La sensación de calor no tiene sólo que ver con la temperatura, y eso lo saben bien quienes han visitado regiones húmedas en verano. La humedad aumenta la sensación térmica del ambiente, tanto del calor como del frío, volviéndolo sofocante y pegajoso en épocas estivales e insoportablemente penetrante en invierno. Por eso un grupo de investigadores chinos y estadounidenses han decidido incorporar esa variable para medir el calentamiento global, ya que consideran que ayudará a conseguir información más precisa sobre el cambio climático.
Nueva métrica. El estudio señala que la métrica más común para medir el cambio climático es la temperatura del aire en superficie, pero que ésta, por sí sola, no sirve para calibrar completamente la naturaleza del calentamiento global y su impacto en el clima. Así, consideran que incluir en la ecuación a la humedad ayuda a estimar mejor no sólo la variación térmica, sino también su impacto en los distintos climas y en los extremos meteorológicos, como las olas de calor de alta intensidad.
Los resultados del estudio. Los investigadores señalan que, al aplicar esta nueva métrica en la que combinan temperatura y humedad, encontraron que a medida que aumentan las temperaturas, la humedad y la energía latente de la atmósfera lo hacen aún más rápido. Y que ese incremento está fuertemente correlacionado con fenómenos extremos como las olas de calor de gran intensidad o lluvias torrenciales.
Así, al aplicar esta nueva métrica, concluyeron que la Tierra podría calentarse hasta 12 grados centígrados para 2100, por los cuatro grados que se han calculado sólo al medir la temperatura de la superficie terrestre. Además, ese incremento de la humedad atmosférica provocará que haya entre un 40% y un 60% más de precipitaciones extremas para la citada fecha, y un 40% más de energía latente en la atmósfera, lo que aumentará las probabilidades de que se formen tormentas tropicales.
Más olas de calor extremo. Estos datos les llevan a concluir que las olas de calor extremo se podrían volver en el futuro de 14 a 30 veces más frecuentes, algo que ya se está empezando a experimentar, según señalan, en algunas zonas de la India, el Golfo Pérsico, América del Norte y Europa, lo que haría que estas regiones se volviesen hostiles para la vida humana.
Por regiones, han calculado que las posibilidades de que la temperatura supere los 35 grados será 30 veces superior en el norte de China para 2100, 23 veces en Europa, 22 en América del Norte y 14 en el sur de China y la India.
Estudios regionales. A pesar del avance que esta métrica supone para el estudio del cambio climático, los investigadores señalan que no se puede aplicar con carácter global, porque las condiciones de humedad y energía atmosférica varían de una región a otra. Por ello, sugieren que se use como complemento a la que miden la temperatura de la superficie de la Tierra, ya que esta última aporta una visión global mientras que la suya servirá para ofrecer mayores detalles por zonas.
Imagen | Photoholgic
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