En España podemos encontrar uno de los centros dedicados a los dinosaurios más apasionante de Europa
En la zona de la rasa costera de San Telmo (Asturias) se da un hecho de carácter histórico: allí, hace mucho tiempo, habitaron algunas de las criaturas más fascinantes del planeta. De hecho, se han encontrado vestigios de dinosaurios que poblaron la región hace 150 millones de años. Es tal su importancia, que en el enclave se levantó el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), el único, que sepamos, que se ha aventurado con la reconstrucción de dos Tiranosaurios en un encuentro sexual.
Sexo entre dinosaurios. El MUJA no necesita reclamos para que acuda la gente en masa, pero es indudable que los tiranosaurios apareándose son una de las grandes atracciones. Para lograr la reconstrucción, los investigadores hicieron maquetas a escala con las que establecer las bases de la escena. Luego, los dos esqueletos de tiranosaurio se modificaron y adecuaron para expresar dimorfismo sexual. El resultado final, aunque no deja de plantear “problemas teóricos”, fue todo un éxito.
Un apareamiento por exigencias del guion. Lo curioso de la historia de esta reconstrucción es que, en realidad, fue una exigencia, no una iniciativa naif para atraer a las masas. Al parecer, la arquitectura del MUJA representa una huella tridáctila de dinosaurio, dedos de los que el tercero está dedicado al Cretácico y a la paleobiología de las criaturas.
En los primeros bocetos el área central del dedo lo ocupaba el diorama de una escena de caza, pero la idea no convenció y pensaron en algo más potente. Siendo la primera parte del área del Cretácico un evento dedicado al dimorfismo sexual y a la biología reproductiva en los dinosaurios, ¿qué mejor idea que representar el apareamiento de dos T-Rex?
Resto de las “obras”. El museo, por supuesto, cuenta con mucho más. A través de las tres grandes áreas del Mesozoico (Triásico, Jurásico y Creatásico) los visitantes pasan por toda la historia de estas criaturas, siendo la zona más destacada aquella que compone los fósiles provenientes de la costa asturiana divididos en icnitas, restos de vertebrados, fósiles vegetales, fragmentos de troncos y elementos de invertebrados.
Tiranosaurios copulando en la vida real. En clave paleontológica, uno de los grandes retos tiene que ver con descifrar el comportamiento de criaturas que, como en el caso de los dinos, habitaron cuando nosotros no existíamos. Además, con los dinosaurios se junta su dimorfismo sexual, es decir, machos y hembras tienen diferencias aparentes. De la treintena de restos de Tiranosaurios encontrados, la forma en la que se acopla la columna vertebral ha sido clave para sugerir las diferencias de ambos sexos (ocurre lo mismo con, por ejemplo, los cocodrilos).
En 1994, un estudio teorizó sobre la cópula. El trabajo contaba que los machos T-rex. tenían pene, y que con el miembro penetraban a la pareja de forma muy parecida a como lo hacen los avestruces. El mismo trabajo sugería que la especie de Tiranosaurios es monógama y mantenía grupos familiares. En cuanto a la postura, se teorizaba que también sería similar a la de los avestruces, es decir, con el cuerpo del macho “montado” sobre la hembra penetrando desde atrás.
En ese caso, estaría alineado a la reconstrucción del MUJA. Dicho esto, hoy seguimos sin saber con exactitud cómo practicaban sexo.
Imagen | Mario modesto, Alonso de Mendoza, Alonso de Mendoza, Noemy García García
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