La cultura de El Argar es una de las primeras civilizaciones europeas. También una de las más misteriosas. Ahora poco a poco los arqueólogos van desentrañando estos secretos, y la última investigación lo ha logrado a través de un elemento clave para quienes indagan en el pasado: las tumbas.
Geografía sepulcral. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada y el University College London ha realizado uno de los análisis más completos de la distribución de las tumbas en el yacimiento de El Argar, situado en el oeste de la provincia de Almería.
Los investigadores han logrado ubicar y analizar un total de 628 tumbas en este asentamiento almeriense de la edad de bronce.
La tumba en casa. La distribución de las tumbas en El Argar tiene una significatividad particular en el hecho de que esta cultura enterraba a sus muertos en casa. Esto implica que la distribución de las fosas está vinculada con la distribución de las casas de este asentamiento. Con ello podemos hacernos una idea de cómo se distribuían edificios y calles en este asentamiento prehistórico.
Distintas clases, distintas sepulturas. Además de poder esbozar la trama urbana del asentamiento, los investigadores han podido estudiar las clases sociales existentes en la cultura argárica. Según el estudio, existía una correlación entre ubicación de las tumbas (y por tanto hogares) y la riqueza de los ajuares que en ellas se encontraron.
“Parece que existe una zona en el yacimiento en la que vivirían y se enterrarían preferentemente las personas con mayor capacidad de acumulación de riqueza, aunque no de forma exclusiva”, explicaba en una nota de prensa Mercedes Murillo Barroso, coautora del estudio.
El análisis se realizó en parte gracias a décadas de trabajos en este yacimiento. Los investigadores recurrieron a escritos originales de generaciones anteriores de arqueólogos y con la ayuda de Sistemas de Información Geográfica pudieron reconstruir algunos de los aspectos clave de lo que habría sido el entramado urbano del asentamiento. Los detalles de su estudio han sido publicados en un artículo en la revista Trabajos de Prehistoria.
Testigos de la historia. El hecho de que las tumbas de El Argar nos estén revelando importantes aspectos de esta sociedad prehistórica no es para nada extraño. Los sepulcros son importantes fuentes de información arqueológica.
Muchas sociedades humanas a lo largo de la historia han vivido en asentamientos que, o bien aprovechaban elementos naturales como cuevas, bien construían a partir de materia orgánica (como madera o paja). Muchas culturas enterraban a sus muertos con ajuares funerarios que, al encontrarse bajo tierra podían resistir mejor al paso del tiempo sin perderse o deteriorarse en exceso.
Estos ajuares además podían incluir una gran variedad de objetos, desde monedas a bienes cotidianos, pasando por herramientas o armas que podían darnos pistas sobre quién era la persona enterrada en el lugar, su posición social o su trabajo.
Imagen | Universidad de Granada / José-Manuel Benito Álvarez
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