Los ordenadores cuánticos van a jugar con una altísima probabilidad un papel fundamental en el desarrollo tecnológico de los países industrializados. Los prototipos disponibles actualmente tienen un margen de mejora amplio debido sobre todo a lo sensibles que son a los errores. Sin embargo, esto no significa en absoluto que no merezca la pena apostar ya por ellos. De hecho, el país que no lo haga corre el riesgo de quedarse rezagado y perder un tren al que quizá en el futuro no consiga subirse.
El Gobierno español ha decidido oficialmente no dejar pasar esta oportunidad. Su estrategia todavía plantea algunos interrogantes, pero ya tenemos varias pistas claras acerca del propósito fundamental del proyecto Quantum Spain. El Consejo de Ministros aprobó su puesta en marcha en octubre de 2021 a propuesta del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y su primer movimiento fue respaldar con una inversión de 22 millones de euros la construcción de un ordenador cuántico de 20 cúbits que estará alojado en el BSC (Barcelona Supercomputing Center).
El desarrollo de algoritmos cuánticos está en el punto de mira de Quantum Spain
Carme Artigas, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, anunció a finales del pasado mes de febrero que el Gobierno planea invertir hasta 200 millones de euros en las empresas emergentes comprometidas con el desarrollo de la computación cuántica en España. Además, destinará 40 millones de euros adicionales a la formación de las personas que quieran consolidar su carrera profesional en el ámbito de los ordenadores cuánticos.
Por el momento se han incorporado al proyecto 27 instituciones diseminadas por toda España y con mucha experiencia en el ámbito de la investigación en nuevas tecnologías, como son el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat de Barcelona (UB), la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) o la Universidad de Santiago de Compostela (USC), entre otros centros. No obstante, lo más interesante es que los responsables de Quantum Spain han confirmado que uno de los propósitos fundamentales de este proyecto será elaborar nuevos algoritmos cuánticos, así como reconciliar la computación cuántica y la inteligencia artificial.
Precisamente este es junto a la implementación de una tecnología de corrección de errores uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los investigadores que trabajan con ordenadores cuánticos. Actualmente solo están disponibles unos pocos algoritmos, lo que limita perceptiblemente qué se puede hacer con los prototipos de ordenadores cuánticos que tienen IBM, Google, Honeywell, Microsoft u otras empresas o centros de investigación. Aun así, de cuando en cuando nos llevamos alguna sorpresa agradable.
Una de las más recientes se produjo a principios de este año, y llegó de la mano de un equipo de investigación de la Universidad Tsinghua de Pekín (China) liderado por el profesor Gui-Lu Long. Estos científicos han desarrollado un algoritmo cuántico de factorización conocido como SQIF (Sublinear-resource Quantum Integer Factorization) que es capaz de reducir drásticamente los cúbits que son necesarios para romper las técnicas de cifrado actuales.
Algunos algoritmos cuánticos, como buena parte de los de factorización o estimación de fase, entre otros, no podrán ser resueltos con un ordenador cuántico hasta que cuente con un sistema de corrección de errores eficaz, pero otros problemas del mundo real un poco más sencillos sí podrán ser abordados con los ordenadores cuánticos actuales. Quién sabe, quizá los investigadores españoles que se han involucrado en el programa Quantum Spain puedan realizar algunas aportaciones significativas en este ámbito. Crucemos los dedos para que sea así.
Más información: Quantum Spain
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