Martin Rees no es un astrofísico del montón (si es que se puede ser un astrofísico «del montón»). Este cosmólogo británico ha sido presidente de la prestigiosa Royal Society de Londres, rector del no menos reputado Trinity College, y ejerce como profesor emérito de Cosmología y Astrofísica en la Universidad de Cambridge. Además, por si su currículo no fuese ya suficientemente impresionante, desde 1995 ostenta el título honorario de Astrónomo Real, lo que lo coloca en la misma senda por la que han caminado antes que él otros astrónomos célebres, como Edmund Halley o Sir Harold Spencer Jones.
Durante su carrera ha estudiado fenómenos tan apasionantes y complejos como el rol que puede tener la materia oscura en la formación de las galaxias, la existencia de las ondas gravitacionales, la formación de los agujeros negros o cómo se distribuyen los cuásares a lo largo y ancho del Universo. También ha publicado varios centenares de artículos científicos y nueve libros de divulgación. Precisamente este artículo está dedicado al último de ellos. Y es que en un capítulo de ‘En el futuro: perspectivas para la humanidad’ Rees plantea la posibilidad de que los experimentos que llevamos actualmente a cabo en los aceleradores de partículas puedan destruir la Tierra. O, incluso, todo el Universo.
Durante su carrera Martin Rees ha estudiado fenómenos tan complejos como el rol que puede tener la materia oscura en la formación de las galaxias, las ondas gravitacionales o la formación de los agujeros negros
Solo un puñado de científicos puede permitirse escribir algo así en un libro de divulgación y salir indemne. Martin Rees es uno de ellos. Aborda esta idea apoyándose en los planteamientos de otros científicos, pero al explicar estas teorías en su obra tal y como lo hace les da cuando menos una mínima credibilidad. Y por esta razón merece la pena que indaguemos en ellas, pero únicamente como curiosidad con ambición científica. Sin intranquilizarnos lo más mínimo. Y es que en la última sección del artículo veremos qué opina sobre estas ideas Javier Santaolalla, un doctor en física de partículas español que participó en los experimentos del CERN que propiciaron el descubrimiento del bosón de Higgs.
Un agujero negro voraz capaz de devorarlo todo
Esta no es la primera vez que alguien defiende la posibilidad de que la colisión de las partículas que hacemos chocar en los aceleradores provoque la formación de un diminuto agujero negro que podría incrementar su masa absorbiendo la materia circundante. Pero en esta ocasión quien describe esta idea es Martin Rees, por lo que parece razonable aceptar que podría dejar de ser una «magufada» para ser considerada una curiosidad científica. En su libro Rees afirma que según la Teoría General de la Relatividad enunciada por Albert Einstein la energía necesaria para producir un agujero negro microscópico es muy superior a la que generan las colisiones que producimos en los aceleradores actuales.

Además, y esto es algo que Rees no refleja en su libro pero que ha sido defendido en innumerables ocasiones por muchos físicos de partículas, si durante las colisiones se produjese un agujero negro microscópico se evaporaría en una fracción mínima de tiempo por efecto de la radiación de Hawking. Y no llegaría a comportarse como un objeto estable ni a engullir materia de forma insaciable. Explicar a fondo cómo funciona esta forma de radiación descrita por el recientemente desaparecido Stephen Hawking requeriría que le dedicásemos un artículo completo, pero nos basta saber que los agujeros negros emiten radiación, y, por tanto, pierden masa hasta desaparecer completamente. Y que los menos masivos son los que se evaporan con más rapidez.
Lo que Martin Rees aporta a esta discusión, y lo que la hace interesante más allá de lo que ya sabíamos, deriva de algunas implicaciones de la Teoría de supercuerdas. Esta teoría es una hipótesis descrita por varios modelos teóricos que son candidatos a afianzarse como una Teoría del todo, y que, por tanto, pretenden aglutinar las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza: la gravedad, la fuerza electromagnética, la interacción nuclear débil y la interacción nuclear fuerte. En su libro Rees defiende que estas teorías describen dimensiones espaciales que coexisten con las tres con las que todos estamos familiarizados y que podrían «reforzar el agarre de la gravedad».

