Esta USS Voyager microscópica utiliza reacciones químicas para moverse por el agua pese a no tener motores

Esta USS Voyager microscópica utiliza reacciones químicas para moverse por el agua pese a no tener motores
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Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

La USS Voyager de Star Trek medía 343 metros y pesaba 700.000 toneladas, pero esta réplica mide poco más de 10 micrómetros. Físicos de la Universidad de Leiden han llevado la impresión 3D al límite y nos enseñan esta réplica de una de las naves más famosas de la ciencia ficción. Pero no es el tamaño lo único que llama la atención de esta creación. La USS Voyager microscópica también es capaz de moverse por líquidos gracias al impulso de reacciones químicas producidas en el interior de la nave.

La nave forma parte de una investigación de Rachel Doherty, Daniela Kraft y varios físicos de la Universidad de Leiden, publicado bajo el título de 'Micro nadadores coloidales impresos en 3D con propulsión catalítica'.

Explorando los límites de la impresión 3D

El trabajo consiste en elaborar pequeños objetos que puedan moverse por el agua y se puedan seguir con un microscopio, para estudiar cómo se mueven objetos de este tamaño por los líquidos. Sea una USS Voyager, un barco o las bacterias.

Esta USS Voyager no viene impulsada por los motores Warp sino que recibe su movimiento de reacciones químicas entre su recubrimiento de platino y una solución de peróxido de hidrógeno. Habitualmente se utilizan esferas para estas pruebas, pero los investigadores han logrado producir formas distintas gracias a la impresión 3D y así poder comprobar cómo reaccionaban en cada caso.

Microscopico

En las imágenes de los distintos objetos impresos puede apreciarse el tamaño de referencia. En el caso de la USS Voyager tenemos un tamaño de entre dos y tres veces la marca de 5 micrómetros. Por hacer una comparación, hablamos de menos de un tercio del grosor de un cabello.

La impresión 3D llevada al límite nos deja estas imágenes tan llamativas. No es difícil imaginar una de estas naves surcando por nuestro cuerpo. Quién sabe si gracias a este tipo de estudios estamos un poco más cerca de poder verlo algún día.

Vía | The Verge

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