No, señor Nobel, no quiero su premio: la historia de los científicos que rechazaron el premio más prestigioso del mundo

Esta semana se están anunciando todos los premios Nobel de este año. Hay apuestas, quinielas y muchos nervios entre los posibles ganadores. Porque, seamos sinceros, todo el mundo quiere tener su premio Nobel en la repisa de la chimenea.

O no. Pese a su apariencia nórdica y respetable, desde 1901, cuando se concedieron por primera vez, los premios Nobel han sido algo envuelto en polémicas, controversias e intereses que poco tenían que ver con la ciencia, la paz o la literatura. Y sí, hubo quien rechazó el premio más prestigioso del mundo. Estos fueron sus motivos.

Alemania no quiere premios

Es curioso que los tres únicos científicos que han rechazado el premio Nobel en toda la historia fueran alemanes. El primero fue Richard Kuhn que ganó el premio Nobel de Química en 1938 por sus investigaciones sobre las vitaminas. Fue el primero en sintetizar la vitamina A y formó parte de los equipos que consiguieron aislar y sintetizar la vitamina B12.

Aunque se suele decir que el régimen Nazi le impidió recoger el premio en su momento, lo cierto es que no está nada claro. Los historiadores ha demostrado que Kuhn colaboró muy activamente con los Nazis y que llegó a (denunció) denunciar a tres de sus colegas por ser judíos en 1936.

Cuando la política entra por la puerta, la ciencia sale por la ventana

De hecho, en 2005, la Sociedad Alemana de Química dejó de conceder la Medalla Richard Kuhn por la colaboración administrativa, organizativa y científica de Kuhn con el régimen nazi. Así que, por lo que sabemos, puede ser que renunciase voluntariamente. De lo que estamos más seguros es de que se arrepintió y pasó a recogerlo en 1948.

Un año después del premio de Kuhn, el comité del Nobel le concedió el premio también a dos alemanes: el de química a Adolph Butenandt por su trabajo con las hormonas sexuales y el de medicina a Gerhard Domagk, por el descubrimiento del prontosil, el primer fármaco de síntesis con acción bacteriana amplia. Ambos fueron obligados a rechazarlo, pero más tarde lo aceptaron. Domagk lo aceptó en 1944 y Butenandt, en 1949.

No sólo los científicos rechazaron el premio

Algo parecido le pasó a Pasternak que recibió el Nobel de literatura de 1958 por sus "contribuciones en la poesía lírica contemporánea y en el campo de la tradición épica rusa". En un principio, Pasternak aceptó el premio, pero posteriormente las autoridades soviéticas le obligaron a renunciar a él.

En cambio, tanto Jean-Paul Sartre como Le Duc Tho lo rechazaron por iniciativa propia. Sartre ganó el Nobel de literatura en 1964, pero renunció a él porque, según explicó, "un escritor no debe permitir que se le convierta en una institución".

Le Duc Tho es menos conocido. Rechazó el premio Nobel de la Paz en 1973 que le fue concedido junto a Henry Kissinger por los esfuerzos en los acuerdos que pusieron fin a la Guerra de Vietnam. Para Le Duc Tho, Vietnam aún no estaba en paz y no tenía sentido aceptar el premio.

Imágenes | Nobel Foundation

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