La relación entre estas dimensiones espaciales adicionales y el tirón gravitatorio del que habla Martin Rees no está clara porque su explicación en el libro es muy escueta. Con toda probabilidad su brevedad se debe a que la física sobre la que están construidas las teorías de supercuerdas que los físicos teóricos proponen actualmente es extraordinariamente compleja. En cualquier caso, lo realmente interesante es que Rees da visibilidad a la posibilidad, previsiblemente mínima, de que el refuerzo de la gravedad provocado por estas dimensiones espaciales extra provoque que una partícula en unas condiciones muy concretas implosione, dando lugar a un agujero negro presumiblemente diminuto, al menos en su estadio inicial.
La Tierra podría transformarse en un enorme 'strangelet'
La palabra strangelet es peculiar. Y no es en absoluto algo casual. Un strangelet es una partícula hipotética que, según algunas teorías de la física actual, podría ser un elemento constituyente de la materia extraña. Como veis, nos adentramos, de la mano de Martin Rees, en un terreno pantanoso que no va más allá de lo hipotético. Antes de seguir adelante es necesario que repasemos algunas nociones acerca de la materia extraña, una peculiar forma de materia compuesta tan solo por tres tipos de quarks de los seis que hay en total: arriba (up), abajo (down) y extraño (strange).
Los quarks son partículas fundamentales que interactúan entre ellas para constituir partículas subatómicas como los protones o los neutrones, que son, a su vez, las partículas que podemos encontrar en el núcleo de los átomos. Como ejemplo, un neutrón está formado por un quark arriba y dos quarks abajo, que permanecen unidos gracias a la interacción nuclear fuerte. La característica más sorprendente de la materia extraña es que no está formada por los protones y los neutrones con los que estamos familiarizados debido a que está sometida a una presión tan alta que estas partículas quedan disociadas en sus elementos constituyentes, que, precisamente, son los quarks de los que hemos hablado unas líneas más arriba.
Al mismo tiempo, la enorme presión a la que están sometidas estas partículas fundamentales provoca que estén muy juntas, propiciando que la materia extraña tenga una densidad descomunal. Una característica interesante de esta forma de materia que ha sido descrita por los físicos teóricos es que es más estable que la materia ordinaria con la que todos estamos familiarizados, la que está compuesta por protones, neutrones y electrones. Curiosamente, algunos astrofísicos están convencidos de que el interior de algunas estrellas de neutrones está sometido a una presión tan alta que los neutrones podrían aparecer disociados en forma de materia extraña. Un dato sobrecogedor: la densidad de una estrella de neutrones es tal que un «dado» de un centímetro cúbico pesaría mil millones de toneladas.
Ya tenemos cierta intuición acerca de la naturaleza de la materia extraña, por lo que podemos volver a nuestros strangelets, que, como vimos al principio de esta sección, son los elementos constituyentes de esta forma de materia. Lo que algunos físicos postulan, y Martin Rees recoge en su libro, es que si un strangelet entra en contacto con el núcleo de un átomo de materia ordinaria podría transformarlo en materia extraña, liberando durante el proceso una gran cantidad de energía y más strangelets. Estos últimos presumiblemente saldrían despedidos en todas direcciones y al entrar en contacto con otros núcleos atómicos producirían una reacción en cadena que transformaría la materia ordinaria en materia extraña.

Rees se hace eco de las hipótesis defendidas por algunos físicos que describen la posibilidad de que las colisiones de partículas que llevamos a cabo en los aceleradores en determinadas circunstancias den lugar a la aparición de strangelets. Y estos al entrar en contacto con la materia ordinaria de la que está hecho nuestro planeta (y también nosotros mismos) podrían transformar por contagio toda la Tierra en una esfera hiperdensa de materia extraña de alrededor de 100 metros de diámetro. Imaginad toda la masa de nuestro planeta comprimida hasta tal punto que quede confinada a una esfera tan pequeña. Desde luego no parece algo agradable. Afortunadamente solo se trata de una hipótesis que, como veremos en la última sección del artículo, ha sido desmontada por muchos más físicos de los que la defienden.
