Pocas veces en la vida se da un acontecimiento como el que ha tenido lugar frente a la costa de Israel. Allí, bajo las profundidades del Mediterráneo, se ha encontrado uno de esos tesoros que nos pueden abrir de par en par una puerta insólita al pasado de hace más de 3.000 años. La Autoridad de Antiguedades de Israel acaba de confirmar que se trata de una embarcación de la Edad de Bronce Tardío.
Un barco cargado de tesoros. Tal y como han indicado, se trata de una nave cananea encontrada a 1,8 kilómetros de profundidad de hace 3300-3400 años, es decir, de los siglos XIV-XIII a.C. Si el descubrimiento de la nave ya es de por sí un hito, al parecer viene con sorpresas, ya que está cargado de cientos de recipientes intactos.
Los análisis indican que el cargamento del barco consistía en cientos de ánforas, cántaros de doble asa que almacenaban mercancías en el mar como vino o aceite de oliva. Con más de tres milenios de antigüedad, los restos datan de una época en la que el comercio marítimo comenzó a florecer durante la Edad del Bronce.
Un naufragio doblemente histórico. Desde Israel se ha revelado que el descubrimiento, el cual tuvo lugar en algún momento del final de 2023, es doblemente importante. En primer lugar, estamos ante el primer barco a semejante profundidad en el Mediterráneo Oriental. Consecuentemente, también se trata del naufragio descubierto más antiguo de este tipo.
Hasta ahora, todos los naufragios que datan de la Edad del Bronce, que comenzó hace poco más de 5.000 años, se habían descubierto en aguas poco profundas cerca de la costa. De ahí que, si no contamos la profundidad, el barco hundido más antiguo conocido del mundo se encuentra frente a la costa de la isla griega de Dokos, el cual se cree que llegó a su fin hace unos 4.200 años.
Según ha explicado Jacob Sharvit, director de la Marina de la Autoridad de Antiguedades de Israel, “el hallazgo cambiará la historia mundial: revela las habilidades de navegación de los antiguos marinos, capaces de cruzar el Mediterráneo sin ninguna línea de visión hacia la costa”.
Teorías. Es muy complicado para los investigadores confirmar el motivo del hundimiento. Sharvit sugiere que “el barco parece haberse hundido en una crisis, ya sea debido a una tormenta o a un intento de ataque pirata, un hecho bien conocido en la Edad del Bronce Final”. Sea como fuere, el lugar de descanso de la nave en el fondo de las aguas profundas parece que lo ha protegido de las olas, las corrientes o incluso de los cazadores de tesoros, manteniendo intacto el “botín”.
Un encuentro fortuito. Al parecer, el barco y su carga fueron avistados durante un estudio de rutina del fondo marino realizado por una importante empresa de exploración y producción de gas natural. Un robot sumergible dio con la primera pista, identificando lo que parecía una pila de jarras en el fondo del mar.
Tras mapear el sitio, la firma confirmó que el barco tenía entre 12 y 14 metros de largo y estaba cargado con cientos de ánforas cananeas. A este respecto, Sharvit ha comentado que la presencia de un botín tan considerable indica "importantes vínculos comerciales" entre el país de origen del barco y el antiguo Levante. “El tipo de barco identificado en la carga fue diseñado como el medio más eficiente para transportar productos relativamente baratos y producidos en masa, como aceite, vino y otros productos agrícolas como frutas", explicó el investigador naval.
Lo que nos revela del comercio. El naufragio también cambia nuestra concepción de las habilidades de los antiguos marineros. Hasta ahora, la suposición académica era que el comercio en esa época se ejecutaba siguiendo rutas de forma segura de un puerto a otro, "abrazando" la costa en contacto visual.
Sin embargo, según Israel, el descubrimiento “es el primero que se encuentra a una distancia tan grande, sin línea de visión hacia ninguna masa terrestre. Para navegar probablemente utilizaron los cuerpos celestes, tomando avistamientos y ángulos del Sol y las posiciones de las estrellas”.
Dicho de otra forma, el descubrimiento desafía todas las suposiciones anteriores sobre el comercio en la Edad de Bronce, donde antes se creía que se realizaba con la costa siempre a la vista. El barco descubierto a 90 kilómetros de la tierra más cercana demuestra la destreza que ya tenían los marineros hace más de 3.000 años.
Imagen | Autoridad de Antigüedades de Israel
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