En las últimas décadas hemos visto como la reducción de tamaño en la tecnología se ha convertido en algo habitual, dispositivos que hace años eran enormes y pesados, hoy en día son una mínima parte de lo que eran, e incluso algunos han desaparecido para integrarse a otro que hace esa tarea y muchas más.
Hoy tenemos una nueva prueba de esta miniaturización gracias a un desarrollo de la Universidad de Stuttgart en Alemania, donde han creado una microcámara que cabe dentro de una jeringa, pero que además ha sido impresa en 3D.
Además ha sido impresa en 3D
Algunos componentes así como la carcasa han sido fabricados en una impresora 3D, se le han colocado tres lentes que están instalados en una fibra óptica que tiene 100 micras de ancho, que al colocarle la carcasa protectora aumenta su tamaño a 120 micras, es decir, un poco más que el espesor de dos cabellos humanos.
Esto permite que pueda ser inyectada en el cuerpo para exámenes endoscópicos, ya que tiene la capacidad de enfocar objetos a una distancia de 3 milímetros, algo ideal para estudiar órganos humanos e incluso partes del cerebro.
Los científicos responsables del proyecto crearon esta cámara con la finalidad de explorar el interior del cuerpo humano sin necesidad de usar otros métodos más invasivos, pero su potencial va más allá ya que puede servir como dispositivo de vigilancia, instalarse en drones, coches autónomos y hasta robots, ya que sus pequeño tamaño le permitirá ayudar en una gran cantidad de tareas.
Esto es apenas un proyecto en una etapa muy temprana de desarrollo, por lo que tendremos que esperar varios años antes de verlo en aplicaciones médicas o comerciales, además de que aún hay factores que se necesitan afinar como el tema de la autonomía y la transmisión de datos, sin embargo puede ser el principio de algo grande.
Vía | Phys.org En Xataka | De la ficción a la realidad: chips NFC implantados en la piel para ayudar en tareas diarias
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