Una transición de fase podría desgarrar el continuo espacio-tiempo
El tercer accidente recogido por Martin Rees en su libro como posible resultado de las colisiones que llevamos a cabo en los aceleradores de partículas es si cabe aún más dramático que los dos anteriores. En su explicación Rees recurre a una metáfora muy ilustrativa que defiende que el espacio que contiene todas las partículas y las fuerzas fundamentales que gobiernan el mundo físico podría existir en varias «fases», de la misma forma en que el agua puede encontrarse en tres estados diferentes: líquido, sólido o gaseoso. Lo interesante de esta perspectiva es que, según Rees, algunos físicos defienden que el vacío del espacio podría ser frágil e inestable.
La inestabilidad del vacío en determinadas circunstancias propiciadas por el choque de las partículas en los aceleradores podría provocar que el espacio cambie de fase súbitamente
Durante su explicación desarrolla más la analogía del espacio y el agua describiendo la posibilidad de sobreenfriar el agua más allá de la temperatura a la que se congela. Sin embargo, esto solo es posible si el agua es totalmente pura y está en perfecto reposo. Cualquier perturbación, por mínima que sea, provocaría que el agua abandone este estado de sobreenfriamiento y adopte nuevamente la forma de hielo. Con el espacio podría suceder algo similar. La fragilidad e inestabilidad del vacío en determinadas circunstancias propiciadas por el choque de las partículas en los aceleradores podría provocar que el espacio cambie de fase súbitamente, desgarrando así el continuo espacio-tiempo y dando lugar a una catástrofe que no solo afectaría a la Tierra, sino, quizá, a todo el Cosmos.
Todo esto tiene interés teórico, pero no tenemos por qué preocuparnos
Después de describir los tres «accidentes» en los que acabamos de indagar Martin Rees expone que las teorías más aceptadas son tranquilizadoras porque aseguran que el riesgo que entrañan los experimentos que estamos llevando a cabo en los actuales aceleradores de partículas, como los del CERN, es cero. Las razones que esgrime el grueso de la comunidad científica para defender esta afirmación son contundentes: los rayos cósmicos, que están constituidos por partículas con una energía muy superior a la que manejamos en los aceleradores, colisionan con frecuencia en el Cosmos, y, que sepamos, no han producido ninguna catástrofe.

No obstante, no hace falta que nos remontemos a los confines de la galaxia para reforzar este argumento. Esos mismos rayos cósmicos de alta energía impactan constantemente con los núcleos atómicos de la atmósfera de nuestro planeta y es evidente que no han provocado la formación ni de agujeros negros, ni de strangelets, ni tampoco la ruptura del continuo espacio-tiempo. En cualquier caso, para indagar un poco más en todo este asunto y clarificarlo en la medida de lo posible hemos hablado con Javier Santaolalla, un doctor en física de partículas e ingeniero de telecomunicación español que ha trabajado en algunas de las instituciones científicas más respetadas, como la Agencia Espacial Francesa, el CIEMAT o el CERN. De hecho, dentro de esta última organización formó parte del equipo de físicos que hizo posible el descubrimiento en 2012 del bosón de Higgs.
Las primeras explicaciones de Javier, como esperaba, son profundamente tranquilizadoras: «Martin Rees habla de teorías muy improbables y exóticas. En su descripción hay mucha especulación debido a que todos los escenarios que plantea son muy extraños. Podemos estar seguros de que las colisiones que llevamos a cabo en los aceleradores de partículas no entrañan riesgos si nos fijamos en los rayos cósmicos. Son mucho más energéticos que los choques que estamos produciendo ahora y los que produciremos en el futuro, y no hemos observado que ningún planeta haya colapsado o desaparecido debido a la acción de estas partículas de altísima energía».
