"¿Por qué necesitamos un número para nada?". Esa es la reacción que, según el profesor de Oxford Marcus du Sautoy, tuvieron los europeos al encontrarse por primera vez con el cero. Y la verdad es que la reacción tiene todo el sentido del mundo: hoy nos parece un concepto de sentido común, pero es algo muy abstracto y cualquiera diría que hasta un poco inútil.
Al fin y al cabo, los griegos, los grandes genios matemáticos de la historia de la humanidad, desarrollaron un sin fin de teorías y descubrieron cientos de teoremas sin tener que recurrir a ese famoso cero. "La utilidad de este número será muy cercana a su valor", sostenían muchos matemáticos europeos.
Y, sin embargo, el cero ha sido uno de los mayores avances de la historia.
Persiguiendo a la nada a través de la historia
Por eso es uno de los conceptos más estudiados por los historiadores de las matemáticas. Hasta ahora se pensaba que el registro más antiguo del cero estaba en un texto llamado Brahma-sphuta-siddhanta. Escrito en el 628, se trata de la obra cumbre del matemático y astrónomo indio Brahmagupta.
Nada de lo que se ha descubierto hoy cambia eso (o, al menos, no del todo). La de Brahmagupta es la primera vez que un texto incluye una buena comprensión del número. Pero un equipo de la Universidad de Oxford ha encontrado una referencia aún más antigua.
Y, como ha revelado hoy The Guardian, lo han hecho en un documento llamado 'Bakhshali' que contiene cientos de ceros unos 500 años antes de la elaboración del Brahma-sphuta-siddhanta.
El manuscrito en cuestión (encontrado en 1881 cerca de Peshawar y adquirido por la Biblioteca Bodleiana de Oxford en 1992) es una enorme colección de 70 piezas de corteza de abedul escritas en sánscrito.
Un cuadernillo de ejercicios de aritmética
Curiosamente, su traducción sugiere que estamos ante una suerte de libro de texto para comerciantes en plena Ruta de la Seda. No en vano el manuscrito está lleno problemas y ejercicios prácticos.
Entre todos esos problemas el cero aparece, sobre todo, como un marcador de posición. En "10" indica que no hay unidades, mientras que en "101" indica que no hay decenas. También hay al menos un problema en que la respuesta final es esa, cero patatero.
Lo interesante es que, aunque por su enfoque, el cero no aparece haciendo de las suyas, el símbolo es el mismo que luego evolucionó hasta nuestro cero. Algo que lo diferencia de la doble cuña babilónica o de las conchas mayas y que nos señala que ahí estaba surgiendo (o ya había surgido) la idea de cero con todo su potencial.
Las otras matemáticas
La nada es un concepto elusivo. Los romanos levantaron un imperio con una efervescencia comercial increíble y desarrollaron complejísimas obras de ingeniería sin recurrir a ella. Y sin embargo, el salto del cero desde la notación posicional a convertirse en un número por derecho propio fue algo realmente revolucionario.
Por eso, los estudios sobre sus raíces no solo son una reivindicación de "las otras matemáticas" (babilónicas, mesoamericanas o, sobre todo, indias), sino que nos obligan a reflexionar sobre el impacto de las tradiciones culturales en el desarrollo de ideas científicas. Algo que, insospechadamente, está a la orden del día.
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