Los agujeros negros han sido, son y serán uno de los objetos cósmicos más estudiados, amén de protagonistas en obras de ciencia ficción con ambientación espacial. En Xataka ya hemos abordado en profundidad las preguntas y respuestas que plantean, pero hoy queremos darte una definición sencilla sobre qué son los agujeros negros.
Para ello, nos ayudaremos de la explicación que aporta la NASA, con el objetivo de que, después de leer este artículo, sepas explicar en unos pocos segundos qué es un agujero negro y qué tipos hay. Esta será una pieza breve con el objetivo de ofrecer una definición clara, pero te recomendamos abordar el artículo con preguntas y respuestas, en el que se abordan claves cómo la formación de agujeros negros, sus propiedades cósmicas y demás curiosidades.
Qué es un agujero negro
Si bien los agujeros negros son fenómenos cósmicos complejos, la definición no puede ser más sencilla. La NASA define un agujero negro como un objeto astronómico con una fuerza gravitatoria tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar de él.
Los agujeros negros son finitos, con un tamaño determinado. Su superficie esférica recibe el nombre de 'horizonte de eventos' (u horizonte de sucesos), siendo esta la región del espacio que envuelve al agujero negro y que define su límite.
Este horizonte de eventos define el límite donde la velocidad requerida para evadirlo excede la velocidad de la luz (el propio límite físico del cosmos). En otras palabras, toda la materia y radiación dentro de esta superficie es atrapada y no puede salir.
Cómo se forma un agujero negro
Pero, ¿qué hay de la formación de agujeros negros? La NASA explica que este fenómeno se da cuando una estrella de un tamaño de más de 20 masas solares agota el combustible de su núcleo y colapsa bajo su propio peso.
Este colapso se traduce en la explosión de una supernova que expulsa las capas exteriores de la estrella. Si el núcleo tiene el tamaño suficiente (unas tres veces la masa del sol), ninguna fuerza será capaz de contrarrestar el colapso gravitacional remanente, es decir, la concentración de masa de esa estrella hacia el centro tras la explosión.
La propia contracción gravitacional del espacio tiende a aglutinar toda la masa de la estrella en un espacio pequeño. Tan pequeño y con una densidad tan alta que, para escapar de esta fuerza gravitatoria, habría que superar la velocidad de la luz. Y así es como nace un agujero negro.
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