«Martin Rees habla de teorías muy improbables y exóticas. Podemos estar seguros de que las colisiones que llevamos a cabo en los aceleradores de partículas no entrañan riesgos si nos fijamos en los rayos cósmicos»
Además, Javier apunta varias ideas muy interesantes que sin duda enriquecen esta discusión: «Una teoría incluso ha predicho que el campo de Higgs podría tener una forma tal que diese lugar a un efecto túnel capaz de desgarrar el Universo. A mí personalmente, como físico experimental, estas teorías me hacen pensar que estamos tan perdidos acerca de la forma en que debemos avanzar en nuestro conocimiento de la física fundamental que aparecen ideas tan extrañas como estas. Yo creo que el Universo es más sencillo que todo eso, y defiendo que la teoría que vendrá después no introducirá este tipo de ideas tan especulativas y raras».

Antes de concluir mi conversación con Javier me resistí a dejar escapar la oportunidad de preguntarle si durante su estancia en el CERN había hablado en alguna ocasión con algún físico veterano acerca de la posibilidad de que los experimentos que estaban llevando a cabo produjesen un accidente. «En una ocasión durante mi estancia allí hablé con un físico veterano y reconoció que hipotéticamente, en algún escenario muy particular, aun teniendo en cuenta los rayos cósmicos se podría producir algún efecto no deseado. Pero de nuevo es un planteamiento hipotético que se apoya en un escenario muy particular», rememoró Javier.
Y concluyó su explicación apuntando: «Estas ideas surgen sobre el papel para proponer algo que podría hipotéticamente ser posible, pero en la práctica es muy probable que no sean correctas. Además, aun siendo correctas deben enfrentarse a la improbabilidad de que se den las circunstancias apropiadas para que ese efecto tenga lugar. Por estas razones todo esto suena más a ciencia ficción que a ciencia. El LHC seguirá funcionando; continuará llevando a cabo colisiones sin ningún problema y el mundo no va a desaparecer porque no hay ninguna evidencia plausible por la que tengamos que preocuparnos».
En el futuro: Perspectivas para la humanidad (Drakontos)
Imagen de portada: CERN
Imágenes: Festival della Scienza | NASA/CXC/M.Weiss | Raphael.concorde | Brücke-Osteuropa
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97 comentarios
bryanpaloma
Da gusto leer este tipo de artículos, excelente!. Saludos desde Colombia
buclefor
Muchas gracias por el artículo
comentatore1
Esto ya nos pasó hace miles de años. Alguien aceleró las partículas que no debía, se creó un agujero negro que absorbió todo, cuando el todo quedó en nada, volvió a explotar. Y ese es el origen del último universo.
Usuario desactivado
Espectacular artículo... como para dejar volar la imaginación...
musta_349
Interesante articulo
sarpullido
Me esperare a ver lo que dice nuestro sabio particular.
Lynx939, por favor, sacanos de dudas a la humanidad!!!!, que va a ser de nosotros?
linuxok
Enhorabuena, Juan Carlos, por el artículo. Muy bien explicado y bastante interesante.
En mi opinión, sabemos realmente menos de lo que creemos sobre el comportamiento y la estructura del Universo. Así que "quién sabe".
Saludos.
abarcahector
Excelente!!!
Joferval87
Juan Carlos en esa foto me ha recordado a Carl Salgan en cosmos y como hablan de temas similares a partir de ahora podría ser JuanCarlSagan
Usuario desactivado
Como bien indica Javier es más que improbable que ocurra, pero como ejercicio teorico es realmente interesante reflexionar sobre ello. Articulo muy entretenido, ayuda a que la gente se interese más por la física de particulas y la astrofísica, dos temas que me apasionan.
humbertomondejar
Yo creo que no debemos seguir siguiéndole la corriente propagandística a los metafísicos matemáticos esotéricos diciendo Teoría de Cuerdas; sino Las Tesis de Cuerdas.
Tampoco debemos decir, Agujeros Negros; sino los hipotéticos Agujeros Negros.
La física es la madre de las ciencias porque es la más exacta de ellas (pero no es como la matemática) y natural al mismo tiempo como la Química y la Biología.
Sin importar cuán bonita sea la tesis matemática que se proponga; en toda ciencia natural que se respete de serlo, lo que no se mide no existe (en el mundo ideal de la matematica si) .
