La realidad supera la ficción. Sí, es cierto, es una frase muy manida, pero refleja fielmente cómo es el mundo en el que vivimos. Los aficionados a las películas de espías y al cine de ciencia ficción hemos sido testigos en incontables ocasiones de la capacidad que tienen las grandes potencias a la hora de espiarnos desde las alturas. Utilizando satélites. Y es algo verosímil.
En realidad, esta tecnología no es reciente. Existe desde hace mucho tiempo y es bastante conocida, pero lo que no es de dominio público es que la combinación de las cámaras colocadas en determinados satélites con el Big Data posiciona a algunos países, los que tienen la capacidad de colocar en órbita satélites, en una posición muy ventajosa. Y es que con estos recursos pueden obtener en tiempo real información muy útil para tomar decisiones estratégicas imposibles de adoptar sin ese conocimiento.
Más allá del espionaje: la economía
Esta tecnología tiene un sinfín de aplicaciones, más allá del espionaje entre grandes potencias. James Crawford, un científico de la NASA, asegura que las imágenes de la superficie de la Tierra que obtienen los satélites, una vez filtradas por el software de análisis de grandes volúmenes de datos, que es capaz de identificar unos patrones determinados, pueden ofrecernos una información muy valiosa acerca del desarrollo económico de una región cualquiera del planeta.
Obviamente, esta innovación puede utilizarse con finalidades muy diferentes. Analizando las sombras que proyectan los depósitos de crudo a una hora del día determinada es posible calcular su volumen con mucha precisión, lo que puede permitir a un país o empresa conocer las reservas de un competidor. Pero también puede utilizarse esta tecnología para evaluar el grado de desarrollo económico de una región midiendo, por ejemplo, el número de viviendas que tienen un techo de chapa. Una ciudad repleta de edificaciones de este tipo será más pobre que otra con casas de ladrillo y techos protegidos con tejas.
Hasta hace poco lanzar un satélite equipado con al menos una cámara era algo al alcance solo de un puñado de países y empresas, pero hoy en día los costes son infinitamente más bajos gracias al desarrollo tecnológico. De hecho, startups como Planet Labs o BlackSky Global han lanzado, o están a punto de hacerlo, decenas de satélites diseñados para escudriñar constantemente la superficie de la Tierra y fotografiarla. Luego el software de Big Data analizará esas imágenes, y... ¡voilà! Ahí estará la información, preparada para ser digerida. Para qué se use es otro tema.
Imágenes | Planet Labs
Vía | Bloomberg
En Xataka | ¿Puede un satélite español retransmitir en directo las misiones de la NASA?
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