Hay personas que, de forma recurrente, vuelven a tu vida. En mi caso, una de esas personas es Essie Dunbar. La primera vez que leí sobre ella, hace ya muchos años, su historia me estuvo persiguiendo durante días, ¿cuántas personas habrían sido dadas por muertas sin estarlo? ¿Cuántas personas habrían sido enterradas vidas? ¿Cuántas habrían muerto de hambre y desesperación arañando el ataúd?
Hoy me he vuelto a encontrar con ella, pero ahora sé algo más. Esta es la historia de la mujer que vivió la mayor parte de su vida después de ser declarada muerta.
Muerte y resurrección de la señorita Dunbar
Por lo que sabemos, la referencia de todas las historias modernas sobre Essie Dunbar la publicó Jan Bondeson en su libro 'Buried Alive: The Terrifying History of Our Most Primal Fear'. Bonsenson nos contaba que, hacia el verano de 1915, el médico de Blackville (Carolina del Sur), un tal DK Briggs de Blackville,visitó a una mujer afroamericana de unos treinta años. Según parecía había sufrido un fortísimo ataque de epilepsia, era Dunbar.
Briggs la examinó y la declaró muerta. Como una de las pocas familiares de Dunbar, su hermana, vivía en una ciudad cercana, el funeral se retrasó un poco. Un poco, pero no lo suficiente. Pese a que la ceremonia fue larga, cuando la hermana llegó a Blackville, Essie ya estaba enterrada a casi dos metros de profundidad.
Fue polémico, pero ante sus súplicas, las autoridades aceptaron desenterrar el cuerpo de la fallecida para que pudiera despedirse por última vez. Sacaron de nuevo la tierra, quitaron los clavos del ataúd y lo que se encontraron dentro fue a una mujer vivísima y sonriendo.
Según explicaba Bondenson, en aquel momento los asistentes tomaron a Dunbar por un fantasma y corrieron despavoridos por el cementerio. Hermana incluida. De hecho, el sambenito de 'zombie' no se le quitó en ninguno de los 47 años que sobrevivió a su primer funeral.
¿Ocurrió en realidad?
Cuando uno descubre que no hay relatos contemporáneos de la historia de Essie Dunbar, la primera reacción es sospechar. Como explican en Snopes, la principal fuente de la historia data de décadas después. Concretamente, del obituario del doctor DK Briggs.
Efectivamente, el Augusta Chronicle publicó el 25 de agosto de 1955 una pequeña nota que empieza con una frase genial "Essie Dunbar [...] ha sobrevivido al médico que la declaró muerta hace 40 años". Esa pequeña historia se fue repitiendo en periódicos de todo Estados Unidos durante las siguientes décadas hasta que se publicó en la revista británica 'Fortean Times' de donde la recogió (y embelleció) Bondenson en su libro.
Por eso, aunque no tenemos pruebas directas sobre el funeral falso y verificar hechos un siglo después de que ocurrieran es difícil, la mayoría de eruditos sobre el tema y de los aficionados a las muertes truculentas dan por buena la anécdota. Al menos, en alguna de sus versiones.
En mi caso, mi parte etnográfica dice un rotundo sí a las historias populares que sobre Dunbar aún hoy se cuentan en Blackville; mi parte escéptica dice que las historias, historias son. No obstante, y más allá de los detalles sobre su veracidad, el éxito del "mito" de Essie Dunbar es un recordatorio de, como dice Bondenson, nuestros "miedos más primarios". Otro día, volveremos sobre ellos.
Imagen | Wendy Scofield, Find a grave
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