En física asumimos que en la naturaleza hay algo que llamamos entes físicos y esos entes tienen una serie de propiedades medibles que le dan vida propia, los hacen existentes, reales, fuera de nuestra conciencia (otro misterio).
Una vez se miden esos entes reales, sus propiedades; es que de verdad se crea una o varias teoría matemático física que los describen mejor.
Las teorías físico matemáticas no son la realidad misma como creen los metafísicos matemáticos esotéricos, sino un puente intelectual entre la realidad y nuestro cerebro.
Por lo tanto, las teorías físico matemáticas solo son una descripción de la realidad.
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Por ejemplo; tenemos tres Teorías para describir la gravedad, La de Newton, La de Einstein y la más especulativa; la Tesis de los Gravitones.
La que más frutos da hasta ahora es la de Newton.
La Teoría Gravitatoria de Einstein tiene un grave problema; ya que postula la existencia de un nuevo ente físico llamado Espaciotiempo (junto) que no se puede medir.
Por lo tanto, todas las interpretaciones que hacen los metafísicos matemáticos esotéricos de las ecuaciones de Einstein hay que tomarlas con pinzas, porque lo más probable que sean especulaciones, propaganda, más deseos que realidad.
Es decir, no tenemos una buena teoría que describa bien ese ente llamado Gravedad, a pesar de que si la sentimos hasta en nuestro cuerpo y la medimos de diferentes maneras.
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Lo de la gravedad cuantica, no son más ( también) que líneas de investigación, deseos, explotaciones especulativas; porque no hay nada que diga, ni un solo indicio fisico, que deba ser así ese ente, que la gravedad sea Cuantica o hecha por gravitones.
Puede hasta ser que sea una idea salida de la inercia mental de que en el pasado muchos fenómenos físicos se comenzaron a entender mejor a través de un análisis del micromundo como cuántico; pero muchos olvidan que eso sí estaba avalados por la explicación total de la curva del Cuerpo Negro por parte de Plank y muchos otros experimentos que vinieron después que revelaban pequeñas cosas naturales con propiedades separadas de los demás, medibles, es decir: Entes físicos.
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Este método de hacer física tan especulativo a mi no me gusta; porque es como lanzar piedras y piedras a un blanco con los ojos vendados y hasta que no se mida una realidad (te quitas la venda), nunca vas a saber cuál fue la piedra que estuvo más cerca del centro del blanco.
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No tiene ningún sentido gastar tantos recursos y nombres/horas en metafísica matemática esotérica para al final tener que hacerlo y esperar a saber que sirve de eso; esperando por los siglos de los siglos a que llegue un fisico/s, con la imaginación de un fisico, entienda la naturaleza del fenómeno, lo mida, lo explique físicamente y elabore a partir de eso la teoría físico matemática que mejor lo describe.
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Por ejemplo (uno), antes de descubrirse la Resonancia que los metafísicos matemáticos esotéricos se encapricharon en llamar Higg (porque para que lo sea hay que demostrar que cumple el mecanismo de ese señor,...) se publicaron miles de artículos especulativos al respecto. Al final esa resonancia es un ente natural, estaba ahí, hubiera sido descubierta igual y hay que seguir el mismo proceso para saber al final que cosa sera.
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A estas alturas ya tenemos elementos para comparar y el asunto me parece a mi que es de sentido común:
Desde que a principios de 1900 se comenzó a exagerar hasta los extremos actuales la hoja de ruta investigativa metafísico matematica esoteria, nunca jamás se ha creado otro paradigma física; cuando en 300 años; antes cada estancamiento, ante cada "fenómenos oscuros", se crearon 5.
Mikke
Dan por hecho muchas cosas que aun no han probado y que hay que guardar cierta cautela, aun así, si no es un agujero negro, sera la sequía y o otros tantos miles de posibilidades lo que nos haga desaparecer...
Pero si, un gran y buen articulo.
acontracorriente
Gracias por el artículo, aunque no he superado el 30% del mismo ya que he ido acumulando conceptos de desconocimiento que me ha hecho imposible llegar a entender a fondo lo que se intenta explicar jeje.
