosa sobre su masa muscular. También es gracias a Dakota que sabemos que las extremidades delanteras de este animal acababan en una suerte de pezuña que recubría sus dígitos.
Otra curiosa característica del fósil es su color de tintes metálicos y azulado. Lo cierto es que sabemos poco sobre el color que tenían los dinosaurios. Sabemos que algunos contaban con plumas de colores variados, pero nada sobre sus escamas. Los investigadores sospechan que la coloración del fósil no es heredera del aspecto del Edmontosaurus, sino que fue causada por el contenido en hierro de las rocas circundantes durante el proceso de fosilización.
El del color no es el único misterio que aún queda por resolver. Las heridas de Dakota son otro de ellos. No se sabe exactamente a qué especie pertenecía el animal que se las causó, aunque parecen haber sido causadas por alguna especie de cocodrilo cretácico. Tampoco se sabe qué heridas pudieron ser hechas durante la vida del dinosaurio y cuales habrían sido hechas por animales carroñeros tras su muerte.
Los dinosaurios son animales fascinantes. Por su distancia en el tiempo, estudiarlos es una tarea compleja y a menudo hemos tenido que recurrir a la imaginación para tratar de elucubrar cómo eran. Sin embargo la naturaleza aún oculta nuevos indicios que nos permiten rellenar estos huecos no con la imaginación, sino con el análisis. Quizá nuevas “momias” puedan darnos nuevas pistas sobre estas criaturas tan presentes en el imaginario popular.
Imagen | Reconstrucción de Edmontosaurus / Fósil de Dakota. Recostrucción por Natee Puttapipat CC-BY 4.0
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