El '0 Kelvin' o 'cero absoluto' es la temperatura en la que el movimiento de partículas es algo teóricamente imposible ya que las moléculas y átomos tienen la mínima energía térmica posible. El 0 Kelvin equivale a −273,15 °C y se usa principalmente para trabajos de física y química, ya que en ningún sistema macroscópico puede haber una temperatura inferior.
Debido a estas condiciones extremas es prácticamente imposible que un chip electrónico pueda funcionar. Bueno, eso se creía hasta hace poco, ya que un grupo de investigadores ha desarrollado un chip de nanoelectrónica capaz de seguir funcionado a 2,8 milikelvin, convirtiéndose en todo un hito en la historia.
La física al límite
Físicos de la Universidad de Basilea, que han contado con la ayuda del Instituto Suizo de Nanociencia y colegas alemanes y finlandeses, han logrado refrigerar por primera vez un chip a una temperatura cercana al cero absoluto, siendo la primera vez que se logra algo de este tipo.
Hoy día, son varios los físicos que están trabajando en tratar de operar componentes electrónicos bajo temperaturas extremas, ya que esto permitirá examinar fenómenos físicos completamente nuevos, así como hacer pruebas de operaciones cuánticas.
En el caso de este nuevo experimento se uso refrigeración magnética para enfriar las conexiones eléctricas, lo cual consiste en un sistema que puede enfriarse cuando se reduce el campo magnético aplicado mientras se evita cualquier flujo de calor externo. En total se usaron dos sistemas de refrigeración magnética, el primero enfrió las conexiones a una temperatura de 150 microkelvin, es decir, temperatura que está a menos de una milésima de grado del cero absoluto.
El segundo sistema de enfriamiento estuvo conectado directamente al chip y a un termómetro de bloqueo Couloumb, con el que fue posible conocer la temperatura alcanzada, la cual fue de 2,8 milikevin, un nuevo récord. Lo más importante de esto, es que el método fue todo un éxito, tanto así que permitió que el chip estuviera operativo durante siete horas, lo que sirvió para ejecutar varias pruebas que ayudarán a comprender las propiedades de la física cerca del cero absoluto.
Ahora, el siguiente paso será usar el mismo método para tratar de alcanzar el supuesto límite de 1 milikelvin, que en teoría se trata de la temperatura mínima a la que puede operar un componente electrónico.
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