#nosoy100tífiko xD
joker1987
J.L aprueba esta artículo.
Land-of-Mordor
"... Este cosmólogo británico ha sido presidente de la prestigiosa Royal Society de Londres, rector del no menos reputado Trinity College, y ejerce como profesor emérito de Cosmología y Astrofísica en la Universidad de Cambridge. Además, por si su currículo no fuese ya suficientemente impresionante, desde 1995 ostenta el título honorario de Astrónomo Real, lo que lo coloca en la misma senda por la que han caminado antes que él otros astrónomos célebres, como Edmund Halley o Sir Harold Spencer Jones..."
Y dice que lo que se hace en el CERN puede (muy hipotéticamente) destruir la Tierra o el Universo...recordad que el CERN está entre Suiza y Francia. A ver si este señor es de los que apoyan a ultranza el Brexit y, por tanto, "todo lo malo viene de la pérfida Europa" XD
Víctor Demóstenes
"...podría provocar que el espacio cambie de fase súbitamente, desgarrando así el continuo espacio-tiempo y dando lugar a una catástrofe que no solo afectaría a la Tierra, sino, quizá, a todo el Cosmos."
Si eso fuese una posibilidad, entonces ya habría ocurrido en algún lugar del Cosmos. Lo único que nos salvaría, en este hipotético caso, es que los efectos se propagarían por el Universo a la velocidad de la luz y dada su extensión, tardarían en alcanzarnos. De hecho, podría ser que ya hubiese ocurrido en algún sitio y que la "ola de desintegración" ya esté viajando por todo el Cosmos hacia nosotros y hacia todos los rincones. Como viajaría la velocidad de la luz, no habría forma de saber que está de camino hasta que nos alcanzase.
Badgar Blak
¡Vamos a palmaaaaar!
imf017
¿Otra vez con esta mierda? Hay muchas más probabilidades de que estalle la tercera guerra mundial y nos vayamos al infierno con nuestras propias armas ...
Mira que somos cansinos con ese tema ...
joseperezlopez1
Cuando se sepa seguro día y hora, avisar , mientras tanto dejad de especular, antes que por un ''error'' científico seguro que nos vamos a la mierda toda la especie por otra cosa(un guerra,una ''nueva'' peste negra ...)
Dani3po
No hay nada que temer, en caso de que ocurriera algún desastre Trump lo solucionaría con bombas atómicas, que valen para todo.
l0ck0
se le ha olvidado la teoria de que se abra una puerta al universo de Cthulhu
Chic1010
Están improbable como que salgas a la calle y un camión o coche te atropelle, uff me siento más tranquilo porque esto nunca le ha pasado a nadie. Solo hipótesis y miedo gratis, nada que temer.
Sporty
Igual por eso no encontramos señales de vida extraterrestre ni ella a nosotros. En cuanto juguetean con las partículas ....desaparecen
superman3_se_da_de_baja
Otro cientifico en horas bajas que busca notoriedad. Es evidente que nos da mil vueltas en concimientos de fisica, nos seré yo el que venga de listo a corregirle. Pero solo quiero apuntar, bajo mi humilde punto de vista-quizas equivocado por lo que acabo de comentar, pues a parte se ingeniero, mis conocimientos son de cultura general-, que las propias leyes fundamentales por las cuales aun nos regimos a nivel de conocimiento científico hacen imposible por ordenes de magnitud lo que este hombre plantea.
nonabol
El CERN no tiene la capacidad de generar agujeros negros, solo microagujeros negros, que se evaporan solos, como bien dice el articulo. Precisamente, están experimentando con ello.
https://www.europapress.es/ciencia/laboratorio/noticia-futura-directora-cern-niega-riesgos-crear-agujeros-negros-lhc-20150924164713.html
Así que como bien indica el articulo, lo que este astro-físico indica es solo en base a teorías no probadas y exóticas.
Genial artículo, Juan Carlos
juanma96
Por un momento creí que este hombre magneto.