Un fantasma recorre Europa. El mundo, si me apuráis. El fantasma de los móviles grabando conciertos, espectáculos y todo tipo de eventos. Con la llegada del verano, los festivales y las fiestas populares las quejas se incrementan. Sea en las redes sociales o en conversaciones por la calle, es habitual escuchar a gente lamentándose de esa otra gente que se centra más en hacer una foto o grabar un vídeo que en disfrutar del momento.
Es curioso. Porque parece que todos damos por hecho que disfrutar del momento y hacer fotos son cosas contradictorias. Pero, ¿Y si no lo fueran? Eso sostienen Kristin Diehl y su equipo de la Universidad del Sur de California: que hacer fotografías impulsan nuestra capacidad de disfrutar del momento. Ahí es nada.
¡Son las fotografías!
No son ni uno ni dos. Hablamos de nueve estudios recién publicados en el Journal of Personality and Social Psychology que sostienen las conclusiones de Diehl y su equipo. Los investigadores analizaron distintas situaciones como una visita en autobús, comensales en un restaurante o visitantes en un museo con el fin de estudiar qué pasaba.
A la mitad de los participantes se les prohibió que hicieran fotos y a la otra mitad se les pidió que las sacaran. Y posteriormente, se utilizaron distintas formas para evaluar la satisfacción de la experiencia. Lo que encontraron es que hacer fotos mejora nuestro disfrute de los acontecimientos, probablemente porque ayuda a incrementar nuestra sensación de inmersión. Todos estos beneficios se reprodujeron también en laboratorio, donde los investigadores trataron de 'emular' las condiciones de eventos en vivo (como conciertos y obras de teatro).
No sólo eso, en casos como el del museo, se cuantificó el tiempo que los participantes dedicaban a observar cada obra de arte. Y los que podía tomar fotos pasaban más tiempo y prestaban más atención. Pero quizás lo más curioso es que el hecho de poder hacer fotos, aunque no se hagan, también mejora la experiencia. Todo un argumento contra la moda de prohibir fotos y vídeos en los conciertos que se está haciendo popular entre las estrellas de medio mundo.
No es oro todo lo que se fotografía
Por otro lado, todo parece apuntar que las fotografías y los vídeos actúan como amplificadores. Si la experiencia es negativa (como por ejemplo, en un safari sangriento o algún suceso traumático), los investigadores afirman que las fotografías empeoran la experiencia. Además, sólo funciona cuando el evento es pasivo: si es una actividad interactiva, el efecto amplificador de los móviles desaparece. Es decir, se convierten en un estorbo.
Estamos ante la mayor serie de estudios sobre el tema. Y lo cierto es que nos da claves muy interesantes sobre cómo van a cambiar los eventos públicos a partir de ahora. Y visto lo visto, cómo acomodar estos nuevos fenómenos sociotecnológicos y cómo vamos a impedir que acaben por perjudicar al resto de los espectadores aparece como asunto crucial que resolver. Y no será fácil.
Vía | Research Digest
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