El catálogo de fenómenos meteorológicos suma un nuevo actor. Durante la Reunión de Otoño del Advancing Earth and Space Science (AGU), Brian Mapes, de la Universidad de Miami, presentó un tipo de tormenta que sus colegas no habían identificado hasta la fecha y que ha bautizado como “lago atmosférico”. Se asemeja a los ríos atmosféricos (RA), bandas estrechas de humedad que transportan vapor de agua —bien conocidos por los meteorólogos—; pero son más pequeños, su movimiento resulta también más lento y acaban separándose del sistema que los genera.
A diferencia de la mayoría de tormentas, formadas por un vórtice, el nuevo fenómeno registrado por Mapes se caracteriza por la concentración de vapor de agua, lo que genera la lluvia. De hecho, empieza como corrientes de vapor que fluyen desde el lado occidental del monzón del sur de Asia y flotan por las regiones oceánicas y costeras en la línea ecuatorial sin apenas viento. El propio AGU se refiere a ellas como “charcos compactos de humedad” originados en el Indo-Pacífico. Al igual que las corrientes de aire húmedo y lluvioso de los RA —precisa la sociedad científica—, los lagos atmosféricos se originan como filamentos de vapor de agua en el Índico Occidental.
Ocurren varias veces al año
“Estos cuerpos de vapor a veces se desplazan hacia el oeste de África, trayendo lluvia a esa zona semiárida. En contraste con los ríos atmosféricos de vapor que contienen lluvia, que son contiguos desde la fuente hasta la costa, llamamos a estos cuerpos de agua desconectados y a la deriva ‘lagos atmosféricos’”, detallan los responsables del estudio en su presentación ante el AGU.
Por las conclusiones que ha alcanzado Mapes, a lo largo de un mismo año pueden registrarse varios episodios de lagos atmosféricos, que se prolongan a su vez durante días. Si se licuara todo el vapor de agua que contienen se podría formar un charco de un par de centímetros de espesor y alrededor de mil kilómetros de ancho, un aporte de agua especialmente interesante para las tierras bajas secas de los países del este de África. “Es un lugar que está seco en promedio, así que cuando ocurren estos lagos atmosféricos, seguramente son muy importantes”, reconoce.
Para su investigación, el profesor de la Universidad de Miami analizó los datos satelitales recabados durante cinco años. Gracias a ellos detectó 17 lagos atmosféricos que duraron más de seis jornadas y se situaban dentro de los diez grados del ecuador. El AGU precisa en cualquier caso que también pueden encontrarse lagos más distantes del ecuador y que, en ocasiones, acaban convertidos en ciclones tropicales. Ahora Mapes ahonda en sus estudios para entender mejor cómo se comportan y en qué medida podrían verse afectados por el cambio climático.
Los investigadores explican que aunque la climatología de las tierras semiáridas de la costa este de África está bien estudiada a escala mensual —con las dos estaciones húmedas que presentan—, el nuevo tipo de tormenta que acaban de identificar, caracterizada por el vapor, “puede haberse pasado por alto”. “La meteorología tradicional tiende a centrarse más en las características de los campos de viento y perturbaciones como entidades meteorológicas longevas”, reflexiona Mapes.
Imagen de portada | javier ruiz77 (Flickr)
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